Capítulo Ocho: Karasuno.

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Hace cuatro meses había sucedido lo impensable, las personas se convertían en zombis y se comían a cualquiera que estuviese cerca sin discriminación.

Un grupo de chicos viajaban a Miyagi, deberían haber llegado hace un mes atrás pero se habían quedado varados en plena carretera y también se habían perdido, fue todo un caos para todos, correr, esconderse, buscar dónde dormir.

Por suerte tenían comida y agua de sobra porque podían ahorrarla y cuidarla.

Estaban sucios, sus rostros cubiertos de tierra por el bosque donde ahora se encontraban perdidos, el que peor la estaba pasando era Kenma, con el frío de la noche y el sudor de las caminatas diarias había tomado un fuerte resfriado y entre Kuroo, Bokuto y Yamamoto lo iban cargando cuando no podía caminar más. Este llevaba una mascarilla la cual había guardado en su bolso antes de salir de su casa, fue una sorpresa cuando los demás lo vieron sacarla.

— Bokuto, ¿cómo está Akaashi? —Susurró Kenma, su cabeza reposaba en el hombro de Bokuto, éste iba caminando detrás de los demás, ellos aseguraban el paso.

— Bien, se recupera poco a poco. La cicatriz de su mejilla no se irá.

— No sé si debería decirle ésto al novio de mi amigo, pero, Akaashi enojado se ve jodidamente sexy. —Susurró con su voz ronca por culpa del resfriado. Bokuto soltó una risa suave, no querían llamar la atención en ese lugar. — Deberían darle la escopeta, debe ser el único que sabe ocuparla.

— Akaashi y un arma no son la mejor combinación, Kenma. Menos en un bosque. —Susurró Bokuto, vió como los demás se adelantaban y caminó un poco más rápido, quedando al lado de Konoha.

Pero todos dejaron de caminar al oír gruñidos, muchos gruñidos y ramas siendo pisadas con descuido, parecía ser una manada de zombis los cuales iban en su dirección. Lev no perdió el tiempo y cargó a Yaku de sorpresa haciéndolo subir a un árbol, hizo lo mismo con Shibayama. Bokuto reaccionó rápido y le pasó a Kenma, los demás ayudándolo a subir. Los demás subieron a los otros árboles tratando de ser silenciosos.

Kuroo y Akaashi estaban en el mismo árbol, más cerca de lo que a Bokuto le hubiese gustado. Los miró desde el árbol frente a ellos, podía ver la sonrisa de Akaashi mientras que Kuroo le hablaba cosas al oído, y por primera vez sintió celos causados por la cercanía que tenían su mejor amigo y novio pero probablemente Kuroo le estaba diciendo alguna cosa vergonzosa de él que luego Akaashi le diría y se burlaría.

Miró hacia abajo, los zombis iban pasando y parecía que no había fin, eran demasiados, pero algo llamó la atención y no sólo la de Bokuto, la de todos.

Los zombis tenían el uniforme de Karasuno y algunos el de Aoba Johsai, entonces estaban llegando probablemente a la montaña donde vivía Shoyo.

Bajaron de los árboles una vez dejaron de pasar los zombis, Bokuto atrapando a Kenma para revisar su frente, Kuroo se acercó.

— ¿Cómo sigue? —Susurró a Bokuto, éste negó con la cabeza, dándole a entender al mayor que Kenma cada vez estaba más caliente y débil.

— Hay que llegar a Karasuno lo antes posible, Kuroo. No creo que Kenma lo soporte más. —Habló Yaku dando palmadas en la espalda de Kenma, quien estaba sudado y traía ojeras. Bokuto lo volvió a cargar y suspiró.

— Deberíamos seguir derecho. —Comentó Akaashi, Bokuto asintiendo mientras sentía como Akaashi le daba la mano, entrelazaron sus dedos y caminaron a la par, Kenma dormido en su espalda. Kuroo lideraba al grupo.

Antes de que pudieran llevar más de veinte minutos escucharon bullicio, algo pasó junto a ellos, una persona, corriendo.

— ¿He? ¡¿Hinata?! —Gritó Lev haciendo que todos vieran a la persona que corría, ésta se detuvo y al verlos no evitó sonreír y dar un salto, todos se acercaron a él, felices de encontrar a uno de Karasuno con vida.

As the world caves in. |Bokuaka|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora