Capítulo Diecisiete: Kenma y Akaashi - Promesa.

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Akaashi y los demás estaban en Aoba Johsai, al parecer Kageyama había acabado con los saqueadores a sangre fría así como con la mayoría de zombis, había salvado a todos, no habían heridos más que él.

— Estará bien, mi amor, no tienes que preocuparte. —Susurró Bokuto mientras lo abrazaba contra su pecho. — Todos están bien gracias a él.

— Kageyama es alguien muy importante para mí, Bokuto. Y se desmayó después de cumplir con su misión, estuvo obligándose a luchar, casi pierde un ojo y lo apuñalaron tres veces en un brazo. ¿Qué si no puede volver a moverlo? —Se quejó, tratando de no perder la cabeza. — Debí haberme quedado con el, yo de...

— Akaashi, haberte quedado habría sido más complicado para él. Sabes que te amo, pero aún pierdes la cabeza con facilidad, habría sido difícil para el tener un ojo en saqueadores, zombis y tú. —Explicó Bokuto, sus manos acariciando el cabello de su novio, besó suavemente sus labios. — El pasado ya pasó, centremonos en el ahora.

— Tienes razón, yo... Dios. ¿Cómo lo haces para que siempre calmarme? —Susurró elevando sus ojos a su novio, Bokuto solo soltó una risa.

— ¿Cómo lo haces para que te ame cada día más? —Murmuró besando una vez más sus labios, se besaron hasta que alguien golpeó la cabeza de Bokuto, Kuroo llegando junto a Kenma.

— Oi, dejen de darse tanto afecto, me repugnan. —Se quejó el líder de búsqueda, Kenma asintiendo de acuerdo.

— Bueno... Son pocos días los que veo a Bokuto, y pocos días los que quizá nos queden juntos, ¿no puedo aprovechar el ahora para demostrarle cuanto lo amo? —Alzó una ceja Akaashi, cruzandose de brazos. Kuroo solo bufó y miró a Kenma.

— No te voy a besar Kuroo.

— ¡¿Eh?! —Se quejó, abrazando a Bokuto mientras fingía llorar. — Te dije que no me amaba, Bro.

— No seas llorón, siempre que llegas y te quedas un día tenemos sexo. —Confesó Kenma rodando sus ojos, dejando a los otros tres con los ojos abiertos.

— Kuroo... —Susurró Bokuto, bajando su cabeza, su estado emo haciendo presencia. — ¡Te tengo envidia! —Y así comenzó una pelea absurda otra vez de los mayores sobre cuál de sus novios era mejor, Kenma solo se fue con Akaashi, a conocer un poco más de Aoba Johsai y ayudar con los cuerpos de los zombis.

— ¿Crees que queda poco tiempo? —Murmuró Kenma después de un silencio, ninguno dejó de caminar.

— Así es... Cada día Bokuto se vé más cansado, tiene ojeras que intenta que no note. Siempre bromea pero sé que piensa mil cosas en un segundo... —Akaashi habló, viendo uno de los huertos de Aoba Johsai. — No quiere pedir descansos, pero lo obligare y tomaré su lugar si es necesario, el equipo de búsqueda sale todo el tiempo y traen muchas cosas pero...

— Somos un blanco fácil, ¿no? —Akaashi asintió, Kenma suspiró. — Karasuno es fuerte, pero no sabemos cuantas personas hay afuera de Miyagi con más zonas seguras, no sabemos si intentarán matarnos y quedarse con todo. Deberíamos reducirnos, irnos a Shiratorizawa, pero... Shiratorizawa está en la mira, ellos no saben nada del mundo exterior, es solo... Gente ignorante.

— Así es... —Susurró Akaashi, cansado. — Bokuto entiende todo lo que pasa, pero siempre busca parecer ligero y entiendo que soy una carga constante para él. Kenma... Si alguna vez muero, por favor, no lo dejes solo.

— Si tu me prometes que no dejaras a Kuroo. —Akaashi desvío su mirada al pequeño castaño de pintas rubias.

— Pensé que realmente ésto no te importaba.

— Kuroo es más que mi novio... Aún que no lo demuestro, lo amo mucho, es mi todo. Jamás me puse celoso de sus juegos con Bokuto porque ambos son uno solo, se complementan hasta en su estupidez. —Una risa sin gracia salió de sus labios. — Pero si me pongo celoso cuando está junto a Yaku, junto a Hinata o otros. Jamás entenderé el por qué. Kuroo es mío desde que lo conocí y puede sonar estúpido, pero en el hoy...

— Sientes que debes enfatizar que es tuyo, ¿no? —Akaashi soltó una carcajada. — Te entiendo, siento lo mismo, siempre he sido una persona envidiosa, celosa y fría. Cada vez que alguien estaba cerca de Bokuto me hervía la sangre, hasta el día de hoy... Protegerlo es lo único que busco, y con ello dejar en claro que es mío y si le ponen una mano encima los mato.

— Bien, estamos en la misma página. —Kenma se rió, una risa sincera. — Entonces, yo, Kozume Kenma prometo proteger a Bokuto Koutaro con mi vida.

— Y yo, Akaashi Keiji prometo proteger a Kuroo Tetsurou con mi vida. —Estrecharon sus manos mientras sonreían con sinceridad. — Me alegra que estemos juntos en el fin del mundo.

— Digo lo mismo, Keiji.

Ambos siguieron su camino sin abandonar sus sonrisas, a pasos ciegos llegaron a una oficina, la voz de el líder de Aoba Johsai escuchándose a gritos, ambos se escondieron para no ser vistos y escuchar.

— ¡No voy a permitir que se lleven a Kageyama de mi lado, Iwa chan!

— ¡Oikawa, mierda! —Se escuchó un golpe en las mesas. — ¡Kageyama se quedó aquí unas horas y mira lo que hicieron esas personas! ¡Lo apuñalaron tres veces y de suerte el cuchillo rozó su rostro y no se incrustó en su cabeza! —Unos sollozos siendo oídos por el castaño y el pelinegro.

— ¡Pero no quiero que se vaya de mi lado otra vez! ¡Fue mi culpa que fuera a Karasuno, me arrepiento!

— ¡Tú terminaste con él por probar cosas nuevas!

— ¡No dejaré que se lo lleven de mi lado y no me importa crear una guerra con Karasuno por él!

— ¡¿Cuándo mierda te darás cuenta de que ya no te ama?! —Otro golpe y un silencio de unos segundos. — ¿Cuándo vas a aceptar que yo sí te amo, Tooru? —La puerta fue abierta y cerrada con brusquedad, Iwaizumi caminando al lado contrario.

Akaashi y Kenma no tardaron en correr a enfermería para ver a Kageyama y advertirle sobre lo que habían escuchado.

As the world caves in. |Bokuaka|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora