Capítulo Diecinueve: Lágrimas.

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Todos corrieron a donde sonaba la alarma, ni siquiera Kageyama se resistió en ir a ver que diablos pasaba.

— ¡No se muevan! —Gritó Kira, el atacante y traidor, Kuroo yacía en el suelo respirando con dificultad y Kenma siendo apuntado con un arma en la cabeza.

— ¡¿Kira qué mierda?! —Gritó preocupado Daichi, el mencionado comenzó a reír mientras de su otra mano sacaba una especie de botón.

— Si alguien hace algo todos van a morir. Hace unos meses ustedes mataron a mi hermano. ¡El lideraba el saqueo a Aoba Johsai! —Gritó con enojo. — ¡¿Cuál de todos ustedes fue?! ¡No hagan una locura o hago que las cinco bombas que planté en lugares importantes exploten!

— Fui yo. Maté a cada uno de ellos y no me arrepiento. —Habló Kageyama, acercándose sin miedo, Kira con su mano temblando le apuntó con el arma.

— ¡Qué... ¡Quédate ahí o disparo!

— Kenma, saca a Kuroo. —El de cabello largo no tardó en ayudar a su esposo, siendo recibido por los demás para ayudarlo. — Baja el arma, niño.

— ¡No! ¡Voy a matar a cada uno de ustedes! —Kageyama suspiró y de un movimiento rápido le quitó el arma al chico, éste temblaba de miedo, pero aún así soltó una risa, "maldito loco" pensó Kageyama viéndolo.

Sin que nadie pudiera evitarlo apretó el botón, explosiones una tras otra, la preparatoria derrumbadose frente a ellos, no fué hasta que vieron el fuego y el humo que reaccionaron, comenzaron disparos de los amigos de Kira.

— Robé armas para mis amigos, los mata... —Kageyama disparó a sangre fría su cabeza, viendo como su único hogar ardía en las llamas del fuego.

Kenma se encontraba rogando que salvaran a Kuroo, las balas volaban por todos lados, zombis llegando en menos tiempo de lo esperado, estaban al tanto de las mutaciones que habían tenido en los últimos años, corrían y veían en la oscuridad, se adaptaban para no quedar sin hacer nada contra los humanos y buscar comida.

— ¡Tomen autos y váyanse a Shiratorizawa, viajen tantos como puedan! —Gritó Daichi, Yachi veía a Kuroo sin hacer nada, lo que causaba mayor pánico en todos.

— ¡Yachi! —Gritó Kenma entre llantos.

— Kenma... Si retiro el cuchillo... —Yachi negaba con su cabeza mientras lloraba, su vista fija en la herida del mayor. — Kuroo morirá instantáneamente, está justo sobre su corazón, el mismo cuchillo está haciendo presión... —Kenma entre el desespero se negó a creer, la cabeza de Kuroo en sus piernas mientras se veían a los ojos.

— No, no... —Susurró Kenma negando con su cabeza, Kuroo elevó una mano y acarició sus mejillas llenas de lágrimas, tomó su mano y besó el anillo en su dedo. — No, no te atrevas a despedirte, Tetsurou, por favor...

— Mi esposo, me casé con mi mejor amigo. Lo logré, bro. —Susurró sin fuerzas a Kenma y Bokuto, la sangre saliendo en cada momento que se encontraba tosiendo, si moría sin una bala en la cabeza se transformaría en segundos en un zombi.

— ¡Yachi por favor haz algo! —Gritó con desespero, su pareja agonizaba en sus brazos. Yachi solo negó.

Alguien se arrodilló a su lado mientras los demás a su alrededor los defendían de los zombis y los saqueadores, Bokuto puso un arma en su mano, Kenma la miró y negó una y otra vez.

— Bokuto, por favor, por favor, haz algo... —Sollozó, Bokuto solo pasó saliva mientras dejaba salir las lágrimas.

— Debemos hacer que deje de sufrir. —Susurró Bokuto, Kenma sin evitarlo gritó tanto como su garganta se lo permitía, disparó el arma. El cuerpo de su esposo muerto en sus piernas. Todos subieron a la última camioneta, Bokuto cargó a Kenma y miró el cuerpo de su mejor amigo.

As the world caves in. |Bokuaka|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora