Capítulo Veinte: El Final.

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Kageyama subía las escaleras revisando cada piso hasta que llegaron al cuarto, solo oían gritos que sonaban horribles.

— ¡Ya déjalo! —Era Tsukishima el que gritaba, se oían gritos desgarradores y... ¿Gemidos?

Kageyama abrió la puerta de una patada, mató a los dos idiotas que estaban parados frente a él con rapidez.

Akaashi no podía creer lo que sus ojos veían, un viejo  abusaba sexualmente de Yamaguchi mientras otro golpeaba sin parar a Tsukishima quién intentaba llegar a su pareja.

Ambos alejándose al verlos, Akaashi desprendía odio y Kageyama la ira. Ambos alzaron sus armas disparando a la par, Tsukishima levantándose entre temblores para ver a su novio, Yamaguchi gritaba sin parar y alejaba los brazos de Tsukishima con manotazos.

— Soy yo, soy yo. Perdóname por no haber podido ayudarte, Dios, Yamaguchi... —Rogó Tsukishima, Yamaguchi poco después dejó que lo abrazara y comenzó a llorar a más no poder, el pecoso no estaba nada bien.

Bokuto y los demás atados en una esquina, sin dejar de llorar por lo que habían visto. Akaashi corrió a desatar al mayor, se dió cuenta de cómo éste estaba todo golpeado también.

— Bokuto... —Susurró preocupado, éste soltó un suspiro de alivio.

— Sabía que vendrías, Kaashi... —Sus ojos se cerraban y su voz sonaba gastada porque probablemente también gritó. — Lo protegí tanto como pude, querían... Querían tocarlo, no lo permitiría jamás. —Se movió con cuidado, detrás de su cuerpo estaba Kenma, quién abrazaba a Bokuto con fuerza. — Se lo prometí a Kuroo, se lo prometí...

Entendió que Bokuto había puesto su cuerpo como escudo sobre el cuerpo de Kenma, los ayudó a pararse, viendo a Kageyama quién ayudaba a Tanaka y Kiyoko, Hinata ayudando a Tsukishima y Yamaguchi, luego ayudando a Asahi y Nishinoya, el pequeño en la misma situación que Kenma. Los imbéciles querían abusar de los más pequeños, y el único que al parecer no pudo defenderse fue Yamaguchi.

Todo iba de mal en peor, pero aún así... Nadie quería morir, la vida al parecer era algo preciado aún.

Bajaron las escaleras con cuidado, Bokuto llevaba en sus brazos a Kenma y Kageyama a Yamaguchi, en cuanto llegaron a los autos los de Shiratorizawa volvieron, todos reuinos tratando de llegar a un acuerdo.

¿Dónde irían? ¿Dónde podían encontrar comida?

— Yama... ¡No! —Voltearon en cuanto se escuchó un disparo, Yamaguchi se había suicidado, de un disparo directo en la cabeza, nadie dijo nada, tratando de asimilarlo, el cuerpo del pecoso en el suelo mientras se desangraba. — No, no, no.

Tsukishima al verlo cayó de rodillas, en shock.

— Tranquilo, shhh, está bien. —Susurró Hinata mientras daba caricias en su espalda, dándole apoyo. Nishinoya no dudó en abrazar al rubio y apartar su vista del cuerpo del pecoso.

— ¿Shiratorizawa? —Los que estaban más estables mentalmente se voltearon ante las voces, alertas ante lo que podía pasar pero solo eran Kunimi, Oikawa, Kindaichi e Iwaizumi venían con linternas en las manos. — ¿Qué mierda sucedió?

— Es claro, nos pusieron bombas en nuestros hogares y nos hicieron escapar, perdimos muchos... —Respondió Akaashi. Oikawa no tardando en abrazar a Kageyama.

Hinata ya sin interés de interferir al tratar de calmar a Tsukishima por la reciente muerte de Yamaguchi.

— Así que siguen vivos, me alegra. —Murmuró Kageyama, dando una palmadas en la espalda de Oikawa, éste lo abrazó más.

As the world caves in. |Bokuaka|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora