Capítulo 10: Un Beso en un Baile

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 10: "Un beso en un baile"

Cuando abrió los ojos, debió ser más tarde de lo usual porque su habitación estaba completamente iluminada por la claridad de un sol ya alto en el cielo. Sonrió y se sonrojó, sintiendo el corazón latir fuertemente dentro de su pecho. Había soñado con él, otra vez.

Se acurrucó en la cama sintiéndose dichosa. ¿Esto era estar enamorada? Seguro debía serlo, Sango había dicho que estar así era como estar en completa felicidad siempre, en imaginar que todo era perfecto, que los días eran siempre hermosos, que la emoción de ver a esa persona era incomparable, que se sentía un sin fin de mariposas revolotear en su estómago, que se olvidaban las demás penas... y ella en verdad sentía todo eso, sobre todo lo de... la muerte de su padre.

En ese momento, Kagome dejó de sonreír y se incorporó lentamente quedando sentada en la cama. Cierto, desde que el joven Taisho había entrado a su vida de esa forma tan... tan inesperada, aquella vez del accidente, dejó de tener aquellas espantosas pesadillas para sólo tener dulces y hermosos sueños con él. Recordó lo sucedido aquella tarde en cuanto entró sin permiso a su jardín sólo para explicar su situación. "Amigos", había dicho, pero la palabra amigos en sus labios sonaba a más que eso... y en esa época también lo significaba. No era un abierto cortejo pero... quizás... "... la próxima vez que la vea... prometo que será diferente..." ¿Qué podría ser diferente? Sentía demasiada emoción y a la vez angustia porque... si todo esto resultaba una broma... una mentira... estaba segura que esta vez moriría de pena y dolor...

Suspiró con fuerza y evitó pensar en eso. No podía volver a sumergirse en la pena y en la tristeza nuevamente, no, quería ser feliz, quería reír como antes, sin preocupaciones, conversar con sus amigas, compartir con ellas, hacer las cosas de su edad. Y entonces recordó que esa tarde era la fiesta de compromiso de su querida Sango. Bien, un nuevo comienzo ameritaba una fiesta como esta. Elegiría su mejor vestido y lo disfrutaría como nunca. El pasado era pasado, lo importante era vivir el presente... y ser feliz, por supuesto.

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- ¿Se peleó con su novio?

Kikyo dejó el libro y casi lo azotó contra la mesita que tenía al lado. Le dio una mirada asesina a la sirvienta atrevida que sonreía mientras sacudía con un plumero un estante repleto de figuritas de vidrio.

- Qué impertinente.

La sirvienta, una mujer de más de 24 ya, sonrió con burla. Kagura simplemente detestaba a Kikyo, siempre le había parecido bastante irritante, aunque le era gracioso, porque aquella joven mujer tenía unos aires de gran dama... aunque secretamente su rencor iba a que en muchas ocasiones la institutriz le había tenido que dar órdenes.

- No crea que me engaña, señorita Kikyo... conozco su pequeño... secreto...

La joven se puso abruptamente de pie y apretó los puños de sus manos, de pronto había tenido casi instintos asesinos pero la razón primó y se contuvo, sus ojos oscuros brillaron con profundo rencor contra la sirvienta atrevida.

- ¿De qué habla?- Masculló y de pronto, el pálido de su rostro se volvió a uno más pálido aun, casi mortal.

Kagura se acercó lentamente a ella, aunque no lo suficiente, de algún modo le temía levemente a aquella mujer. Era su mirada, el tono bajo y estremecedor de su voz, su actitud... la loca sensación de que bajo aquella irreal hermosura se escondía un corazón herido y una mente malvada...

Atrapado por tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora