Capítulo 30: Una Nueva Vida

1.3K 74 23
                                    

DISCLAIMER: Los personajes son de Rumiko Takahashi pero la historia es mía, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 30: "Una Nueva Vida"

Embarazada. Cuando escuchó esa palabra algo extraño pasó. Sintió como de pronto una corriente cálida inundaba todo su cuerpo, de inmediato sus mejillas se ruborizaron, sus pupilas se agrandaron, un calor intenso se apoderó de su pecho y también de su vientre. También tuvo escalofríos. Calor y frío. Todo en un sólo segundo.

- Por todos los cielos, señora, siéntese... creo que se va a desmayar...- Gimió la anciana, algo asustada y preocupada, obligando a la joven a sentarse.

Esta obedeció sin oponer siquiera resistencia, tenía la mirada aun absorta pero estaba ensimismada en sus pensamientos. Era increíble lo que estaba pasando ¿o era cierto? Entonces al fin pareció reaccionar, miró a la anciana con incredulidad mientras ésta le acercaba una jarra con agua fresca, Kagome la tomó entre sus manos, pero no la bebió.

- No... no... imposible... esta bromeando ¿verdad?

Su voz sólo era un susurro tembloroso e incrédulo.

- ¿Por qué habría de bromear con esto?- Contrarrestó la anciana, sentándose en frente suyo- Tiene todos los síntomas y además se le nota en la cara, créame niña, sé perfectamente cuando una mujer esta encinta.

Kagome la miraba absorta, ahora, casi podía creer lo que estaba diciendo, la anciana la instó a beber el agua y la muchacha lo hizo a pausas. Tenía una mezcla de sentimientos que la abrumaban y no la dejaban ni siquiera pensar con lucidez y coherencia.

Por una parte, estaba aquella inesperada sorpresa de la cual Tsubaki le había revelado. Estaba embarazada ¿lo estaba realmente? Aquello la alegraba enormemente puesto que por semanas había imaginado que moriría a causa de los malestares que eran tan similares a los que había tenido su madre. Quería creer que era cierto, que tenía un ser dentro de su cuerpo y que éste crecía y crecía ¿sería como Inuyasha? ¿o como ella? Pero debía confirmarlo... no podía ilusionarse tan rápido sólo por las palabras de una anciana ermitaña... ella no era un médico ¿cómo podía saber lo que tenía con apenas mirarla?, estaba la duda latente... quizás no debería creer las palabras de una mujer a la cual consideraban una bruja... pero algo en su interior... algo le decía que...

Y estaba lo otro... la revelación... la verdad de la maldad de Kikyo.

¡Ella había envenenado a su padre también! Pero, al no obtener resultados... entonces... la causa de su horrible muerte, aquella caída de las escaleras... ¿había sido provocada? Su corazón dio un brinco asustado. Se llevó una mano al pecho, casi le dolía de la conmoción. La imagen tétrica del hombre desnucado y la boca sangrante le provocó deseos de vomitar. Comenzó a respirar fuertemente, atrapando el aire a bocanadas creyendo que así sería capaz de mitigar las náuseas y tranquilizarse. La anciana le brindó otro poco de agua y la miró ahora muy preocupada. La muchacha tenía el rostro ceniciento y de pronto dejó caer la cabeza entre sus brazos que se cruzaban sobre la mesa, parecía que de pronto había perdido las fuerzas.

- ¿Señora? ¿señora?- Dijo la anciana, poniéndose a su lado y tocándole el hombro- ¿Me escucha?

- Sí... sí...- Musitó, intentando levantar el rostro pero no pudo, la debilidad seguía ahí, la sien le dolió como si le hubieran clavado mil agujas, las náuseas no se apaciguaron.

La anciana se sobresaltó, ahora la joven estaba casi verde, tenía la frente sudada, cuando le tomaba la mano la sentía helada y temblorosa. Se arrepintió de haber sido poco considerada con ella... si hubiera sido más sutil al revelarle la verdad de las cosas que la rodeaba... pero esta niña tan perspicaz estaba ciega ante cuestiones que realmente eran importantes y que directamente le concernía... era extraña en ese aspecto. Aun así debió ser más cautelosa al contarle todo... si no hubiera sido una ermitaña seguro hubiera actuado con más tacto... ahora que veía aquella muchacha casi al borde del colapso se asustó en extremo, como hacía mucho no sucedía.

Atrapado por tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora