Resiliencia

XXV. Lo que siempre había deseado

XXV
Lo que siempre había deseado

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—Genya dijo que quería que fuera feliz.

Materializar finalmente aquellas palabras en sonidos, fuera de la seguridad y privacidad de sus pensamientos, había sido extremadamente difícil: la garganta le había quedado rasposa, y una sensación de nerviosismo le impedía voltear el rostro para ver a su interlocutor.

La conversación que mantenía con Uzui había derivado en temas triviales, pero el sonido del aleteo de los cuervos en el patio les hizo alzar la mirada y guardar silencio; aquellas alas negras todavía evocaban momentos pasados, y las sombras que proyectaban en el patio seguían acompañadas de todo aquello que habían vivido.

Tengen no había estado presente en esa última batalla, pero sabía el detalle y el contexto de aquellas últimas palabras del menor de los Shinazugawa. Demás estaba decir que el último deseo de Genya no era algo que sólo él deseaba.

—Pero ¿qué es lo que tú quieres, Sanemi? —Uzui nunca lo llamaba por su nombre—. Luego de todo este tiempo, ¿qué es lo que buscas?

Fue entonces que otro visitante apareció en el patio, agitando sus pequeñas alas marrones, trayendo consigo una brisa fresca como la primavera.

Las probabilidades de que el gorrión que apareció frente a ellos y les miró con ojos interrogantes, fuera el mismo que había rondado por esa finca en las últimas semanas, eran realmente bajas. Aun así, Sanemi sabía de triunfos con bajas posibilidades, y prefirió tener esperanza, especialmente cuando la diminuta ave se acercó a ellos con aquellos pequeños saltos, como si estuviera sobre la mesa de la cocina.

Un cuervo graznó, y el gorrión voló otra vez. El suave aleteo del ave contrarrestaba con el sonido grave de las alas de los cuervos.

—Quiero vivir.

Pero aquello era tan difícil. ¿Cómo podía vivir cuando había tantos que ya no estaban con ellos? ¿Se merecía realmente seguir respirando siquiera? Aquella paz que había sentido últimamente, ¿no serían más que un sueño?

Tengen extendió su brazo derecho y apoyó su palma en la cabeza albina de su antiguo compañero de batalla. Sanemi separó sus párpados, sorprendido ante aquel tacto, pero no se quejó; la calidez que emanaba el toque de Uzui, por alguna razón, se sentía bien.

—No tienes que cargar con todo tú sólo, Shinazugawa.

Sanemi había sido el mayor de siete hermanos, siempre había sido él quien diera esas caricias a los demás, quien ofreciera ayuda a los demás. Pero Tengen estaba a su lado, ofreciéndole su mano. Sin embargo, algo de aquella escena le estaba molestando.

—¿Qué sucede? —preguntó Uzui ante el ceño fruncido de su antiguo compañero. Sanemi volteó el rostro.

—Eres demasiado grande —se quejó, pero Uzui rió y le desordenó otra vez el cabello, como si de un niño pequeño se tratara.

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¡Hola, hola!

Lo sé, mucho tiempo *suspiro*. Sé que no es necesario explicar mi ausencia, pero igual lo haré, así que si quieren saltarse este párrafo, está bien jaja. A finales de diciembre tenía que presentar un examen muy importante para mi carrera (en Chile le decimos carrera a lo que una estudia en la universidad, no sé si se le dirá igual en otros países), así que tuve que concentrarme mucho en eso, y la verdad es que tuve que esperar un mes para saber el resultado; y aunque sabía que no me había ido bien, y que era altamente probable que lo reprobara, tener la certeza de ese resultado igual fue algo duro. Y si bien quise refugiarme un poco en escribir, fue algo super difícil, porque además tenía que lidiar con trabajo, y la verdad es que apenas me sentía con tiempo para respirar (sí, soy algo así como un adulto, pero todavía no lo asumo JAJAJA). Bueno, dilemas superados a la fuerza, ahora estoy preparando nuevamente este examen, así que deséenme suerte :)

Ahora, sooobre estos capítulos, ¡espero que les hayan gustado! ¿Vieron las nuevas imágenes de Kimetsu, creo que son como extras/one-shot o algo así, no sé su nombre correcto, pero los he amado, y ya se me ha ocurrido una historia con ese cuadro y medio en el que apareció Sanemi JAJAJA Ya saben como somos las multishipper, no necesitamos nada para armarnos la tremenda película en nuestras cabezas.

Probablemente sea más corto que esta historia, tal vez sus cinco capítulos cortos, pero confieso que la sola idea de ello me animó mucho y pude terminar de sacar estos dos capítulos. En los próximos capítulos les contaré más de ello :D

Ay, quedan sólo cinco capítulos de esta historia, no confío en mí la verdad, pero me esforzaré para darle un final adecuado :)

Nos leemos ~