II. Promesas

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II
Promesas

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¿Cuán alta había sido Kanae?

Sanemi se hizo esa pregunta cuando vio a una chica de largo cabello negro caminar por el pueblo, junto a una pequeña que iba aferrada a su mano, recordándole a las hermanas Kocho.

La primera vez que vio a Kanae fue en su primera reunión de Pilares, y no había reparado realmente en ella hasta que la joven le explicó que el maestro Ubuyashiki recordaba el nombre de todos y cada uno de los cazadores que habían fallecido a manos de los demonios; aun así, su atención no estaba en la muchacha, sino que en Masachika, en Genya, y en el papel que sostenía entre sus manos.

Quizá la penosa expresión que tuvo en ese momento fueron la razón para que Kanae se le acercara después de que la reunión terminara.

Le preguntó por quién era su ser querido, por quién quería proteger, porque al igual que Masachika, ella también tenía el sueño de un futuro brillante para ella y para su hermana menor. Sanemi le miró y Kanae le sonrió. Sanemi no pudo entender su forma de ver la vida, ni cómo podía estar tan calmada luego de haber perdido tanto. Él estaba lleno de rabia.

Lo cierto es que poco había compartido con aquella muchacha antes de que fuera asesinada por una de las Lunas Superiores, dejando a su hermana pequeña completamente sola. Shinobu no sólo era de muy baja estatura, no tendría más de catorce años por aquel entonces.

Se preguntó, si luego de todo lo que había pasado, Kanae se habría reencontrado con Shinobu y sus padres, si Masachika estaría también con su hermano pequeño, si Genya cuidaría de los suyos y de su madre, si los cuidaría como ambos habían prometido que lo harían...

La joven del pueblo llamó a alguien y volteó el rostro. Sanemi se dio cuenta de que no se parecía mucho a Kanae a pesar de su largo cabello negro. Pero algo en su rostro le recordó a otra muchacha.

El kanji que todavía adornaba su espalda era claro. "Matar". Sanemi se había prometido a sí mismo, a Masachika, a Kanae aquella tarde, que mataría a todos los demonios de esta tierra. Que los protegería a todos. Pero su promesa chocó con la de ese ruidoso muchacho, que también había prometido cuidar a su hermana, a la que Sanemi quería matar.

Shinobu se había enojado con él ese día. A la menor de las Kocho no le gustó su actitud altanera, y se lo hizo saber luego de esa reunión cuando forzó a la muchacha a estar frente a frente con su sangre. La hermana menor de Kanae le había hecho prometer que se mantendría al margen. Sanemi no lo entendió, ella tenía tanta rabia como él, pero de igual forma lo prometió.

Mientras la joven del pueblo se iba con la pequeña tomada de su mano, Sanemi se preguntó cuántas promesas había sido capaz de cumplir a lo largo de su vida, y cuántas no.

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¡Hola!

Sólo quería decirles que estos drabbles tendrán un orden cronológico, a diferencia de otra historia que hice en este formato.

¡Eso~!

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