Capítulo 29 Primera cicatriz

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Capítulo 29

Primera cicatriz

—¿ Y bien? Soy toda oídos, Wiil. ¿En qué te puedo ayudar?

Sentados todos en el consultorio de Sofía, William miró a sus amigos de soslayo y se aclaró varias veces la garganta antes de empezar. Conocía a Sofía desde el inicio de su amistad con Daniel y sentía mucha vergüenza al tener que contarle sus intimidades de esa forma. Sentía que se iba a desmayar. La camilla de revisiones tampoco parecía muy acogedora y le daba escalofríos. La ausencia de Zully nunca lo golpeó tanto.

Quería a su Alpha allí. Lo necesitaba a su lado.

—Pues... bueno... el problema es que... es que... bueno... el asunto es que... es que parece que estoy embarazado.

Sofía abrió mucho los ojos. Su hermano la había puesto al corriente de toda la situación que William había tenido con respecto al descubrimiento de su verdadero género y todos los traumas que había sufrido como consecuencia de ello; sin embargo, nunca se esperó algo como aquello. A diferencia de sus padres, ella no guardaba ningún tipo de prejuicio contra los omegas. Como médico le resultaban interesantes; como persona los respetaba como iguales. El embarazo de un omega adolescente era algo que, por lo tanto, le consternaba genuinamente. Sobre todo si no estaba segura de cómo había ocurrido.

—Will... cariño. Cuéntame qué pasó. ¿Tuviste algún accidente?

—¡No! —William alzó su cabeza por primera vez. La pregunta de Sofía estaba clara para él. Ella pensaba que había sufrido algún tipo de abuso. Por supuesto, ¿quién podría culparla? La mayor parte de los embarazos de omegas menores de edad de buena familia eran producto de celos mal cuidados por sus padres o de abusos sexuales. La probabilidad de que un omega menor de edad estuviera compartiendo sus celos con el consentimiento de sus padres era algo muy mal visto y muy raro. El hecho de que sus padres no hubieran venido con él lo hacía más sospechoso todavía.

—No, Sofi... Will tiene pareja. Es otro chico de nuestra escuela. Los padres de Will lo saben.

Sofía miró a su hermano y alzó una ceja. Que Daniel estuviera tan bien informado de la situación la abrumaba un poco. No se consideraba una mojigata, pero aquello realmente no era muy común y le generaba un poco de consternación. Que unos padres dejaran que su hijo omega estuviera compartiendo sus celos antes del matrimonio o la vinculación era algo que después de todo no se veía todos los días. ¡Y menos en una familia como la de William!

—Sé lo que estás pensando pero hay una explicación —habló William, finalmente, intuyendo los pensamientos que tenían que estar pasando por la cabeza de Sofía—. Mi pareja y yo resultamos ser "pareja predestinada". Sí, es rarísimo; lo sé. Pero lo somos. El tenía un problema hormonal y hasta hace menos de un año vivió como un omega. Está pasando por una transición de género y el encontrarse conmigo complicó su proceso de muy mala manera. No lo ha llevado muy bien y está sufriendo mucho. Los doctores que nos vieron recomendaron que nos dejaran estar juntos y no intentaran separarnos. Mi papá de vientre me puso este anticonceptivo subdermico y los demás nos advirtieron que fuéramos precavidos usando otros métodos adicionales. Pues bien, no los usamos.

Asintiendo, Sofía tomó un calendario que había sobre la mesa y se lo pasó a William. En su bloc de notas empezó a hacer anotaciones con respecto a lo que el omega le iba contando. William revisó el calendario, preguntándose para qué necesitaba aquello.

Sofía volvió a hablar.

—Supongo que recuerdas tu primera vez con tu chico, ¿no? —preguntó, con un dulce guiño—. Si es tu predestinado, estoy segura que lo recuerdas a la perfección.

Cruel summerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora