Capítulo 33 ¡Se acabó!

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   Capítulo 33

   ¡Se acabó!

—Conque el más deseado de la fiesta —repitió Julián, regocijándose en el rostro pálido de Alejandro—. Debe ser mi noche de suerte —sonrió, tomándolo de las manos para acercarlo más a su cuerpo.

Alejandro estaba paralizado. ¡Joder! ¡No sabía qué hacer! No entendía nada. Minutos antes, Julián había despreciado a Daniel sin ninguna consideración, pero a él en cambio, le estaba sonriendo.

No entendía nada. Nada de nada. Estaba seguro de que Julián no lo había perdonado en lo absoluto por todo lo ocurrido; de hecho, sentía en sus feromonas su tensión y su odio. Entonces, ¿qué pretendía Julián? ¿Qué era lo que estaba tramando?

—¿Qué pasa? ¿No me quieres de pareja? ¿Quieres cambiar con alguien más?

Negando con la cabeza, Alejandro tomó a Julián por la cintura y luego de un suspiro profundo que calmó su corazón, lo miró a los ojos. Julián perdió la sonrisa y su postura cambió. Ya no mostraba esa aura petulante y sarcástica, todo lo contrario, su facciones mudaron a unas serias y enojadas. Era el momento de entrar en acción, el momento de empezar a orquestar su plan. Ya no podía esperar más tiempo para iniciar su acercamiento. El momento había llegado y era ese.

—Muy bien... soy todo oídos.

Alejandro le sostuvo la mirada. Era obvio que sin necesidad de más explicaciones, había entendido a la perfección el pedido de Julián. Su ex estaba pidiéndole su versión de los hechos, el porqué había callado sus verdaderos sentimientos y por qué lo había utilizado de esa manera tan ruin.

—Nunca quise lastimarte —dejó salir, con tono firme a pesar de sus nervios. Nunca pensó que le saldría con tanta facilidad, siendo una disculpa tan cliché, pero era justo lo que quería decir. Necesitaba hacerle entender a Julián que en verdad nunca, nunca quiso hacerle daño; que todo lo ocurrido no había sido planeado ni deliberado; que todo había sido el resultado de su cobardía, su confusión y un toque de mala fortuna.

—¿Entonces nunca pensaste que el ocultarme que estabas enamorado de Daniel fuera a lastimarme?

—¡Por supuesto que sí! —afirmó Alejandro, subiendo un poco el tono—. Por eso mismo tenía tanto miedo de decírtelo. Por eso mismo lo fui aplazando y lo fui aplazando hasta que...

—¿Hasta que qué...?

—Hasta que me di cuenta que me había enamorado de ti también.

Julián se tensó. ¡Maldito! ¡Desgraciado! ¿Se estaba burlando de él otra vez? ¿Por qué le decía eso? ¡¿Y por qué pensaba que iba a creerle?! Peor aún... ¿por qué su estúpido y traidor corazón se emocionaba ante semejante mentira?

—¿Qué es lo que estás diciendo?

—Te estoy diciendo la verdad —afirmó Alejandro, escuchando en ese momento cómo el anfitrión de la fiesta explicaba de qué se trataba la dinámica que iba a empezar en ese momento.

—¡Bueno, chicos! ¡Es hora de empezar! —exclamó el sujeto, tomando en sus manos una pequeña esfera de goma y mostrándola al público—. ¿Están viendo lo que tengo aquí? Lo están viendo bien, ¿verdad? Pues bien. Deberán colocar estas esferas frente con frente y sostenerlas allí mientras bailan. La última pareja que la deje caer será la ganadora. Empezamos... ¡Ya!

La música comenzó a sonar y de inmediato todas las parejas tomaron las esferas y las colocaron frente con frente. Julián tomó la de ellos y la pegó contra su frente y la de Alejandro; sus rostros quedaron a centímetros de distancia y sus alientos se mezclaron junto al aroma de las feromonas. Alejandro lo miró a los ojos y Julián le pasó ambos brazos por el cuello, comenzando a bailar.

Cruel summerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora