Capítulo 20 Omegas... ¿género débil?

3 1 0
                                    


Capítulo 20

Omegas... ¿género débil?

A Ernesto Santos siempre le habían llamado la atención ese tipo de omegas: altos, corpulentos y algo salvajes. Prácticamente unos Alphas con genes de omega.

No había conocido muchos tampoco; eran escasos y muy difíciles de reconocer a simple vista.

Pero eran fascinantes.

Tan fascinantes como el que tenía frente a sus ojos.

William Presley era el ejemplo perfecto de un perfecto Alpha. Un Alpha en todos los aspectos excepto en el hecho de que no lo era. Un ejemplo claro de cómo a veces la genética jugaba unas bromas muy pesadas. Un ejemplo de que la naturaleza era atrevida.

—Hola, Will. Soy Ernesto... Ernesto Santos, el papá de Julián. ¿Te acuerdas de mí?

Un par de ojos azules se abrieron de par en par y lo miraron. William estaba bajo los efectos de unas gotas somníferas que sus padres le habían dado y que le habían calmado un poco. Sus feromonas aún seguían inestables y alteradas, pero eran un poco más discretas que minutos antes. Ernesto se sentó en la cama y le sonrió. Sus feromonas se dispersaron y se unieron a las de William, sintonizando correctamente. William las sintió y su cuerpo se relajó en automático. Al parecer, esa relación bioquímica era lo que le hacía falta. Los omegas eran muy sensibles y casi siempre buscaban de la estabilidad de otro igual para equilibrarse. Además, Ernesto nunca había conocido un caso en el que un omega no tuviera otro familiar omega o conocido omega para relacionarse y tranquilizarse. Aquella situación era nueva y única para él.

—Lo... lo siento.

—No... oh, mi niño, no.

Ernesto abrazó a William cuando éste empezó a llorar. El chico estaba evidentemente aterrado por lo que le sucedía y no contar con nadie que le pudiera entender y explicar lo que le estaba pasando, obviamente lo alteraba más. No era común que un omega no apareado tuviera un "pseudo celo" desencadenado por las feromonas de un Alpha y que éste durara tanto. Sin embargo, cuando Brandon y Oliver le explicaron que el causante había sido Zully Almanza, quien aparentemente compartía una compatibilidad muy fuerte con William, entonces lo comprendió todo. Esos chicos tendrían que ser separados o unidos. De otro modo no podría ser.

—Tranquilo, vas a estar bien. Tus padres ya me contaron todo. No es algo para avergonzarte, cariño. Es una respuesta fisiológica normal.

—No quiero que pase de nuevo —rogó William, limpiándose los mocos y las lágrimas. No podía creer cómo era que estaba hablando tan tranquilamente con un casi desconocido, sin embargo, la paz que le daba su olor le hizo empezar a comprender cómo era que funcionaba realmente aquel mundo.

—Si sigues juntándote con ese muchacho es muy probable que pase de nuevo —advirtió Ernesto, quitándole una pestaña caída de su mejilla—. ¿Quieres saber qué fue exactamente lo que pasó? ¿Quieres que te lo explique?

William asintió. Empezar a entender todos los cambios que iba a presentar de ahora en adelante iba a ser muy ventajoso. Aprenderlos de un omega adulto y experimentado como el padre de Julián, una ganga. Sus padres estaban haciendo todo lo que podían, pero la realidad era que no tenían ni idea. Nunca se habían relacionado con omegas y estaban navegando en aguas desconocidas. No quería culparlos, pero al mismo tiempo no podía quitarles parte de la responsabilidad. Escuchó atentamente las explicaciones que Ernesto le dio y tomó nota de las más importantes. Saber que ese hombre entendía perfectamente todo lo que sentía, lo tranquilizó bastante. Que cada uno de sus sentimientos y sensaciones fuera perfectamente descritas por el otro omega, le puso la piel de gallina.

Cruel summerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora