Capítulo 21 Orgullo y culpa

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Capítulo 21.

Orgullo y culpa.

Los Almanza se veían realmente aturdidos por toda aquella situación. De la pareja segura y confiada que conocieron en la reunión de padres, poco o nada quedaba. Fabriccio tenía unas ojeras enormes bajo sus grandes y expresivos ojos oscuros y una mancha líquida cubría una gran zona de su pecho, justo sobre su pezón derecho.

Lactancia. Sí, eso era, pensó Oliver al notarla. Al parecer, el pobre hombre había salido de casa tan azorado que ni extraerse la leche para su bebé había recordado. Traía a la pequeña criatura dormida en sus brazos mientras su marido cargaba en los suyos al mayor de sus hijos... al meollo de aquel conflicto... al famoso Zully.

—Lo siento por haber traído a mi hija también, pero no teníamos con quien dejarla. Suelo trabajar desde casa por lo que no tenemos niñera.

Oliver asintió, restando importancia a la presencia de la pequeña niña. Era una gordita, rosada y adorable. Aún tenían la cuna de las gemelas en el cuarto de las niñas, así que la niñera podía arreglarla para acomodar a la bebé. Luego de dejarla acomodada y dormida, Brandon condujo a los demás a un salón de reuniones y los Almanza acostaron a Zully en un mullido sofá mientras explicaban qué era lo que les había recomendado el pediatra en su última llamada. Brandon y Oliver escucharon atentos mientras los empleados de la casa caminaban de un lado a otro, crispados, comprendiendo la situación solo en parte. Era algo nuevo para todos, ver a tantos desconocidos en un solo día. Por lo general, los Presley sólo tenían gente extraña en casa cuando realizaban sus fiestas sociales o recibían a algún inversionista extranjero.

—... entonces, eso fue lo que sucedió.

—Sí, ya veo.

Oliver asintió, entendiendo mejor lo que había sucedido. William ya le había contado a Brandon una parte de la historia, pero lo de la perdida de la medicina de Zully no les había quedado claro. El día de la reunión de padres, algo habían escuchado sobre el tratamiento hormonal de ese chico, sin embargo, no sabían sobre el hecho de que hasta hacía apenas unos meses atrás, Zully Almanza había vivido como un omega.

—Sentimos que... que no lo ha llevado muy bien, ¿saben? —anotó Fabriccio, estirando la mano para acariciar un mechón de cabellos rubios de su hijo—. Tuvo que dejar su anterior escuela, a sus amigos. Tuvo que empezar a colocarse unas inyecciones que lo llenaron de hormonas en muy corto tiempo. No pensamos que esto sería tan traumático para él. De verdad, hemos querido ayudarlo y entenderlo pero se nos ha salido de las manos. Ya no sabemos qué hacer.

El sollozo de Fabricio fue recibido por el ancho pecho de su esposo. Al voltear su rostro, Brandon pudo observar un amplio rasguño que cubría parte de su cuello y que hasta ese momento había estado cubierto por su cabello. Sus ojos miraron interrogantes al otro Alpha, Leandro, en busca de una explicación. Este se la dio con un asentimiento de cabeza.

—Fue Zully. Lo hizo esta noche —dijo, mirando a su niño con una tristeza inaudita en sus ojos—. Nunca antes nos había levantado la mano a ninguno de los dos. Era un niño tan dulce. Es como si estuviese poseído por algo. Cuando se descontrola su mirada cambia, su postura cambia; el poder de sus feromonas se vuelve terrible. Cuando escuchó a su papá hablando a la escuela para pedir su retiro se puso como loco y lo atacó. Lo golpeé. —Un nuevo sollozo de Fabricio y todos repararon en el moretón rojizo y la ligera hinchazón que ya se empezaba notar en el rostro de Zully—. Lo golpee fuerte, como nunca lo he golpeado. Tuvimos que darle una dosis tripe de sedante para tenerlo como está ahora. Dios mío, fue horrible.

—Dios mío.

Oliver se puso de pie y se paseó por la sala de un lado al otro. Brandon le tomó la mano y se la besó. William era su hijo de vientre por lo que, Oliver sentía un instinto más fuerte de protección hacia él. Permitir que un chico tan claramente fuera de control se le acercara, aunque fuera sedado y vigilado, era algo que le iba a costar horrores permitir.

Cruel summerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora