VANESSA
— ¿Quieren bajarle a U2? Nos van a regañar por su culpa, chicas —dice mi compañera de dormitorio, para hacerla molestar un poco, subo más el volumen y canto a todo pulmón junto a Ayla—. Están locas, pero me gusta esa canción.
Las tres nos ponemos a cantar y bailar, Ebba toma su cepillo para el cabello y lo usa como micrófono, bailamos por todo el dormitorio, solo vemos nuestro cabello moviéndose por todas las partes.
— ¡Como estrellas de rock, nenas!
Ebba dobla sus rodillas, se agacha un poco y gira su cabeza haciendo que su pelo se mueva frenéticamente, sigo sus pasos y a los segundos ya estamos bailando.
Ayla se sube a mi casa y comienza a brincar en ella, pero la mensa se cae y se ríe, sale de la cama para bailar con nosotras haciendo que la habitación sea una mezcla de cabello rubio, pelirrojo y negro, nuestros pies con calcetines casi tocan el suelo de madera del dormitorio, se siente como un concierto privado.
Ebba y Ayla bailan entre ellas, la primera mueve la cabeza y los hombros al ritmo de la canción, la segunda le sigue el baile, parecen una clase de baile de disco, me uno a ellas, hacemos pasos de disco mezclados con pasos inventados.
—One, two, three, four, was enough —canto para todas cantar el coro.
— ¡Soldier, soldier, we signed our lives away, complete surrender, the only weapon we know, soldier soldier, we knew the world would never be the same, soldier, this is where you can reach me now! —cantamos y nos dimos cuenta de que una cuarta voz nos acompaña.
Miramos a Cassian que se unió a nuestro concierto privado, los cuatro reímos mientras bailamos, Ebba se acerca al chico para bailar sensualmente, pero le gana la risa y vuelve a bailar como una loca, Ayla me mira divertida, toma mi mano y bailamos a su ritmo, me da una vuelta hasta quedar enfrente de ella y movemos los brazos como unas locas.
De repente la música es apagada, la pelirroja y yo nos miramos confusas, los otros siguen bailando en su mundo.
— ¡Soldier...! —la voz toda desafinada de Cassian se oye por todo el dormitorio, nos miramos y nos reímos.
Seguimos bailando hasta que la canción termina, Ebba se deja caer al suelo al igual que Cassian, Ayla se deja caer en la cama de Ebba y yo en la mía, miramos el techo con estrellas negras, nuestras respiraciones es agitada como si hubiéramos realizado un maratón.
—Son unas malditas locas, la música se escuchaba hasta el primer piso y eso solo que pasé por ahí y aquí ando con unas locas —Ebba le da un golpe en su hombro—. Auch, eso dolió —dice con sarcasmo y se ríe.
—Eres un tonto —suelta con molestia fingida.
Estos dos llevan siglos enamorados, pero no se animan a dar un paso, siempre los tengo que estar animando y la situación se vuelve tensa cada vez que lo intento, como a continuación.
— ¿Por qué no se besan?
Me siento en la cama, Ayla hace lo mismo y miramos a los chicos que siguen en el suelo, Ebba lo mira con ojitos llenos de brillo, por un lado, Cassian la mira con intensidad, pero la oculta, se pone de pie y le da la mano para ayudarla en ponerla de pie.
—No podría besar a mi hermana, Vane —dice mirando a Ebba, el rostro de ella se transforma en algo muy triste, pero lo disimula con una sonrisa burlona.
—No me gustan los penes pequeños, Cassian —ataca burlona, el rostro del chico es todo un poema.Los dos se miran desafiantes, miro a Ayla y ella tiene una sonrisa, es muy evidente que ellos se gustan, son unos tercos.
—Chicos, lo que dije fue en broma —trato de aliviar la situación, abro la boca para decir algo, pero Cassian me gana.
—Te voy a demostrar que tengo un buen pene, cariño —suena desafiante y sale de la habitación, miro a mi amiga que ella tiene una gran sonrisa y suelta su risa a todo pulmón.
—Desde cuando le hubiera dicho eso y no faltando un año para salir del internado —dice recuperándose de la risa loca.
La miramos con terror mientras vuelve a reírse, no es risa de tierna, esa risa normal en ella, es risa de loca como si fuera bruja.
—Me das miedo —ella me mira como si le afectó lo que dije pero vuelve a reír.
Ayla mira a Ebba como si estuviera poseída.
—En serio, espero que Cassian te enamore de la forma que te mereces —suelta Ayla haciendo que Ebba la mire y su risa se esfuma, se acerca a Ayla.
—Eso espero, cariño —dice y la abraza.
—Dramáticas —camino hasta donde se encuentra la bocina portátil y mi celular—. ¿Otra ronda? —pregunto divertida y ellas cantan cuando reproduzco la canción.
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Placeres Infernales
Teen FictionSoy una chica que cree en el destino, si algo pasa es por el destino, sea malo o bueno, pero cuando lo conocí lo sentí diferente, como si el destino me estaba enviando señales. Solo recuerda: ¿Quema o arde? ¿No sabes de lo que hablo? Te invito a le...