VANESSA
— ¿Qué mierda se cree ese pendejo? —pregunta Ebba y me rio de su insulto, aunque esté de mal humor, su español-alemán es muy chistoso—. No te rías, Vanessa.
—Odio que trate a Inna como un pedazo de carne —digo y sigo comiendo.
—Bruno tiene poder sobre ella, la engaña con amor y ella hace lo que él quiere —todas miramos a Cassian—. ¿Qué? En los entrenamientos nos cuenta todo lo que hace con Inna y es asqueroso, pero cambiando de tema, andan diciendo que Adler es todo un mujeriego porque bailó con las mejores chicas, Dagmar, Inna y Vanessa —dice mi nombre como si fuera una gran celebridad y nos reímos.
—Uf créeme que tuvo el honor de bailar conmigo —sonrío de lado.
—Todos saben que Vanessa Leyva es difícil de conseguir —dice divertido.
—Qué exagerado, Cassian —dice divertida Ebba, el chico la mira con una sonrisa.
— ¿Tienes un plan para hoy? —le pregunta, Ayla y yo ahogamos un gritito de la emoción.
—No, Cassian —responde Ebba alegremente.
—Pues qué bueno —dice divertido y se pone a comer.Todas las miramos sorprendido, Ebba borra su sonrisa, baja la cabeza y se dedica a comer, siento un golpe en mi pierna y miro a Ayla, ella señala con la cabeza a un chico con ramo de rosas y se acerca a nuestra mesa, Cassian lo nota y sonríe, el chico le entrega el ramo de rosas, nosotras sonreímos como unas pequeñas.
Se pone de pie, a espaldas de Ebba, ella anda en su mundo que no se da cuenta de nada, todos miran hacia nuestra mesa emocionados.
—Ebba —la llama, la chica mira hacia donde estaba sentado Cassian, le hago una seña de que está detrás de ella, ella se voltea—. ¿Te gustaría pasar un rato conmigo? Digo, una cita, hoy... Lo siento, estoy muy nervioso —dice y nosotras reímos.
—Me gusta esa idea, Cassian —dice Ebba emociona, el chico le entrega el ramo y deja un beso en su frente.***
—Te miras bien hermosa —le digo cuando se está viendo en el espejo.
—Estoy nerviosa y emocionada —confiesa y me rio, me pongo detrás de ella.
—Tranquila, respira, si se te sale un pedo, no pasa nada, es natural —digo con humor para quitarle los nervios y ella se ríe.
—Qué gran consejo, amiga —dice y su celular suena—. Es él —dice emocionada, lee el mensaje y guarda el celular en su bolso.
—Disfruta, nena —la corro del dormitorio antes de que se arrepienta.Los domingos no tenemos permitido salir, así que Cassian preparó un mini pícnic en el campo, espero que el chico se esforzó demasiado porque Ebba es una reina.
Miro mi cama y tengo un par de tareas por hacer y es que los domingos nos dedicamos a eso, pero da flojera y no importa qué día sea, siempre dará flojera hacer tareas, pongo música y suena Adam Lambert, me pongo hacer la tarea hasta terminarla.
—Listo —digo cuando todo está terminado y listo para mañana, vuelvo a revisar la presentación y quedó muy bonita, espero tener la nota más alta.
Miro al techo como por media hora, suspiro y salgo del dormitorio tomando mi celular, me encamino hacia el dormitorio de Ayla, no le mando mensaje porque sé que está haciendo tareas, eso dijo ella misma, llego a su puerta y la abro sin tocar.
—Ayla...—no termino la frase porque miro a Ayla y a una chica besándose, ellas se detienen, reacciono y cierro la puerta para darles tiempo.
Bueno, no les quiero dar tiempo, así que me pongo a caminar de regreso a mi dormitorio, escucho unos pasos, me imagino que es la chica.
— ¡Vane! —la voz de Ayla me detiene, me doy la vuelta y ella me sonríe, una sonrisa triste, me hace una seña para que entre a su dormitorio, miro que la tercera puerta se cierra, de seguro es de la chica.
Entro al dormitorio, cierra la puerta, me siento en su cama y ella a mi lado con la cabeza mirando al suelo, creo que evita verme porque piensa que la voy a juzgar y estoy en lo correcto porque escucho su llanto, me pongo de pie para detenerme enfrente de ella y arrodillarme para estar a su altura.
—Ayla, mírame —le pido, pero niega, tomo sus manos lo que hace que levante la cabeza para verme—. Cariño, yo no soy nadie para juzgar, estoy aquí porque soy tu amiga —llevo mis dedos a su cara para secar las lágrimas—. Te voy a querer igual, nada cambia, mi amor —la miro a sus ojos, sus ojos se vuelven a llenar de lágrimas y le doy tiempo para que llore lo que sea necesario.
Llora por cinco minutos, cinco minutos que cuento hasta que se tranquilice, me levanto y camino hacia el baño por papel, al regresar le entrego el papel y lo acepta, me siento a su lado.
— ¿Por qué el llanto, cariño? —sé qué es muy pendeja la pregunta, pero sé que ella espera esa pregunta.
—Porque me dolía no saber si me ibas a aceptar como soy —su voz suena rasposa—. No quería que nadie se enterara y menos de ese modo, se los iba a decir, pero no podía —dice apagada.
—Si ella te hace feliz, adelante y que la gente se vaya a la mierda, tu felicidad es lo primero, amor —jalo su brazo y ella se acomoda en mis piernas, su cabeza se encuentra en mis piernas y peino su cabello—. Como te dije, nada cambia, me da gusto saber que la chica te hace feliz, ¿quién es la afortunada? —pregunto divertida y eso logra sacarle una risa.
—Va en escritura, al igual que yo.—Dame detalles —digo divertida y ella ríe, no dejo su cabello rojizo.
—Todo pasó muy raro, un día nos encontramos en el pasillo de la lavandería, estaba solo y nos pusimos a platicar para hacer tiempo, el tiempo pasó y las cosas cambiaron —hace una pausa—. No sé qué pasó cuando esa chica tímida me besa —dice y me rio.
—Mi bebé ya creció —digo con voz de madre orgullosa.
—Vane, pensé que era muy tímida y me sorprendió que hiciera eso, fue sexy y tierno, no sé si eso exista, pero en ella sí y fue wow —suelta un suspiro—. Desde ahí empezó todo, solo te pido una cosa, Vane.
—Tú dime, amor —sigo con su pelo rojizo, siento que le estoy haciendo nudos, pero ella no se molesta.
—No le digas a nadie sobre eso, quiero hacerlo, pero dame tiempo para tomar valor —dice preocupada.
—No diré nada, te doy mi palabra —le digo, se levanta para sentarse a mi lado y me mira.
—Gracias, Vane —me abraza y yo la abrazo.
—I know that my heart is ghost town —susurro y ella se ríe—. Esa era tu canción.
—Todo cambia —susurra y me quedo con ella un buen tiempo hasta que llegó su compañera y me fui.
ESTÁS LEYENDO
Placeres Infernales
Teen FictionSoy una chica que cree en el destino, si algo pasa es por el destino, sea malo o bueno, pero cuando lo conocí lo sentí diferente, como si el destino me estaba enviando señales. Solo recuerda: ¿Quema o arde? ¿No sabes de lo que hablo? Te invito a le...