Capítulo 11

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ADLER

Son las ocho y media, Dustin se fue hace una hora para su clase, así que tengo el dormitorio para mi mismo, significa que puedo poner música a todo volumen, voy al baño para asearme, salgo con un bóxer y secándome el cabello con la toalla, cualquier chica moriría por ver este espectáculo, tomo el pantalón negro y me lo pongo, lo que sigue es la camisa roja y los zapatos.

Me miro al espejo, esto es necesario, ya que tomo confianza en mi mismo, tomo el saco negro de la silla y me lo pongo como modelo, todo un espectáculo, no es saco de un traje, este es ligero y fácil de manejar, paso mis dedos sobre mi cabello negro y lo peino despeinado, me miro por última vez en el espejo para notar que el uniforme me queda demasiado bien.

—Eres todo un galán —me digo a mi mismo y orgulloso por mi trabajo.

Agarro mis cuadernos para las materias que me tocan ahora y salgo de la habitación, paso por el pasillo hasta llegar a las escaleras, del otro lado miro a la pelinegra y a su amiga, disimuladamente me acerco hasta ellas y logro colocarme enfrente de ellas, espero que no se den cuenta de eso.

—Vane, en serio odio, mega odio ir a clases, ¿por qué es importante tener un número que nos define si somos inteligentes o no? Puedo ser inteligente, pero en los exámenes me sale todo mal —bufa la chica de ojos negros.
    
—Ten cuidado que alguien nos escucha —eleva un poco su voz para que la escuchara, me rio y las chicas se colocan a mi lado.
    
—Buenos días, señoritas —sonrío divertido, la chica rubia me sonríe y la otra solo se limita a verme divertida.
    
—Ebba, él es Adler —me presenta con su amiga, salimos del edificio, el patio enorme y verde nos recibe igual que el sol.
    
—Hola, Adler —me saluda la chica alegre.

Siento la mirada de Vanessa, me escanea como si estuviera aprobando mi atuendo, se da cuenta de que la miro porque sonríe maliciosa y se encoge de hombros como si le diera igual mi sexy presencia.

— ¿Qué clase les toca? —pregunto con una sonrisa de lado ignorando el gesto de Vanessa, no quiero que sepa que hirió mi orgullo, tomamos el camino hacia otro edificio, donde queda las aulas.
    
—Yo voy a clases de piano y Ebba a clases de... —hace una pausa para mirar a Ebba—. ¿Qué te toca? —pregunta confundida ganándose un gruñido por parte de la chica.
    
—No tienes remedio, me toca clases de pintura, que por cierto, me tengo que ir antes de llegar tarde, nos vemos en el comedor —se despide de nosotros y la miro alejarse rápidamente.
    
—Bueno, yo también tengo que irme, nos vemos Adler —se detiene y hago lo mismo, me da un beso en la mejilla muy húmedo, siento que me dejó marcado su labial rojo y se aleja.

Me he dado cuenta de su uniforme, es una blusa de botones roja con un saco negro y una falda negra con líneas rojas, mal error, y recuerdo cuando nos conocimos en la biblioteca, la falda se mueve con el movimiento de su caminar, bajo mi mirada hasta ver unas calcetas negras y unas botas militares cortas negras.

— ¡Sigue caminando, Adler! —la chica grita y nos ganamos miradas de los que estaban cerca.

Niego divertido y me encamino hacia el aula, todos miran el beso pintado que tengo en la mejilla y no me molesto en quitarlo quiero seguir presumiéndolo, entro a un edificio es de estilo antiguo y elegante, solo puedo mirar puertas de un lado a otro, camino para encontrar el número del aula.

— ¡Adler! —gritan mi nombre y me giro para ver al chico—. Soy Cassian, me he enterado de que estás en la clase de entrenamiento —dice el chico de cabello rubio—. ¿Ese es beso de Vanessa? —pregunta asombrado.
    
—Así es —digo sin diferencia y él se ríe.
    
—Le gusta jugar con fuego esta chica —niega con la cabeza divertido—. ¿Qué clase te toca?
    
—Me toca historia —le digo y él sonríe.
    
—Vamos a la misma, pero está en el segundo piso —subimos las escaleras.
    
— ¿Qué hacen en la clase de entrenamiento? —pregunto interesado, me lo habían explicado, pero ya quería terminar los trámites.
    
—Mira, todo lo que hacemos es entrenar, hacer ejercicio y ya —dice mirando a una chica rubia.
    
—Cassian —dice la chica y reconozco que es la amiga de Vane.
    
—Te ves preciosa —le dice enamorado, me rio y disimulo la risa en tos.

La chica sonríe y entra por una puerta que se encuentra pintada, me imagino que es el aula de artes, dos puertas más y ya estamos en el aula de historia.

—Oye, pásame tu contacto para comunicarnos —le paso mi contacto y listo, abre la boca para decir algo, pero el profesor entra.
    
—Buenos días, jóvenes —dice y todos saludamos—. Espero que el fin de semana lo aprovecharon para estudiar —se escuchan risas en el aula y el profesor niega la cabeza, apaga las luces y proyecta la clase, tomo mi cuaderno y anoto lo más importante.

Después de dos clases más, separado de Cassian, he ganado demasiadas miradas por el beso de Vanessa, chicos me miran como si fuera un ganador y las chicas me miran sorprendidas, no sé qué tiene Vanessa que hace que todo el mundo sepa que es su labial, pero me imagino que todo se debe porque escucharon a Cassian preguntándome si era de Vanessa, siento que mi celular vibra y es un mensaje de Cassian.

Cassian: Te esperamos afuera del edificio, para ir a comer.
Yo: Está bien, ya voy.

Guardo el celular en una de las bolsas del saco para bajar las escaleras, algo que me estresa es que la persona que se encuentra enfrente de mí camina lento, como si todos tuvieran su tiempo, espero que un chico se adelante y hago lo mismo, dejando al chico que camina lento atrás, salgo del edificio y miro que Cassian sonríe como baboso con Ebba, una sonrisa divertida posa en mis labios y me acerco a ellos.

—Huele a amor —digo divertido, el chico me mira confuso y Ebba ríe.
    
—Eres como Vane, pero en masculino —dice divertida, se da cuenta del beso y se ríe.
    
—Hablando de ella, nos están esperando —dice Cassian y comenzamos a caminar.

Entramos a un edificio de un solo piso, dedicado a la cafetería, todos están comiendo y otros haciendo fila, pasamos de largo la fila, seguimos caminando directamente a las mesas.

— ¿No vamos a comer? —pregunto y los dos chicos se ríen.
    
—Nuestra comida ya está en la mesa —responde Ebba.

Y sí, efectivamente está en la mesa, en la mesa que nos está esperando Vane y una chica pelirroja, las dos se están riendo y se detienen cuando nos miran, la pelinegra me mira sonriente.

—Siéntate, Adler, estás en tu casa —toma asiento al lado de Ebba y me siento a su lado, me pasan una bandeja con comida y todos comenzamos a comer.
    
— ¿Qué tal sus clases, chicas? —pregunta Ebba.
    
—Bien, aunque lo mío no es la química —se queja la pelirroja.
    
—Ya sabes, demasiados halagos por tocar tan jodidamente bien el piano, lo normal —dice aburrida, pero su sonrisa es divertida.

Vanessa me mira con una sonrisa de lado, vamos a joder un rato, pienso, tomo una uva sin dejar de mirar a Vanessa, la paso por mis labios haciendo que sus ojos sigan mis movimientos, abro ligeramente mi boca para introducir la uva en mi boca, capta mi juego porque toma un corte de zanahoria, el corte es mediano, saca su lengua y la pasa por toda la zanahoria, vuelve a meter la lengua para llevarse el trozo a sus labios y noto que succiona.

— ¡Mierda, Vane! Te dije que te comportaras —Cassian nos saca del juego, Vanessa divertida mete lo que falta del trozo y lo mastica.

Eso fue caliente, muy caliente, la forma en que pasaba su lengua hasta cómo tomó el trozo del traste, miro disimuladamente hacia mi bicho y efectivamente está muy alegre, al parecer Vanessa se da cuenta porque se ríe.

—Cassian, estaba comiendo mi trozo de zanahoria —dice inocente.
    
—No, Vane, estabas dándole sexo oral al trozo —dice la pelirroja.
    
—Así me como las zanahorias —se defiende.
    
—Eres una sucia —dice Ebba, la última lo dice en una especie de español-alemán y me rio, todos me miran confundidos así que dejo de reír.
    
—Lo siento, pero tu español es divertido, Ebba —digo divertido.
    
—En serio, tú y Vane son los únicos que se ríen, no es divertido —se queja como una niña.
    
—Ya, cariño, no les hagas caso —dice Cassian en tono dulce.

Este compa ya está jodido.

Placeres InfernalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora