Capítulo 14

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VANESSA

Han pasado dos meses desde que Adler compartió su comida conmigo y después de jugar con sus propias cartas, en ese tiempo hemos sido amigos inseparables, claro, sin contar el coqueteo que lo tomamos como juego, con Ayla las cosas van lento, ella dice que se está preparando para decirle a los demás y yo no la presiono, ella sabrá cuando estará lista.

—Presiento que estás hablando con Adler —dice Ebba con un tono coqueto, levanto mi vista del celular para mirarla.
    
—Por favor, solo somos amigos y ya —bufo y guardo el celular en el bolsillo de la chaqueta.

Es sábado por lo que andamos con ropa normal y no con uniforme, Ebba tiene puesto un pantalón gris con una blusa de botones blanca y una chaqueta roja, su cabello rizado está suelto. Ayla lleva puesto un pantalón negro, un suéter color crema y una chaqueta negra, su cabello rojo y lacio se encuentra suelto.

—Los chicos dicen que nos están esperando en el campo —digo y las chicas empiezan a agarrar sus bolsos, miro al espejo una última vez y sonrío, me siento una diva, me encanto...
    
—Vane, deja de verte en el espejo y vámonos —me apura Ayla y me rio, tomo mis cosas y salimos del dormitorio.

En el exterior, se miran alumnos animados a salir, se escuchan las palabras fiestas, bailar, salir, algunos nos miran, uno que otro me sonríe coqueto y le regreso la sonrisa, como toda una diva, Ayla le saca plática a Ebba y yo aprovecho para mandarle un mensaje a Adler.

Guardo el celular y me uno a la plática, cuando vemos el campo, le hago una señal a Ayla discreta, ella sonríe y dejamos de caminar, en nuestra parada no alcanzamos ver nada de la sorpresa, así que será fácil.

— ¿Se acuerdan cuando jugábamos a caminar con los ojos cerrados y con solo la voz de alguien nos guiaba a un lugar? —pregunta Ayla emocionada.
    
—Ayla, ya no somos esas niñas —dice como si fuera adulta—. Pero será divertido intentarlo —se emociona y nosotras respiramos tranquilas.
    
—Yo seré la que esté hablando —digo y Ebba sonríe y cierra los ojos.

Nunca pensé que esto sería demasiado fácil, Ayla se aguanta la risa, se aleja hacia el campo y logro ver que se coloca a un lado de Adler, los dos me hacen una seña para comenzar a caminar.

—Anda, apúrate —se queja y yo me rio.

—Vale, pero esta vez yo te llevaré, si los abres ojos, me deberás dos botellas de vodka —le digo seriamente y ella asiente con la cabeza.

Tomo su brazo y caminamos, no tardamos en llegar al lugar deseado, para mi sorpresa, Cassian está arriba de las gradas y solo él, nada en especial, con flores o algo así, espero que sea una gran sorpresa.

—No vayas a abrir los ojos —le digo mientras la dejo donde está marcado una x, que es abajo en las gradas, miro a los chicos y me pongo a su lado, Cassian me da la señal—. Abre los ojos —digo y ella los abre, mira a Cassian en la grada más alta y ella nos mira confundida.
    
—Ebba, desde que te vi, quedé enamorado de ti —habla Cassian y baja una grada—. Esa sonrisa que me hace sonreír como un idiota —baja otra grada, solo faltan tres gradas más—. Siempre te quería abrazar o llenarte de besos —baja otra grada.

Adler hace una seña y varios chicos se acercan con ramos de girasoles y se colocan detrás de Ebba, creo que ella está muy emocionada porque no se da cuenta de eso.

—Quiero estar contigo en todo, apoyarte en tus sueños y metas, si quieres ser pintora, te apoyo, si quieres viajar a la luna, te apoyaré —baja la otra grada que queda enfrente de ella—. Quiero estar ahí como amigo y como... —hace una pausa, deja sus manos en los hombros de Ebba y la gira hasta que ella pueda ver las flores, escuchamos su gritito de sorpresa, Cassian se baja de la grada y se acerca a la espalda de Ebba—. Quiero estar ahí como amigo y como novio. ¿Quieres ser mi novia, Ebba? —le pregunta y nosotros sonreímos.
    
—Creo que voy a llorar —dice Adler y nosotras reímos en bajito—. Los chicos también lloramos por cosas románticas —bufa divertido.
    
— ¡Sí! —grita Ebba emocionada y se gira para abrazar a Cassian y ahí es donde nosotros les damos su espacio y nos volteamos.
    
—Esto es divertido e incómodo —dice Adler y nosotras nos reímos.
    
—Eres un tonto —dice divertida Ayla y yo concuerdo con eso—. ¡Vanessa Leyva! —el grito de Ebba me hace dar un brinco y doy la vuelta con mucho cuidado, ella se encuentra a mis espaldas.
    
— ¿Si? —pregunto temerosa, en serio, Ebba enojada se transforma.
    
—Te amo, tonta —me abraza—. Gracias —me susurra y se aleja para abrazar a Ayla y a Adler.
    
—Bueno, les robaré a esta chica —anuncia Cassian.
    
—Está bien, usen protección —digo divertida.
    
—Cassian, te dejé condones en la bolsa de tu chaqueta —dice Adler, Ayla y yo nos reímos porque la parejita se sonroja.
    
—Qué cositas tan bellas —dice Ayla y los tres caminamos hacia el edificio de los dormitorios, hace tiempo quedamos en salir para dejar a la parejita solos.
    
—No me tardo —dice y se aleja.

A esta hora, casi está desierto el internado, nos sentamos en una banca que queda en un jardín que está enfrente del edificio, Ayla ha estado distraída jugando con sus dedos.

—Ya dilo, Ayla —la animo a que diga lo que tenga que decir, ella deja de jugar y me mira.
    
— ¿Puedo invitar a Gala? Me dijo que no tenía planes y pensé en invitarla, pero no sé si te molesta o algo por el estilo —dice tímida.
    
—Dile que venga, a Adler tampoco le molestará —digo muy segura y ella me sonríe.
    
—Ya vengo —dice y se aleja para ir por Gala.

Espero a los chicos en la banca, algunos chicos pasan con su grupo de amigos, algunos me miran, un chico intenta acercarse pero al final se arrepiente y se aleja, me da risa que hagan eso no voy a morder o ser la chica que contesta grosera.

— ¿Te estás divirtiendo ver a esos chicos que no se animan a acercarse? —la voz de Adler me saca de mi mente y lo noto que está sentado a mi lado.
    
—No sé si piensan que soy odiosa —digo divertida.
    
—Intimida tu belleza y tu carácter, mami —dice y me rio, me encanta cuando dice mami y más porque lo dice en español.
    
—Puede ser, fantasma —lo miro y le sonrío de lado, su mirada se posa en mi sonrisa y se queda unos segundos mirándola, no sé por qué pero me dieron ganas de besarlo.
    
— ¿Y Ayla? —pregunta cambiando de tema y se concentra en mis ojos.
    
—Fue por una amiga —digo mirándolo, sus ojos azules son tan profundos y fácil de perderse en ellos.
    
—Chicos —nos llama Ayla y la miramos, se encuentra con una chica blanca con cabello castaño corto hasta los hombros y ojos azules, sin duda es la chica—. Ella es Gala —nos la presenta y nosotros la saludamos.
    
—Siéntate cómoda, Gala —digo amigable y nos pusimos de pie—. ¿Listos para ir de fiesta? —pregunto emocionada y caminamos hasta el estacionamiento.

Placeres InfernalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora