Me desperté con la mejor sensación del mundo y no me refiero a un orgasmo mañanero, si no al saber que había llegado el momento en el que estaría cerca de mi hermano enseñándome todo lo que debía saber sobre un hombre.
Desayune con rapidez, con una ropa más recatada que las anteriores veces. Me dirigí a la habitación de mi hermano. Sin su permiso, pasé dentro, viendo que estaba abrochándose el cinturón de su negro vaquero.
—¿Qué haces? —dirigió la mirada sobre mí.
—Venir a mi clase.
Hizo un bufido antes de sentarse a mi lado en la cama.
—¿Qué es lo que quieres saber exactamente? —dudó con pesadez.
—Todo. Desde seducción a las cosas que os gustan.
—Ese secreto no debería ser desvelado ante ninguna mujer.
—Soy una niñata... no entro en mujer así que no hay excusa. Quiero empezar por una cita a la que vas a cenar, como puedo seducir y como acabar en... —insinué.
—¡Esto me va a costar! —quejó llevándose las manos a su cara.
—Vamos —Exigí dando saltos sentada sobre su cama.
—¿Qué es lo que tu harías si te sientas enfrente de esa persona? —preguntó.
—Llevaría un vestido escotado y ajustado. Me sentaría y empezaría a comer, ¿de manera sexy?
—¿Y qué es de manera sexy?
—¿Pasaría mi dedo por la copa rodeándola para después morderme el labio inferior?
—No me refería a ese aspecto. Realmente a mí me gusta que no enseñen demasiado pero que sean sutiles para dejarlo a la imaginación, solo de pensarlo me pongo más... —Se calló regresando a tierra y ver a quien estaba dirigiendo esas palabras.
—Entonces nada de insinuaciones directas —apunté mentalmente —¿Entonces es mejor ir bien tapada? —pregunté curiosa.
—No he dicho eso, he dicho que hay que dejar cosas a la imaginación, pero no todo. Un buen escote y un vestido ceñido ayudan mucho a resaltar el cuerpo de una mujer.
—Aja, ¿y después te sientas y que haces? —me estaba encantado saber todo lo que le ponía a mi hermano de manera tan sencilla y sutil. Lo cierto era que estaba enseñando a un monstruo.
—¡Joder Ashley! ¿Crees que no me está costando? —refunfuñó.
—Tan solo tienes que contarme qué es lo que las chicas te han hecho que más te haya gustado —simplifique para que siguiera contándome.
—Ufff, está bien —Bufo —Unos labios pintados de color rojo y ver cómo se mueven mientras come o deja esa marca en la copa estampada, es un buen comienzo. Tan solo con lamerlos sutilmente ante mi mirada... —decía con una voz que llegaba a excitarme.
—Entiendo... Pero ¿os sentáis enfrente o al lado? —continué para que no se me notara.
—Enfrente normalmente. ¿Crees que he llegado a acabar muchas citas? —preguntó Obvio.
—Pues no lo sé... ¿y después qué más hace la chica o ya con eso basta?
—Pasar al roce. Acariciar la pierna del contrario con el pie lentamente y de manera relajada pero sexy subiendo poco a poco, pero con un talante segura de sí misma hasta llegar a... Eso acaba el calentamiento.
—¿Tan solo es eso? —pregunté queriendo saber más detalles de todo.
—Ashley requiere tiempo y que una chica sepa seducir, no cualquiera haciendo eso queda sexy, puede dar repulsión.
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Un sabor agridulce ♀ (Libro)
Teen FictionLos recuerdos que retengo en mi memoria, no son todos aquellos que me gustaría recordar. Pero hay uno en especial, que se mantiene preso, que jamás quiero dejar escapar. Uno que me ha convertido en lo que soy. Junto a él. Junto a Derek...no sé cuánd...