CAPÍTULO VIII: NATHAN

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Un gran dolor de cabeza y unas enormes ganas de ir al baño me despertaron de golpe. Intentaba levantarme de la cama, pero una pierna se cruzaba sobre mi cuerpo impidiéndome que me moviera del sitio. Giré mi cara para poder observar que era aquel impedimento. ¡Derek! ¿He dormido con él y ni siquiera me acuerdo? ¡No puede ser que ni siquiera me acuerde!

Aparte bruscamente su pierna dejándome libre pudiendo correr al aseo para descargarme. Me pare a pensar por un momento ¿Qué hacíamos en la habitación de mis padres? ¿Qué le pasaba a mi dormitorio?

Al salir del baño, me dirigí directa hacia la puerta cerrada de mi cuarto. La abrí bajo sigilos asomándome directamente por la ranura que dejé, viendo un bulto con melena castaña durmiendo en MI cama. ¿Podía ser Brooke?

Necesitaba tener más información para atar los cabos que tenía sueltos. Regrese a la habitación de mis padres. Derek seguía tumbado en la cama, ni quiera se había dado cuenta de mi ausencia. Carraspee con fuerza, provocando que sus ojos abandonaran el sueño.

—¿Por qué estamos los dos en el cuarto de los papas? —pregunté sin preámbulos.

—Nathan está ocupando mi habitación.

—¿Y en la mía quien narices esta? —gruñí.

—Que yo recuerde... puede que sea Brooke.

—¿Sabes que no la soporto y encima utiliza mi cama? —quejé molesta —Además ¿eres consciente de cómo tiene que estar la casa?

—¿Y tú eres conscientes del espectáculo tan lamentable que diste ayer? —recriminó.

—No evadas mi pregunta.

—No evadas tú la mía. Además, si mal no recuerdo la despensa está llena de cristales —agregó.

—Vaya novedad.

—La culpa de eso puede que sea mía.

—¿Solo tuya? —pregunté recordando por un momento de lucidez lo ocurrido allí dentro.

—Bueno mía y de mi novia, claro. Creo que no debo darte más explicaciones.

—¿Con tu novia? ¿Me quieres decir que ayer te "liaste" dentro de la despensa con Brooke?

—Si Ashley sí.

—Ja, ja, ja, Bromeas ¿cierto?

—No. Iba borracho, pero no tanto la vi entrando con su máscara.

—Enserio, deja de ofenderme —burlé.

—¿Cómo?

—Que dejes de joderme así —hablé fuerte y seca.

—Nadie te está jodiendo.

—La persona a la que besaste así y agarraste de ese modo, fui YO —aclaré.

—Es la estrategia más mala que has utilizado hasta ahora para el juego —informó.

—¿Ah sí eh? ¿Recuerdas la manera de besarte que tenía aquella chica?

—Por supuesto que sí.

—Muy bien —concluí posicionándome a cuatro patas encima de él, agarrando su mano y estampándola contra una de mis nalgas —¿Te parece este el trasero de Brooke?

—Qué haces... —mencionó tragando duramente saliva.

—¿Necesitas más alicientes? Perfecto Derek —dije sin dejar que apartara su mano de mi glúteo.

Un sabor agridulce ♀ (Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora