CAPITULO XII; MI SUEÑO HECHO REALIDAD

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Will había insistido en vernos, quería ir a ver una película al cine, y Bryana parecía haberse apuntado. Él no lo sabía, pero prefería que estuviera mi amiga delante. Me lo había pasado bien con Will, pero no era para mí. Parecía haberlo notado ya que ni siquiera manteníamos contacto desde la fiesta.

Me encontraba en la parada de autobús esperando a que mi línea viniera y me llevara al cine donde había quedado con ambos.

Metí mi mano en el bolso queriendo sacar la cartera de ahí para coger el dinero para el bus. Pero por más que buscaba no estaba. ¡Mierda! No la tenía, me la había dejado sobre el mueble del salón.

Corrí como una posesa de vuelta a casa. Entré en el salón buscándola con la mirada. Di con ella yendo a cogerla, pero la voz de mi hermano y de ¿Brooke? se acercaban al salón.

¡No pueden verme! Miré desconsolada hasta que di con la mesa, que se cubría con un mantel y platos de comida en ella. ¿Iba a cenar con la bruja esa aprovechando que yo no estaba? Corrí metiéndome bajo la mesa del salón.

—Espero que mi comida te encante bebe —Dijo con esa voz tan peculiar y desagradable.

¿Se había traído la comida de su casa? ¡Patético!

—¡A cenar entonces! —Dijo mi hermano, sentándose y dejando que viese sus pies y piernas debajo la mesa.

¡Oh dios que no me vea esa asquerosa! Estaba de cuclillas, aguantando la postura aun que mis piernas empezaban a dolerme. Vi las piernas de mi hermano cruzarse y suculentamente la vista se me fue directa a su entrepierna. ¿Y si jugamos un poco?...

Me respondí mentalmente a mi propia pregunta. ¡Juguemos! He tenido tantas ganas de verla de una vez y de sentirla de nuevo entre mis manos. Era bastante arriesgado lo que tenía en mente, pero a mí eso me gusta.

Di pequeños pasos evitando tropezar con los pies de Brooke o cualquier cosa que pudiera delatar que estaba ahí debajo escondida. Aunque en breves momentos Derek sabría perfectamente quien estaría jugando con su amiguito.

Tan solo esperaba que Brooke no estirase sus piernas intentando rozar las de mi hermano.

Me coloque enfrente de sus piernas. Apoye mis dos manos en sus muslos para que no se asustara demasiado de mi presencia. Sus piernas al instante de sentirme se pusieron rígidas, un impulso normal y que pronto compartiría con otra parte de su cuerpo.

Un mano bajo posándose encima de la mía e intentando apartarla de su pierna.

¡Pero ni de broma me iba a quedar así! Agarre su mano y la bese. La subió de nuevo apretando las piernas con fuerza, negándose a lo evidente. Sera mejor que te relajes hermanito.

Pose mis manos sobre el botón de su jean, soltándolo y bajando la bragueta a regañadientes, aunque no podía impedírmelo con gran fuerza estando entre la silla y yo.

Puse la vista en lo que dejaba asomarse por el calzóncillo. Pronto y gracias a mí tendría más tamaño. Coloque mi mano sobre ella, empezando a acariciarla lentamente. Uno de sus puños se apoyó en su rodilla haciendo logros por que parara, pero esto no había hecho más que empezar. Sé que te va a encantar.

Metí la mano por dentro de la prenda, de la única que hacía que nuestros tactos no llegaran a tocarse, no aguantaba más. La sentía caliente bajo mi mano y como poco a poco mientras empezaba a tocarla se iba agrandando y endureciendo bajo mi palma.

Baje la ropa interior hasta donde me permitía su pantalón dejando ver su amiguito en todo su esplendor. ¡Dios, ansiaba tanto verlo por fin! Era tan todo... No entiendo por qué la ocultaba, dios mío... No tenía palabras para describir esta gran maravilla que tenía Derek entre las piernas.

Un sabor agridulce ♀ (Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora