Presa

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POV Rukawa------

Saliste corriendo del coche escaleras arriba hasta llegar al apartamento, te faltaba el aire el corazón te iba a mil si era verdad lo que había dicho Sai podría ser incluso demasiado tarde.
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POV Yumi ---

Abriste los ojos como pudiste, los notabas hinchados, intentaste incorporarte y notaste que todo el cuerpo te dolía. Te llevaste las manos a las costillas y notaste como te costaba respirar, varios flashbacks de la noche anterior te atravesaban la cabeza, no sabías en que golpe o patada habías perdido la consciencia ni cuánto tiempo más había estado pegándole después de hacerlo. Escuchaste pasos, intentaste recular arrastrándote hasta que diste con la pared.

John - Oh mírate... Estás desastrosa, iré a la oficina a avisar de que no te encuentras bien...

Temblaba de terror, cómo podía actuar con esa normalidad? La toalla con la que se había limpiado tu sangre de las manos aún estaba en el suelo mientras se vestía para ir a la oficina.

John - Sabes, creo que nos iría bien unos días de vacaciones, se lo propondré a tu padre, nos iremos solos tú y yo...

Yumi - Porfavor... Yo...

Se levantó, te encogiste lo máximo posible intentando parar el golpe que seguro te iba a propinar pero de repente suavemente acarició tu mejilla y te hizo mirarle.

John - Lo siento mucho mi amor... Ven aquí...

Te levantó estirando, te dejaste llevar por miedo a lo que pudiera pasar si no lo hacías.

John - sabes... He decidido perdonarte, es normal que estés triste pero seguro que cuando seas madre todo se te pasa...

Te besó en los labios, notabas que los tenías partidos por algún puntazo, tus propios dientes te habían rasgado la boca por dentro al apretarlos para soportar los golpes, empezaste a llorar cuando notaste que empezaba a deshacerse de tu ropa hasta que sonó el teléfono.

John - Maldita sea...

El rubio salió a contestar, momento que aprovechaste para entrar corriendo al baño y cerrarlo con llave, como pudiste arrancaste la puerta con el mueble de las toallas.

John - Que haces?! Sal de ahí!!

Yumi - No!!! No pienso salir, llamaré a la policía!!!

Dió un gran golpe a la puerta, incluso te dió miedo que cediese, al cabo del rato escuchaste que estaba haciendo algo por la habitación .

John - Cuando vuelva hablaremos largo y tendido sobre esto...

Escuchaste los pasos que se alejaban, un portazo señalizó que se había ido, aún así esperaste más de media hora tras el golpe para salir del baño.

Corriste hacia la puerta de entrada y fuiste a abrir pero estaba cerrada, empezaste a buscar las llaves por las chaquetas, bolsos y habitaciones pero no estaban, te había dejado encerrada.

Yumi - Joder... Joder...

Fuiste hacia el teléfono y empezaste a marcar números, te lo llevaste a la oreja pero no se escuchaba nada al otro lado... Al mirar el cable estaba arrancado, te había dejado presa en tu propia casa.

Empezaste a llorar, te miraste las manos, te habías defendido, le habías arañado, tenías las manos amoratadas, seguiste mirando tus brazos, llenos de magulladuras, un gran hematoma estaba en un lateral de tu torso, seguramente te habría roto alguna costilla. Las piernas las tenías prácticamente de color violacio y al caer de rodillas se te habían abierto dos heridas con bastante mala pinta.

Decidiste que debías volver a ti escondite, pasaste por la cocina a por comida y el botiquín, empujaste como pudiste algún mueble al baño y atrancaste la puerta con firmeza, aguantaría ahí encerrada hasta que alguien notase tu ausencia.

Llenaste la bañera y te sumergiste mientras lavabas poco a poco tus heridas, las lágrimas volvían a rodar por tus mejillas mientras susurrabas.

Yumi - Rukawa... Yo... Estoy aquí...

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Por la ventana se notaba que empezaba a ser de noche, te alteraste al oír unos pasos acercarse a la puerta y como intentaban abrirla.

John - Aún sigues enfadada... Ya te he pedido perdón mujer

Yumi - Me has encerrado, como a un animal!!

John - Vaya así que has salido a merodear, que te esperaba alguien?

Te estremeciste, no podía saber que supiera lo de Rukawa, pusiste tú espalda en la pared vigilando la puerta, deseando que no fuese capaz de echarla abajo.

John - Desde cuando nuestro amiguito trabaja en la empresa se tu padre?

Yumi - Oh no...

John - Me estás oyendo maldita zorra?!!

Empezó a empujar la puerta con furia, los dos muebles que la arrancaban temblaban, tú empezaste a hiperventilar, él cada vez gritaba más y más, viste como las bisagras iban cediendo, iba a entrar.
Te lanzaste sobre la mochila con cosas que habías recogido de la casa, un gran cuchillo estaba entre tus manos.

Yumi - Basta! Tengo un cuchillo!

John - Pues te destriparé con él cuando entre!!

Empezó a golpear con más fuerza, uno de los muebles cayó, sabías que no tenías la fuerza suficiente para llegar a colocarlo, temblabas, te faltaba el aire.

John - Maldición!! Sal de ahí!!

De un puntazo atravesó la puerta, podías ver si rostro desencajado batallando por entrar, sin pensarlo te acercaste y cortaste con el cuchillo el antebrazo del rubio.

John - Aaaagh! Joder!!

Pensabas que había parado en su empeño, pero de repente agarró con ambas manos el agujero de la puerta y empezó a arrancar trozos de forma casi demente, la sangre que fluía del corte que le habías hecho, salpicaba la loza blanca del baño y tú ya no tenías fuerza ni para aguantarte de pie.

John - Ahora vas a desear haber sido una chica obediente desde el principio...

Mi vecino deportistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora