El Ayudante

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POV Rukawa------

Tamborileabas con los dedos sobre la cartera de piel que tenías sobre las rodillas, mirabas alrededor a ver si veías el ondear de la melena de Yumi en el rellano del edificio de Fumirecorp. Un chico menudo y algo amanerado se acercó sonriente a saludarte.

Secretario - Hola bienvenido, el señor Rukawa imagino?

Rukawa - Si! Mucho gusto!

Hiciste una pequeña reverencia y el muchacho te hizo un gesto para que le siguieras al ascensor, en silencio fuisteis subiendo pisos, sonreiste al ver que se detenía en el piso 13.

Secretario - La Señorita Fumire es la heredera de la compañía, lleva pocos meses trabajando con nosotros pero es de las mejores novatas del año, eso sí su carácter es impredecible, deberás ir con cuidado y no contradecirle...

Pestañeaste varias veces al oír esa descripción refiriéndose a Yumi, la Yumi que conocías estaba lejos de esas características. Al atravesar la puerta del despacho el muchacho que te acompañaba hizo una gran reverencia en la que su frente casi tocaba el suelo, le imitaste por instinto.

Yumi - Vamos Yuuta podéis pasar...

En la sala presidiendo el escritorio caoba estaba Yumi, vestida de traje revisando unos papeles con unas gafas de leer, a su lado un hombre más mayor con bigote.

Señor Fumire - Buenos días muchacho, soy Makoto Fumire, y esta es mi hija Yumi Fumire, tu nombre?

Rukawa - Kaede Rukawa

Estrechaste la mano al hombre, tenía una gran sonrisa y los hielos marcados como Yumi, al girarse aprovechaste para mirar a Yumi buscando alguna respuesta, pero ella ni había alzado la cara de los papeles.

Señor Fumire - Bueno te dejo con tus cosas, plantéate lo que te he dicho, es una gran oportunidad...

Yumi - Papá porfavor, ahora estoy ocupada

El señor Fumire y Yuuta fueron hacia la puerta, antes de irse el hombre se giró para hablarte sin que Yumi le escuchase.

Señor Fumire - Si aguantas una semana a mi hija, ven a verme el lunes a mí despacho, hablaremos...
Te quedaste aturdido mientras se iban del despacho, el joven hizo de nuevo otra reverencia antes de cerrar la puerta tras él.

Yumi - Joder! No pensaba que se iría en toda la Mañana!

Rukawa - Me puedes explicar que es todo esto?!

Yumi - Bueno buscas trabajo no? Yo necesito un ayudante

La muchacha sonrío, te sentaste frente a ella en el escritorio y te pasaste la mano por el pelo suspirando.

Rukawa - De verdad esto te parece buena idea?

Yumi - Mira Kaede...

La chica se sacó las gafas y estiró los brazos, echándose sobre la silla de forma desenfadada, apenas parecía la misma mujer que inspeccionaba papeles hace un segundo.

Yumi - Cuando me partí los nudillos tuve que dejar el conservatorio, hasta que no haga rehabilitación no podré optar a mí plaza de nuevo... Y obviamente he perdido la beca

Rukawa - Pero... Eso es terrible...

Ella sonrío con ojos tristes y señaló el logo de la empresa que estaba impreso en el calendario que tenía sobre el escritorio.

Yumi - Decidí hacerles creer a mis padres que por fin había decidido entrar en el negocio familiar, a lo cual ellos encantados... Así que con este disfraz, estoy ahorrando...

Rukawa - Vaya...

Yumi - Estoy siguiendo el plan que ellos querían, y John les encanta, es hijo de una familia que hace buenos negocios y ...

Rukawa - Que tiene que ver eso conmigo?

Yumi - Pues... Que te quiero

Os quedasteis mirando en silencio, apretaste el maletín de tu regazo, era imposible lo que te estaba contando.

Rukawa -Y cuando te recuperes?

Yumi - Me iré contigo a Estados Unidos y pagaré una plaza en un buen conservatorio

Rukawa - Mh...

Os mirasteis de nuevo, apretaste los labios, era la primera vez que hablabais de algo de futuro juntos, sabías lo que ella sufría por el trato de sus padres y sospechabas que con el inglés la cosa no mejoraba, sabías que se estaba sometiendo a una tortura en vida para mantener su sueño de la música y que además te había incluido en ese sueño.

Rukawa - Y porque no nos fugamos ahora?

Te levantaste decidido, decidido a alejarla de aquello, a no dejar que nadie más la tocase y a ser libres juntos, ni siquiera te importaba seguir jugando a basket si podías estar con ella.

Yumi - Kaede... Mi lesión, fue grave... Mi rehabilitación es muy costosa y seguro que si no la sigo no recuperaré la movilidad...

Miraste al suelo, no podrías pagarle el tratamiento, apretaste los puños solo de pensar en que no podría volver a tocar el piano, sabías que si eso sucedía sería desastroso y más cuando ya en su momento la salvaste de lanzarse al río.

Yumi - Solo te pido... Que estés conmigo porfavor...

Se había acercado a ti, tenía los ojos llorosos y te miraba con cara de cachorro, con sus manos estiraba de su falda y escondía de nuevo el anillo de pedida, tú la estrechaste entre tus brazos tan fuerte como pudiste y con un susurro le dijiste en la oreja.

Rukawa - Por supuesto...

Decidiste no contarle nada de las palabras de su padre, era mejor inspeccionar que quería llegado el momento.

Rukawa - Y si viene tu prometido? Me reconocerá

Yumi - Bueno con la barba no se...

Te miró de pies a cabeza y alzaste una ceja, ella sacudió la cabeza.

Yumi - Vale cuando venga, te vas a hacer fotocopias o algo, a algún sitio que no se vea que eres un gigante vale?

La chica se había girado para ir a su escritorio, momento en el que aprovechaste para agarrarla por la espalda y hacerle cosquillas.

Rukawa - Repite eso!

Yumi - jajajaj paraaaa! Gigante !!!

Se zafó de ti colorada por la risa, un par de mechones se habían soltado de su moño y tenía la respiración agitada, tú no pudiste contenerte y te acercaste a besarla.

Mi vecino deportistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora