Roto

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POV Rukawa------

Mirabas tus manos manchadas de rojo oscuro, la sangre seca contrastaba con tu piel blanca. No recordabas  claramente nada desde que habías corrido la cortina, y a la vez, seguías congelado en ese segundo.

**********
Rukawa - Yumi...

Abrió los ojos y te miró, intentó alzar la mano, en un resbalón soltó el agarre de su costado y el agua se tiñó de rojo oscuro.

Yumi - Kaede...

Viste como se le cerraban los ojos, el pánico se apoderó de.ri y la sacaste de la bañera, el agua estaba helada, había intentado parar la hemorragia.

Rukawa - Deprisa! Llamad a una ambulancia! Llamad!

Yumi - Ka... Kaede...

Rukawa - Calla, calla porfavor... Ya viene la ambulancia

La estrechaste contra tu pecho, con unas toallas blancas presionabas la herida y poco a poco se iban tiñendo de rojo.

Yumi - Ojalá... Me hubiera fugado contigo en el río

Cerró los ojos, la abrazaste fuerte, de repente los sanitarios empezaron a entrar, te separaron a duras penas del cuerpo de Yumi, se la llevaron a toda prisa mientras le ponían oxígeno, seguiste tirado en el suelo del baño en estado de shock, hasta que Makoto entró.

Makoto - Se la han llevado a cuidados intensivos, vamos muchacho...

Saliste del baño tras el hombre, al llegar al comedor, para tu sorpresa John estaba sentado en un sillón y le rodeaban unos sanitarios.

Rukawa - Será hijo de...

Te ibas a abalanzar sobre él cuando Makoto te sujetó el brazo, le miraste y tenía la vista gélida, volviste a mirar la escena.
En la mano de John había una pistola y en la pared un enorme salpicón de sangre, la cabeza del rubio caía hacia un lado como una marioneta.

*************

Makoto - Ya le he dicho, llegamos y la puerta estaba cerrada, la forzamos y nos encontramos al muchacho en el sofá y a mi hija... Ese cobarde le había hecho eso y pensando que había muerto se había suicidado...

Mirabas al señor Makoto seriamente mientras declarabais ante la policía, mientras estabas con Yumi, él y sus matones habían hecho que ese asesino se metiera una pistola en la boca.

Makoto - Porfavor... Sólo quiero ver si mi hija está bien...

Policía - Tranquilo Señor, ya tenemos la declaración, se pueden ir...

Fuisteis juntos en silencio hacia el hospital, mientras el chófer aparcaba por fin te dirigiste al mayor.

Rukawa - Ha hecho bien, le habría matado yo si hubiera podido...

Makoto - Lo se... No podía perder a nadie más hoy.

El hombre apoyó su mano en tu hombro, ciertamente era reconfortante, entrasteis en el hospital, Hana y Sai corrieron a abrazarte y una señora se acercó al Sr Makoto.

Sra Fumire - Que vergüenza, está situación...

Sr Makoto - C-como?

Sra Fumire - Este quién es? El mindundi con el que se ha ido la tonta de mi hija? Por tu culpa hemos perdido la reputación de la familia?

La mujer empezó a gritarte sin sentido, no entendías a que se refería, que reputación? Hablaba de Yumi?

Sra Fumire - Ya me lo dijo mi yerno, si le hubiera atendido bien, todo esto no habría pasado... Pobre muchacho...

Miraste a la mujer incrédulo, era la madre de Yumi y estaba defendiendo al hombre por la que estaba en ese hospital, a monstruo que había destrozado a si hija. La propia ira te impedía hablar, incluso Hanamichi estaba rojo de rabia mientras Sai le sujetaba del brazo.

Sr Makoto - Ya basta!

Sra Fumire - Pero Cariño nuestro nombre...

Sr Makoto - Será algo de lo que no te vas a tener que preocupar más, quiero el divorcio, eres una bruja sin corazón

Sra Fumire - Que?! En serio vas a sacrificar nuestro matrimonio por una... Una decepción moribunda!

Sr Makoto - Tú sí que me has decepcionado, sabías todo esto? Sabías que trataba así a mi hija? A mí princesa?!

La mujer se quedó callada mirando a su marido, con pose déspota hizo un gesto de menosprecio y habló.

Sra Fumire - A veces a las ovejas descarriadas les hace falta un pastor...

El Sr Makoto hizo un gesto, los dos guardaespaldas que habían aparecido en el apartamento, salieron de un pasillo, se puso uno a cada lado de la mujer.

Sr Makoto - Acompañad a mi querida esposa a casa y ayudarla con las maletas porfavor

Los tres se fueron en silencio, el Señor Makoto seguía imperturbable mientras tú te habías ido al lado de Sai, ella agarraba al pelirrojo y al acercarte agarró tu mano con fuerza.

Sai - Han logrado estabilizarla pero está crítica, le había roto las costillas y tenía el pulmón perforado, la puñalada le había atravesado un riñón y tenía golpes por todo el cuerpo, cuando he visto a la madre me he escabullido haciéndome pasar por un familiar, he conseguido firmar las autorizaciones para operarla antes de que ella se pudiera negar...

Sr Makoto - Gracias eres un ángel

El hombre, estoico hasta ese momento, se derrumbò al abrazar a la pelirrosa, los cuatro frente al quirófano os quedasteis pasando hora tras hora, esperando ver a Yumi de nuevo.

Mi vecino deportistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora