Prueba de montaje

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Mientras comiais ninguno habló, la intensidad del beso anterior nos había aturdido, si la olla no hubiera rebasado a saber que estaríais haciendo ahora, el estofado no era lo único que ardía en ese ambiente cuando de repente sonó el timbre.

Repartidor - Aquí una entrega para el matrimonio Rukawa

Yumi - Muchas gracias!

Entrasteis las cajas de muebles para montar, Rukawa sonreía burlonamente desde que el repartidor se había referido a ti como "Señora Rukawa".

Yumi - Deja de reírte, ya tengo los muebles y se acabó la broma

Rukawa - No se enfade Señora Rukawa

Yumi - Baka

Empezasteis a montar los muebles, en poco tiempo teníais toda la habitación montada, un escritorio, armarios, muebles del salón... Sin daros cuentas se fue haciendo cada vez más tarde pero disfrutábais charlando y bromeando.

Rukawa - No es justo me tienes esclavizado...

El muchacho se estiró y se tumbó panza arriba en el suelo, la última cajonera estaba montada a su lado y los papeles y herramientas alrededor, tú mientras tanto atornillabas las últimas piezas de la estructura de la cama.

Yumi - Ah!!! Por fin!!!

Rukawa - Ehhh... Yo creo que te falta esto...

El chico te acercó unos tornillos, una gota de sudor rodó tu frente, miraste los tornillos, luego la cama, luego a los tornillos...

Yumi - Seguro que los han puesto extra...

Rukawa - Estás segura?

Mirabas la estructura de la cama, ya habías colocado el colchón y todo, las sábanas... Te daba muchísima pereza desmontarla para ver dónde iban esos tornillos, gruñiste y agarraste las piezas que te tendía el muchacho y las metiste en un cajón.

Yumi - Ojos que no ven...

Rukawa - Eres un total desastre

Le sacaste la lengua y fuiste hacia el salón, estaba precioso con los muebles nuevos, te giraste para sonreír al moreno que iba tras de ti.

Rukawa - Ahora me debes videojuegos y una cena

Yumi - Eso tiene solución!

Le enseñaste la carta de un sushi a domicilio y él asintió, llamasteis y en menos de media hora estabais devorando sushi sobre tu nueva mesa del salón.

Yumi - Guau no me puedo creer que lo hayamos montado nosotros que guay!

Te sacudias sobre la silla intentando ver lo resistente que era, también meneaste la mesa mientras Rukawa levantaba su plato para que no se lo tirases alzando una ceja.

Rukawa - Meh... Este sala está bien porque ha sido la primera, de tu habitación ya no me fío tanto...

Yumi - Que va! Esta super bien eres un dramático!

Rukawa - a los muebles de ahí no les has saltado encima como a los de aquí, eso es que tú tampoco te fias...

Yumi - Claro que me fío idiota! Te lo demostraré!

Rukawa sonreía por lo bajo sin que le vieras, sin saberlo ibas andando hacia la boca del lobo, al llegar a la habitación sacudiste las estanterías y los armarios, le pusiste cara rara y él te señaló con la cabeza la cama, bufaste y fuiste hacia ella, la sacudiste y te sentaste encima dando botes, te pusiste de rodillas sobre ella y miraste al chico mientras agarraba el reposa cabezas y lo meneabas, demostrándole que estaba todo seguro.
Al girarte para cantar victoria viste que el moreno se había acercado a la cama y estaba inclinado muy cerca tuyo, de repente te sonrojaste y las palabras se te quedaron en el pecho.

Rukawa - Necesitas ayuda para probar lo que aguanta la cama?

De rodillas sobre la cama intentaste separarte de él, pero diste con la espalda en la pared, el muchacho se apoyó en el colchón con una mano y la rodilla, y con la otra mano te acorraló entre él y el muro. Intentaste desviar la mirada, pero una parte de ti estaba excitada por la situación, por tener tan cerca a ese chico, vuestras miradas se cruzaron y entonces te lanzaste a sus labios, rodeando su cuello con los brazos y besandoos profundamente.
Él no se esperaba esa reacción sin resistencia, así que aprovechaste su sorpresa para hacer que cayese de lado, tumbado boca arriba en el colchón, trepaste sobre él sin dejar se besaros hasta que os faltó el oxígeno.

Rukawa - Vaya... No me esperaba que...

Yumi - Te he dicho que te demostraría que la cama aguanta no?

Mordiste su cuello, el moreno gruñó retorciéndose levemente bajo tu cuerpo, notaste como su erección se rozaba sutilmente con tu muslo y sonreíste, empezaste a desabotonar lentamente los botones de su camisa a rayas mientras te habías sentado sobre su regazo haciendo que cada vez hubiera más roce.
El chico casi con desesperación se deshizo de tu camiseta, quedándose unos segundos mirando tus pechos cubiertos por un bello sujetador de encaje negro.

Rukawa - Eres impresionante...

Volviste a besarle, algo más lento, vuestras lenguas danzaban mientras vuestras manos forcejeaba por deshacerse de los pantalones del otro, una risita se te escapó cuando viste que tras esa imagen de duro se escondían calcetines y calzoncillos de Batman.

Rukawa - No te rías... No esperaba enseñarlos hoy sabes? Aunque yo creo que tú sí que tenías intenciones pervertidas...

Te miró de arriba abajo, llevabas un conjunto de encaje negro muy bonito, aunque habías decidido ir vestida sencilla, tu ropa interior delataba que quizás si te importaba haber quedado con el ojiazul, te tapaste con las manos, él te miró, estaba sentado en la cama y tú te habías puesto de pie para deshacerte de tu short, el chico suspiró y te agarró suavemente del brazo acercándote a él.

Rukawa - Va... Soy un idiota, estás preciosa...

Mientras hablaba el chico empezó a acariciar tu trasero, jugando con el borde de las braguitas con puntilla, hundió su rostro en tu pecho y te miró con ojos de cordero degollado. Notaste como sus manos subían por la espalda buscando el cierre de tu sujetador y cómo ponía cara de confusión al no encontrarlo.

Yumi - Por delante...

El chico separó la cara de tus pechos y miró el enganche que había en el centro, sonrió y se lamió suavemente los labios antes de desabrocharlo, eso le parecía brutalmente erótico al moreno.
El teléfono sonó al fondo de la estancia, reconociste el tono de llamada y fuiste corriendo a cogerlo, el chico se quedó alucinando con la mano en el aire, donde antes había estado el cierre de tu sujetador.

Yumi - Madre?
Si... Ya... Hoy he estado montando muebles...
Ya... Sí todo bien...
Ya tranquila claro que ensayo...
Si, si...
No, no perderé el tiempo ni me distraeré
Te lo prometo
En serio
Vaaaale... Buenas noches

Te giraste para volver a lo que habías dejado a medias pero te encontraste con Rukawa prácticamente vestido, abrochandose la camisa.

Yumi - Oye pero... Que? Te vas?

Rukawa - Si... Mira... Es mejor que nosotros no... Tenemos que centrarnos y esto... El piano, el basket, no debemos distraernos... Eh...

El chico se hacía un lío intentando atarse los botones y hablar contigo, seguías semidesnuda frente a él y él seguía muy excitado, te acercaste y le empujaste.

Yumi - Eres idiota o que? Y ahora que? Me dejas así?

Te miró fijo, se le aceleraba la respiración, volviste a empujarle y él te agarró las manos para que no lo hicieras, hubo un pequeño forcejeo hasta que caisteis sobre la cama, tú boca arriba y él sobre ti.

Rukawa - Mierda... Que le den

Te besó con furia mientras de nuevo su ropa empezaba a desperdigarse por el suelo. Mañana ya decidiríais si os arrepentíais de esa noche.

Mi vecino deportistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora