Dulce
— ¡Eres un idiota! —grité separándolo de golpe después de un par de minutos.
Mierda, ahora me arrepentía de haberlo abrazado por mucho tiempo pero no podía evitarlo, lamentablemente había extrañado a este sujeto y estaba feliz con su regreso.
—Lo sé —sonrió coqueto — Me lo recuerdas cada que nos vemos.
Se había sentido tan bien estar envuelta en sus brazos, mierda, debía dejar de pensar en el calor reconfortarte invadía mi ser cada que me tocaba.
Maldito Damon, malditos abrazos.
— ¿Dónde te metiste? —Pregunte con los ojos achinados, apuntándolo con el dedo — ¿Con quién estabas?
Me cruce de brazos, claramente molesta.
— ¿Ahora me controlas? —sonrió con picardía, no emití respuesta a lo que el soltó su explicación más tonta —Digamos que me perdí en el sendero de la vida.
— Eres un idiota con un pequeño cerebro, del tamaño de una cereza para ser más específica, te aseguro que si no me das una buena respuesta en los próximos segundos, te patearé el trasero, Damon Vans —clamé irritada.
Él solo se divirtió de mi situación, manteniéndose frente a mí con los brazos cruzados.
—Sí, creo que ya extrañaba tus lindos apodos... —dijo con sarcasmo dejándose caer en el sofá.
Se veía cansado
¿Por qué? ¿Por qué Damon se veía cansado? No, dulce, no pienses mal.
—Damon —me dejé caer en el sofá que quedaba justo frente a él para mirarlo con seriedad — ¿Dónde estabas?
— ¿Por qué tan curiosa?
— ¿Por qué no serlo?
Él levantó la vista, mirándome con completa atención, como si mi pregunta fuera el enigma más grande del mundo.
—Digamos que me perdí en algún rincón de este malévolo mundo —trató de bromear — ¿Por qué? ¿Me extrañaste tanto?
— Ni un poco —rodee los ojos, molesta — ¿Puedes al menos decirme dónde?
—No, hasta que me digas porque me lo preguntas ¿Cuál es tú razón, dulzura?
No sabía lo que él quería escuchar, probablemente quería que admitiera que mi vida era aburrida si él no estaba en ella, pero justo ahora, tenía otras cosas que decir.
—He estado preguntándole a todo el mundo por tu paradero, fui a tu casa, hablé con tu mamá, con Harry, con Sam y Brooklyn, he estado preocupada, adivinando y atormentándome cada que pensaba que te habías ido por mí culpa —solté todo muy rápido, quedándome sin aliento después de unos segundos —Así que dime, Damon Vans ¿Yo fui el motivo por el que te fuiste?
Damon mantuvo su postura, mostrándose tranquilo aunque sus ojos eran otro dilema, ellos solo mostraban confusión y algo de asombro.
—No me fui por ti —admitió.
— ¿En serio?
—No, en realidad si me fui por ti, creo que tu locura me empezó a asustar, tenía miedo no salir vivo de tu casa —dijo con una sonrisa burlona.
— ¿Por qué demonios no eres serio? —susurré más para mí que para él.
—Lo siento.
— ¿Qué sientes?
—Haberte preocupado, no creí que te importaría mi paradero en realidad...—sonrió nervioso —Creí que tú estarías más cómoda si me alejaba de ti.
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Prohibido Enamorarse de Dulce ©
Teen FictionTrilogía: "Prohibido" Libro 1 ¿Qué harías si un día tu vida cambia bruscamente por la presencia exacta de una persona? Damon, llega a la vida de dulce, a traer misterios, secretos y aparentemente una amistad. Muchos secretos rodean a ambos, quienes...