1 de enero
Dulce
Las palabras de Damon congelaron todo mi cuerpo.
Si según él, esta casa era un misterio para todos y los únicos que estábamos ahora éramos los dos ¿Quién era el tercero? ¿Era bueno o malo?
Creo que el hecho de que entrar a la casa de Damon sin su permiso ya lo hacía un tipo malo ¿Verdad?
—Silencio... —me advirtió Damon con un dedo en sus labios.
Asentí callada y caminamos juntos.
Cada paso que dábamos me hacía sentir extremadamente nerviosa ¿Quién se había metido a la casa del demonio? ¿Por qué lo haría? Y lo más importante ¿Por quién de los dos habían venido?
Damon se detuvo de forma abrupta provocando que chocara contra su espalda, lo miré mal pero no pareció prestarme atención ya que su mirada solo analizaba cada rincón asegurarse de que sea seguro.
Hice lo mismo, notando que habíamos llegado a una gran sala, era muy linda y elegante, tenía sillones largos de cuero, mesitas de vidrio con algunos floreros, sin agregar que lo que resaltaba en esta sala era que en la parte donde se supone que debía ir una pared, en realidad había ventanales deslizables.
Las cortinas de estos ventanales estaban recogidas lo que me hizo ver más afuera. Todo era verde, se podía observar los inmensos arboles a kilómetros, estábamos en una casa en el medio de un puto bosque ¿Quién oiría nuestros gritos de auxilio? Exacto, nadie.
—No pudiste conseguir un mejor lugar con una muy buena ubicación, ermitaño de mierda... — le recriminé a Damon, aunque no fuera mi derecho, estaba nerviosa y era mi manera de demostrarlo.
—Cállate que si nos encuentran te usare de carnada. — me regañó.
Hice un puchero para luego sacarle el dedo del medio, seguimos caminando un poco más hasta llegar a lo que parecía ser una cocina, una muy bonita y espaciosa.
Chico idiota con buenos gustos, pensé.
— ¡REGRESALA!
Se escuchó un grito muy fuerte.
Quede aturdida con lo que pasaba frente a mis ojos. Todo se había ido a la mierda en tan solo segundos. El sujeto que gritó apareció por detrás de Damon.
Por impulso solté un chillido y me alejé corriendo. ¿Qué demonios estaba sucediendo?
Este intruso, lo sujetó del cuello y comenzaron a pelear, Damon trataba de zafarse de su agarre y el otro sujeto que llevaba un pasamontañas trataba de ahorcarlo.
Y yo, pues solo me quede pegada a la pared, estaba asustada y aunque no lo quería estar, esto había sido muy sorpresivo para mí, no había otra manera de verlo.
— ¿Quién te mandó? —gritó Damon mientras le tiraba puñetazos al sujeto, justo en las costillas.
— El rey del juego.
¿Regrésala? ¿De quién hablaba? ¿De mí? Esperen ¿Qué rey?
— ¿Qué rey? — Contratacó Damon, quitándoselo de encima de un empujón —No sé de quién mierda hablas.
— Regresa a la chica — le respondió en un sonoro grito.
— ¡No! — Gritó Damon — ¡No sé de quién hablas!
— Maldito demonio, te voy a matar.
Y con esas palabras, el sujeto, le dio vuelta a Damon en el suelo, se puso sobre el demonio y comenzó a golpear su cara. Damon fue más rápido al proteger su rostro con sus brazos.
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Prohibido Enamorarse de Dulce ©
Teen FictionTrilogía: "Prohibido" Libro 1 ¿Qué harías si un día tu vida cambia bruscamente por la presencia exacta de una persona? Damon, llega a la vida de dulce, a traer misterios, secretos y aparentemente una amistad. Muchos secretos rodean a ambos, quienes...