Capítulo 21| Problemas

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Dulce

—No puede ser.

Lo miré sin poder creerlo.

—Lo es. Damon perdió a la persona que tanto amaba.

—Pero ¿Cómo fue que pasó? ¿Qué pasó con Damon después de aquello?

—Bueno, Damon se alejó del mundo por estos últimos tres años, nos evitaba a toda costa y no contestaba ni el teléfono, estaba deprimido, digo, perder al amor de tu vida, te puede dejar muy mal y es aún mucho peor si no hay nadie que te saque de esa oscuridad.

—Vaya, es muy triste.

—Lo fue pero...—Zed sobó mi cabeza en un gesto cariñoso —Luego apareciste tú junto a él y todo volvió a la normalidad. Damon reestableció su relación con su familia y con sus amigos.

— ¿Hasta qué aparecí yo?

—Sí, supongo que por eso te aprecia mucho.

— ¿Por qué me apreciaría? —Pregunté confundida —No hice más que estresarlo, le robé su auto en muchas ocasiones, en una hasta lo estrellé —toqué mi cabeza frustrada —Solo soy una chica rebelde desfogando mi molestia con él, lo insulto, lo molesto, lo estreso y...

—Él te gusta.

Lo miré sorprendida ¿Cómo podía saber eso? ¿Tan obvio era?

—Quiero cambiarlo todo. —susurré.

—No necesitas hacerlo.

—Sí, necesito cambiar, quiero que el conozca mi lado menos loco, quiero que me tome en serio...—mordí mi labio, nerviosa —Quiero importarle, yo quiero gustarle.

— ¿Qué te hace pensar que no es así?

—Todo.

— ¿Todo?

—Damon me cuida y se preocupa por mí pero no lo hace con otras intenciones —suspiré formando una pequeña sonrisa —Él empieza a quererme pero cuando parece querer admitirlo simplemente...retrocede.

—Quizá solo tiene miedo.

— ¿Miedo? ¿De qué? ¿De perderme?

—De perderse. —Respondió con tranquilidad —No quiere arriesgarse a salir lastimado de nuevo, él no quiere...

—Enamorarse. —terminé por él.

—No con ese hombre suelto.

— ¿Qué hombre?

—El que causó su accidente.

—Zed, quisiera que me contaras...

Él estiró su mano ayudándome a levantar del frio suelo. Ignorando mis palabras.

—Si Damon realmente te gusta y quieres algo serio con él, deberás mostrarle lo madura que puedes ser para tu edad.

— ¿A qué te refieres?

—Bueno, creo que dejar de robar su auto es una opción —carcajeó —Además, deberías dejar de hacer tonterías como seguirlo, espiarlo, insultarlo o dar muchas vueltas, se sincera y solo confía en él.

—Quizá tengas razón pero tengo una curiosidad insaciable —me sentía culpable al decir aquello. — Siempre quiero saberlo todo para quizá evitar salir lastimada.

—Puede que quieras saberlo todo pero yo no soy el indicado para decirte la verdad, cuando llegue el momento y Damon decida contarte sobre su pasado, sabrás que el confía en ti.

—Entonces, debería esperar.

—Solo no apresures las cosas, cuando llegue el tiempo, Damon lo hará, solo confía en él.

Prohibido Enamorarse de Dulce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora