Capítulo 14 | ¿Quién es el dorado?

8.5K 690 537
                                    

DULCE

— ¡Nana!

Darren bajó por las escaleras con mayor rapidez que yo, llegando antes a la cocina donde ya se encontraba Julie, cocinando, ella nos recibió con una linda sonrisa.

—Buenos días, mis niños —saludó mientras servía los panqueques en nuestros platos que ya estaban listos —Coman, no quiero que se enfríen.

La quería tanto.

—Buenos días —le devolvió el saludo Darren aun con los cachetes hinchados para fulminarme con la mirada —Nana...—su voz salió como una insistencia, quería la atención de Julie para quejarse a gusto.

— ¿Qué pasa? —Suspiró ella — ¿Dulce volvió a utilizar tus poleras?

—No, bueno, si, también eso —hinchó aún más los cachetes como niño pequeño mientras se cruzaba de brazos —Pero lo de ahora es diferente. Dulce salió toda la tarde y noche pero no quiere decirme a donde fue.

Que chismoso.

Metí rápidamente un panqueque en mi boca para no poder ser interrogada, mala idea, por casi muero atorada.

Darren palmeó mi espalda con suavidad.

—Es la conciencia, primita así que suelta todo lo que tengas que contar...—asintió con la cabeza muchas veces, convencido de que lo haría.

Pero ¿Qué había que recordar?

—La verdad...—ambos se quedaron ansiosos por escucharme, vaya, sí que eran curiosos —La verdad es que no recuerdo muy bien lo que sucedió ayer...—suspiré —Salí con Ada Vans y pasamos el rato en su casa, fue todo.

— ¿Ada Vans? —Preguntó Darren sorprendido — ¿La hermana del demonio?

—Sí, ella...—solté con alivio al notar que los había persuadido.

Creí que podía hacerlo, que podía olvidarlo como siempre solía hacer pero por alguna extraña razón, mi mente no podía olvidar lo de ayer. El escándalo había revivido mi pasado, podía comprender que una parte de mi cerebro se haya negado a olvidar aquella noche por años, cosa que me atormentaba pero...

¿Por qué no olvidar el abrazo con Damon? ¿Por qué lo recordaba a él? ¿Qué tan importante era para mi mente?

— ¿Tienes su número? —inquirió de repente.

Lo miré confundida.

— ¿Para qué lo quieres? —Sonreí coqueta —Oh, no me digas que te interesa Ada.

El rodó los ojos para sacar el celular de su short y mostrármelo en la cara.

—Ayer me llamó un número desconocido, cuando respondí creí recordar su voz pero colgó de inmediato.

Lo codee insinuosa.

—La pusiste muy nerviosa, eh.

—No digas tonterías.

— ¡No son tonterías, tonto!

— ¡Julie, Dulce está molestándome!

— ¡Julie, Darren está molestándome también!

Ella carcajeó mientras ponía frente a nosotros dos vasitos de helado.

—Para que se calmen un poquito y poder hablar más tranquilos. —aclaró aun sonriente.

Darren y yo sujetamos los vasos en el mismo instante para meter una cucharada de helado a nuestras bocas sin dejar de mirarnos sospechosamente.

—Está rico pero aún me molesta que no me cuentes el chisme bien —susurró Darren.

Prohibido Enamorarse de Dulce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora