Capítulo 41 | Una vieja ilusión

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Dulce

—Dulce

—No.

— ¿Hoy tampoco desayunaras?

La pregunta de Darren sonó más como una queja, al mismo tiempo que entraba a mi habitación con una bandeja de comida. Divisé un plato con frutas picadas, yogurt y al parecer, una copa de helado. Creo que al final si tenia un poco de hambre pero no lo admitiría.

Lo mire desanimada y enterré mi cabeza en la almohada nuevamente, me sentía extrañamente cansada. Hoy era uno de esos días en los que quería pasar todo el día en cama, mirando una serie o algo, no importaba toda la mierda que pasara fuera de mi puerta, hoy quería un tiempo para mí.

—Nop.

—Te vas a desnutrir.

—Por un día que no coma no creo que me pase nada. —murmure.

—Dile eso a la gastritis que te va a dar, tonta.

—Yo no tengo hambre además...

Un sonido me interrumpió, mi celular comenzó a vibrar sobre mi sofá a lo lejos por centésima vez en la mañana.

— ¿Contesto? —preguntó mi primo.

—Si quieres puedes lanzar el teléfono a la basura —suspire —No quiero comunicarme con nadie.

— ¿Ni con Julie?

Y como si de un milagro se tratase, me levante de la cama, sentí como mi cuerpo se tambaleaba un poco pero me tome un instante para quedarme quieta y no caer en el intento.

—Pásamelo —estire mi mano emocionada.

Hace días que no hablaba con Julie debido que donde ella se encontraba no tenía buena señal, era casi un milagro que habláramos seguido.

Cuando pegué el teléfono a mi oído, sentí como una calidez me invadía.

— ¿Cómo está la niña más hermosa y linda del mundo?

De repente una tristeza y desesperación comenzó a invadirme

¿Cómo estaba? Decepcionada ¿Qué sentía? Tristeza.

Mire a Darren quien me miraba atento entonces le hice una señal para que se saliera, él aun no sabía nada del asunto con Damon, después de lo que pasó entre nosotros simplemente me acerque a mi primo y le pedí que nos fuéramos, sin dar explicaciones.

Él hizo caso, dejándome sola en mi habitación, hoy hacia un día muy iluminado.

—Mal. —Admití —Me siento mal.

— ¿Por qué? ¿Qué sucedió? ¿A quién agarramos a sartenazos?

Sonreí con tristeza luego de dejar salir un largo suspiro para poder contarle todo con tranquilidad y sin romper en llanto.

Mientras le contaba lo sucedido a Julie, sentí como cada momento se revivía frente a mis ojos, un pinchazo tras otro impactaban en mi pecho.

—Entonces le dije que ya no lo quería ver y que desapareciera de mi vida...

No podía contarle a Julie sobre mi trato con él, sabía que no estaría de acuerdo ya que era una forma de seguirnos lastimando y ella no lo aprobaría.

—Mi niña...—la oí suspirar. —Creo que ahora si podemos ir a pegarle con un sartén —bromeo, lo que resultó ya que me sacó una sonrisa —Pero hija, cuantas veces te dije que deberías dejar de ser impulsiva, tenías que haberlo escuchado, saber su versión aun si no quieres perdonarlo pudiste haberlo escuchado, que tal si todo fue planeado por su prima.

Prohibido Enamorarse de Dulce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora