Capítulo 37 | Noche de tatuajes (I)

5.8K 542 91
                                    

Dulce

Era el papá de Damon.

— Es un gusto, señor. — Dije mientras me dejaba caer muy lentamente sobre el suelo frente a la tumba del papá de Damon — Déjeme decirle que su hijo es todo un problema.

— ¡¿Qué?! — se hizo el ofendido Damon, tratando de imitarme al dejarse caer. — ¿Lo primero que le vas a decir a mi papá es que soy un problema? Tienes que mejorar tus presentaciones, Dulzura.

— Sí, sí, lo que escuchó, señor Henry. — continué ignorando con una sonrisa a Damon. — Su hijo es un dolor de cabeza ¿Era tan problemático de pequeño? Porque ahora no es solo eso sino que también es bipolar, tripolar y tetrapolar, etc. — sonreí.

— ¿Eso existe al menos?

— Pues claro. — me encogí de hombros volviendo la vista a la lápida que tenía como frase "El mejor padre y esposo del mundo." — Y aunque su hijo es un dolor de cabeza, me alegra tenerlo.

Damon se quedó en silencio por un rato pero no dejó de sonreír.

— Bueno, Henry ahora sabe que tengo a mi lado a la chica más loca y linda del país.

Lo fulmine con la mirada.

— No estoy loca.

— Claro que sí.

— Que no.

— Que sí.

— No me hagas quedar mal delante de mi suegro. — bromee.

— Tú me hiciste quedar como un loco bipolar hace un momento. — mencionó a la vez que sonreía de manera engreída.

— Bien — suspire para embozar rápidamente una sonrisa — ¿Quieres que le diga que estas saliendo con una chica de diecisiete años?

— Una chica de diecisiete que robó mi auto ¡Tres veces! — me acusó con una sonrisa. — Casi dieciocho además.

Bien, digamos que lo dejaba ganar por ahora.

Luego de pasar una hora en el cementerio, decidimos volver, sin darnos cuenta comenzaba a oscurecerse y el frio invadía todo, incluso dentro del auto.

Me alegraba mucho el que Damon haya decidido traerme a este lugar para presentar a ese alguien tan especial para el cómo es su padre. Aunque me hubiese gustado conocerlo en otras circunstancias, quería que supiera que su hijo estaba feliz y que yo me comprometía a darle esa felicidad.

— Dulce...— llamó Damon, mientras conducía.

— ¿Mh?

— ¿Quieres jugar?

Lo mire pensativa.

— ¿Qué clase de juego, puerco?

Damon soltó una gran carcajada

— Esa mente pervertida que tienes.

— Solo es curiosidad.

— Bueno, sé que tienes dudas. — lo mire interesada ¿Lo sabía? — Quieres saber más de mí al igual que yo de ti.

— Ujum, continúa...

— Y creo que sería bueno que nos abriéramos mas hoy, me refiero a contar nuestras historias. — Damon aun dudoso pareció buscar las palabras exactas, hasta que las encontró — ¿Qué tal si contamos las historias detrás de nuestros tatuajes?

Lo mire emocionada pero a la vez un poco aterrada.

— Acepto. — solté de tan solo pensar en las respuestas que Damon podía darme. — Gana el que demuestre tener una vida digna de una telenovela, espera ¿Cuál es el premio?

Prohibido Enamorarse de Dulce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora