Capítulo 24 | Una intrusa

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Dulce

— ¿Qué haces aquí? —La pregunta de Harry hacia su hija nos dejó confundidos por el tono en el que había hablado, al final terminó agregando "Hija" para hacerlo sonar menos brusco.

—Papá...—respondió ella con el mismo desagrado, al parecer no se llevaban bien. —Hola a ti también.

Él no dejó de analizar a su hija, buscando quizá malas intenciones por lo que ella agregó:

— ¿Qué tal mi nueva mami?

La mire con el ceño fruncido ¿Con mami se refería a la mamá de Damon?

—Mi madre está bien. —soltó Damon, captando la atención de su prima quien lo miró con interés.

Alzó las cejas un poco sorprendida por su presencia y le sonrió de manera amable. Aunque todo parecía algo normal la verdad era que sentía que algo iba mal.

Algo no cuadraba.

—Es bueno verte de nuevo, demonio.

—Opino lo mismo, Ellie.

Después de obtener el saludo de Damon, ella se dirigió a mí. Sus bonitos ojos grises impactaron en los míos con interés, molestia y desagrado.

— ¿Y quién es esta niña?

¿Niña? Vaya, empezábamos mal.

Y fue de mal en peor mi desagrado por ella cuando recordé lo que Damon había dicho esa vez en la casa del bosque justo antes de que explotara.

"...Prefiero salir con mi prima."

Maldito recuerdo, Maldito Damon, Malditos celos.

—Es mi amiga. —Damon llegó a mi lado para apegarme a él.

—Una amiga, vaya, que interesante...—susurró quitándole importancia.

—Dulce Spencer...—el demonio me miró con una sonrisa tranquila para terminar mirando a la castaña —Ella es Ellie Vans, mi prima, hija de Harry.

—Dulce Spencer...—sujeté su mano con fuerza.

Ella hizo una mueca de desagrado y yo solo sonreí inocentemente. Mala idea provocar a la víbora.

— ¡Oh, ya recuerdo! —Soltó llamando la atención de todos, para cuando obtuvo las miradas que buscaba, soltó con burla. — Tú eres la chica huérfana.

Esas palabras fueron suficientes para causar un silencio incomodo en toda la sala. Sentí como el aire me faltó de repente.

¿Qué mierda...?

Ella se dejó caer en el sofá y se puso la mano en la boca, reina del drama, como si se hubiera equivocado al hablar.

—Oh, lo siento, creí que sabían lo que paso con el abandono de sus padres, bueno, de la madre, digo ¿tan insoportable eras para que tus padres te abandonarán?

No lo podía creer, había tocado muy en fondo aun sin conocerme y peor aún, sin que yo la conociera.

— ¡Ellie! ¡Es suficiente! —gritó su padre tratando de llegar a ella pero yo fui más rápida.

Camine hacia donde estaba con una sonrisa sutil en los labios, los tacones golpeándose contra el suelo era el único sonido que se escuchaba en la sala hasta que fue remplazado por un fuerte y potente golpe.

— Tan aburrida es tu puta vida que te tomas el tiempo de hablar de la mía. —susurré cerca de su rostro para terminar alejándome de golpe.

Ellie se sobó la mejilla donde había aterrizado mi mano segundos antes pero no se quedó tranquila, se levantó de golpe dispuesta a atacar pero algo la detuvo, mejor dicho alguien.

Prohibido Enamorarse de Dulce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora