STAY WITH ME | taekook

12.01 Adore You

"¿Quieres ir por un café?" inquiere con tono cálido.

Jungkook parpadea y gira su rostro hacia el asiento del conductor, desde donde Taehyung lo observaba con las cejas arriba, esperando una respuesta a su reciente pregunta.

El ruido del aguacero cristalizado golpeando contra el parabrisas del auto lo distrae un segundo. Habían llegado media hora antes a su consulta semanal con el señor Kim y decidieron esperar en la calidez del vehículo, acurrucados entre sus grandes y acolchados abrigos, disfrutando codiciosamente del calefactor de este. Pero los vidrios comenzaban a empañarse y Taehyung ya no sabía cómo mantener caliente sus manos, hechas hielo del frío.

El castaño vuelve a mirar a su esposo y asiente débilmente con la cabeza, no viendo más remedio a la situación actual.

Con la afirmación como respuesta, Taehyung prende el auto y maneja lentamente hasta la primera cafetería que aparece en su campo visual. Antes de salir, se abrigan, asegurándose de no dejar al descubierto algún rastro de piel expuesta. Las pisadas resuenan sobre el suelo, la fina capa de hielo se rompe bajo su peso y llegan hasta la puerta del lugar donde al momento de abrirla, el aire templado y el aroma a grano de café les golpea los sentidos. Jungkook se baja el barbijo y respira profundo, llenando sus pulmones del perfume dulcificante de la panadería, y concluye que la propuesta de Taehyung había sido la acertada.

Caminan hasta la mesa vacía, siendo recibidos por el mozo quien les deja la carta y les da el tiempo suficiente para decidir su orden. Permanecen en silencio con Jungkook distraído con su celular y Taehyung mirando con ojo crítico el lugar, hasta que la bandeja con su pedido arribó en la mesa.

Taehyung mira la taza de esposo y se ríe por lo bajo ganándose la mirada confundida de Jungkook.

"¿Cuándo fue que cambiamos de roles?" comenta con tono divertido, apuntando con la barbilla el té en la taza ajena.

El castaño bajó la mirada y fluyó entre la taza de su esposo y la suya. Y se da cuenta que él pidió un té y Taehyung tiene café servido, y esa pequeña coincidencia le hace sonreír un poquito.

"Creí que no soportabas el café" musita mientras tironea del saquito de la infusión, tiñendo el agua transparente de un color castaño.

Taehyung se encoge de hombros.

"Me volví adicto. Me mantiene despierto" le da un sorbo a su café y se cruza de brazos sobre la mesa, mirando a su esposo. "¿Y a tí desde cuando te gusta el té?"

"Desde que descubrí que hay con sabores y mi meta en la vida es probar todos los posibles" le explica tomando el té sabor canela que pidió.

Taehyung sonríe ligeramente al escuchar la primera mención que Jungkook hace de una meta a futuro.

"Sabes... esta cafetería me recuerda a la que fuimos en nuestra primera cita" menciona escrutando el lugar con la mirada.

Jungkook observa bien la tienda y se da cuenta que los colores se asemejan a aquellos que vestían la cafetería vintage que habían visitado siete años atrás. Las tonalidades cafés lo llevan al pasado, a las greñas onduladas de Taehyung libres por el aire de verano; a los ojos de niño mirándolo con el temor de sentir algo más allá de las mariposas revoloteando con énfasis en su estómago; a las largas manos, adornadas con finos hilos de plata pulidos, temblorosas al querer tomar el rostro ajeno en un cándido intento de colisionar los labios y fusionarse en la inocuidad de un beso.

Es distinto la manera en la que desempolva esos recuerdos. Lo que por muchos años vio como la dulce reminiscencia de su primer amor, hoy era la estructura de un himeneo descascarado buscando la reanimación de sus sentimientos y la apología de sus acciones.