STAY WITH ME | taekook

58. Uhgood

El timbre que anunciaba la llegada de los invitados hizo que el par de jóvenes despertara.

A pesar de la organización pactada, la semana no fue gentil con ellos.

Taehyung tuvo que exigirse más de la cuenta para llegar a cumplir con ciertos requerimientos que la empresa le demandaba, consecuencia directa de la proximidad de las vacaciones de verano y la necesidad de cerrar cualquier cabo suelto, al punto que su reserva de energía se vió agotada el viernes por la noche. Jungkook no estaba en mejores condiciones, su horario sufría la incompetencia que había adquirido para acomodar sus actividades por lo que su trabajo, las clases de artística, el gimnasio y las horas que le dedicaba a sus cuadros, lo consumían indebidamente y debía correr de punta a punta para completar todo en tiempo y forma.

Exhaustos, cayeron profundamente dormidos el viernes luego de la cena y realmente desconocen cómo tuvieron la voluntad de levantarse ese sábado.

Si bien despertaron en un horario demasiado justo como para desayunar, les dio el tiempo necesario para cocinar en conjunto el almuerzo mientras comían fruta picada para soportar hasta que sea la hora en que lleguen las visitas. Pusieron la mesa y limpiaron el departamento, pero como era esperado, durante la espera ambos sucumbieron al cansancio y terminaron dormidos en el sofá mirando la televisión de la sala.

Jungkook gruñó mientras se tallaba los ojos con el talón de la mano derecha y la otra la apoyaba sobre el apoyabrazos del mueble para usarlo de sostén mientras se ponía de pie y salía de encima de su esposo. Los músculos de las piernas se tensaron al recibir el peso de su cuerpo y las vértebras de su columna suenan al enderezar la espalda.

Taehyung se quedó hundido en los cojines del sofá un par de segundos más, estirándose y tratando de deshacerse de las durezas de sus músculos porque ser usado como colchón humano tenía sus consecuencias.

El castaño se acercó a la entrada, más específicamente al aparato a la derecha de puerta donde una pequeña pantalla le mostraba quien estaba en la puerta de su edificio.

La familia Kim.

Con una sonrisa en el rostro, los dejó pasar.

"Recíbelos tú" Taehyung le dice mientras se pone de pie y se soba la zona lumbar. "Voy al baño"

Jungkook titubea.

Hace meses no los ve ni habla con ellos, ni siquiera recuerda bien cuándo fue la última vez que lo hizo porque no aceptó su visita durante su internación en el hospital, completamente avergonzado de lo ocurrido. Sí recuerda la llamada que compartieron cuando fue el cumpleaños de Taehyung, pero él les dijo lo justo y necesario, y no les dio tiempo para que le preguntaran por él.

Por lo que ahora no puede evitar sentirse nervioso, esperando cerca de la puerta a la llegada de los invitados.

La piel se le erizó cuando escuchó el ascensor frenar al fondo del pasillo de su piso y se acercó un poco más para oír las pisadas y risas del grupo de personas que caminaban en dirección a su departamento. Dos golpes contra la madera de su puerta le anunciaron su presencia, Jungkook tomó el picaporte de oro, lo giró para destrabar el seguro y tiró de él.

Chaerin era la primera en la fila y al ver quien la recibía una sonrisa se pintó en sus labios.

El joven optó por la cortesía y se comienza a inclinar sólo para encontrarse con los brazos de la mujer abiertos, caminando hacia él con intenciones de abrazarlo.

"Jungkook-ah, mi niño" masculla envolviendo a su yerno en sus brazos, palmendo y acariciando su espalda con delicadeza, como si fuera su propia madre.