Jungkook pierde su primer embarazo y debe afrontar la pérdida mientras que Taehyung intenta que la relación con su esposo no se arruine.
"¿Lo prometes?"
"Um, puedo intentar" masculla débilmente. "No te prometo nada... pero puedo intentarlo"
Y es to...
Por fin llegué a donde quiero en la historia. A partir de acá se pone todo mucho más interesanteuwu
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Las únicas pisadas que resonaban en la oficina eran las suyas porque incluso el personal de limpieza ya se habían ido a su casa.
Jaebeom cruzaba la totalidad de su despacho hasta su escritorio, cargando consigo la pila de documentos que le quedaba aún por clasificar. Se sentó en su silla y tomó el primer pequeño ramillete de hojas abrochadas entre sí, se lamió el dedo índice para pasar de hoja y su mano libre sirvió de reposo para su cabeza.
Los ojos ya le ardían producto del transcurso del día laboral y su vista se había cansado al límite que tuvo que usar sus gafas de mayor aumento para poder leer los números con más precisión. Suspiró densamente sintiendo como incluso el llenar sus pulmones de aire, una acción tan esencial para su supervivencia, era un acto exhaustivo. Sus dedos hormigueaban del cansancio cada vez que los frotaba entre sí para cambiar de página, el cuello duro no era más que el reservorio de estrés que cargaba consigo y la hinchazón en su espalda baja sólo era una evidencia más que dejaba en claro la cantidad de horas que se la pasó sentado en su escritorio trabajando hasta fuera del horario laboral.
Hasta su fiel secretario ya se había ido.
Sin embargo, Jaebeom no se atrevía a concentrarse en otra cosa que no sea la seguidilla de números impresos en las hojas en frente suyo.
¿Qué más iba a hacer? ¿Volver a su departamento de separado a acariciar a sus gatos y acabarse un paquete de cigarrillos en menos de dos horas?
No, gracias. Prefiere deprimirse en la elegancia de su oficina donde la cantidad de trabajo lo tiene lo suficientemente ocupado como para olvidarse que el lunes debe caminar al despacho de su abogado para firmar los papeles de divorcio y despedirse una última vez de la única persona que se atreve a afirmar que ama.
Tuerce el gesto mientras toma un lápiz y anota en su libreta la organización que va siguiendo para no confundirse, cuando dos golpes en la puerta lo distraen.
Jaebeom arruga los treinta y cuatro músculos que se encargan de la movilidad de su entrecejo, y alza la mirada en dirección a la puerta de algarrobo.
"Adelante" susurra curioso.
La densidad de la madera se percibe cuando es abierta y una figura delgada, pero de porte imponente, se deja ver detrás de ella.
"Buenas noches, señor Lee" musita Taehyung mientras demuestra su respeto por medio de una leve inclinación.
El jefe lo escruta con la mirada.
"¿Qué haces aquí, Taehyung?" inquiere dejando de lado su trabajo. "Es viernes y casi es medianoche, deberías ir a casa"
El empleado tuerce el gesto y obviando las palabras de su superior, cerró la puerta detrás suyo y no espero indicaciones para adentrarse en el despacho. Cuando la tenue luz lo iluminó completamente, Jaebeom divisó el manojo de hojas debajo uno de sus brazos.
