17. Meet Me in the Hallway

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Bangtan merece el Grammy
Los Grammys no merecen a Bangtan
Periodt.

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Ugh.

Tres días tenían sabor a dos semanas, o así los percibía Taehyung, porque cada vez se levantaba más temprano y llegaba cada vez más tarde a casa.

Ya no dormía en el sofá por un tema que Jungkook le seguía pidiendo, sino porque le resultaba más fácil desplomarse sobre el mueble de la sala que en su propia cama; además que evita correr el riesgo de despertar a su esposo en el proceso.

Los últimos días consistía en despertarse con el cuello duro y el aliento a alcohol en su boca, pero listo para tomar una ducha e irse a su trabajo sin titubeos.

Taehyung tampoco desayunaba, su primera comida de la mañana, y muchas veces la única que ingería hasta entrada la tarde, consistía en un aperitivo comprado en una tienda de convivencia junto con el café preparado en la oficina. Su día era un apretado horario de finanza y cuantificaciones que consumían toda su energía y llegaba con el cuerpo hecho agua, arrastrándose por la madera del suelo de su departamento. Sin embargo, tampoco podía tomarse un descanso sin que la incesante preocupación golpee su cabeza cada vez que osaba acostarse en el sofá.

Hasta dormir era un acto de culpa.

Jungkook no volvió a despertarse con él. No porque no quisiera sino porque evitaba otra decepción.

Por lo tanto, sus tiempos en parejas eran nulos. Taehyung se iba al trabajo besando la mejilla de un dormido Jungkook, y regresaba a altas horas de la noche, cuando el castaño ya estaba sumido en su sueño.

Por eso, esa mañana mientras tomaba el café instantáneo, sabía que cuando iba a saludarlo lo encontraría dormido. Le besó la mejilla, como siempre lo hacía antes de irse y esta vez le acomodó el cabello, quitándole el mechón de su rostro para que respire de mejor manera, acariciando el pómulo con dulzura.

El frío tampoco ayudaba y la bufanda ajustada alrededor de su cuello con demasiado fervor, lo ahogaba.

Sólo tenía dos días de plazo para entregar el trabajo y aquella revelación le hizo temblar hasta la médula cuando cruzó la puerta de la recepción y entró en el ascensor a la derecha, saliendo del aparato metálico en su piso correspondiente. Con el pecado pereza, caminó hasta donde estaba su escritorio, dándose cuenta que hoy había menos personas en la oficina que días anteriores y sintiendo incómodo el sonido de cada movimiento suyo como eco en la vacía sala. Ocupó su silla y sacó sus papeles y la computadora del bolso, concentrándose plenamente en su labor.

Hasta que un vaso de plástico y tres sobres de azúcar se posaron en la esquina de su banco.

Tuvo que alzar la vista para descubrir quién era y sonrió ligeramente al encontrarse con aquellos amables ojos felinos.

"Yoongi hyung" musitó observando la sonrisa que se posó en los finos labios del mayor.

"Hola, Taehyung" le respondió con el mismo tono tranquilo y sereno de voz, blandiendo su café en la mano.

STAY WITH ME | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora