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—Llamaré a Yuna para-

—Dame eso— le quité el teléfono y lo guardé en el bolsillo trasero de mi pantalón— atrévete a sacarlo y sólo así podrás invocar a la demente.

—¿Para qué estás aquí entonces?

—Para lo que tú quieras, hablemos, veamos películas— enumero las posibilidades— te ayudo con tú tarea si quieres— arruga la nariz— también podemos chismear.

Suspira, vamos a parar al mismo sofá, ella con un cojín sobre sus piernas y yo obligándome a apartar la vista de ellas, perfectamente equilibrado.

—No quieres ser amigo de Yuna pero si quieres ser amigo mío. Esto es muy raro, Taehyung.

—¿Por qué es raro? Eres más interesante que Luna.— rueda los ojos— Además, ella no quiere solo ser mi amiga y lo lamento pero yo soy hombre de una sola mujer, ella es mujer de muchos hombres, no juzgo, cada quién hace con su vida sexual lo que desee, pero ese no es mi estilo.

—Creo que contigo es distinto, lleva meses hablándome de ti— lo que faltaba—intentó hablar con el maestro Seokjin.

—¿Con mi hermano?— asiente— Él es innacesible.

—Eso me dijo, así que me pidió hablar con el maestro Yoongi.

Me reí.

—Ese es peor. Lamento informarte que nadie puede llegar a mi por medio de mis hermanos.

Sonrió un poco, abrazándose a sí misma.

—Dicen que nadie puede llegar a ustedes en general porque tienen creencias en una religión distinta a las usuales.

No sé quién habrá creado ese rumor, pero tampoco es como que hayamos intentado disiparlo.

—Nosotros no tenemos una religión— le digo— sin embargo, si creemos en todo tipo de Dioses.

—¿Hay más de un Dios en la religión que profesan?

He picado su curiosidad.

—Uff, montones, creemos que si necesitamos o deseamos algo, solo debemos pedirlo a ese respectivo Dios— creo que no está entendiendo— a ver, corazón, dime algo que desees.

—No lo sé ¿Algo tangible o intangible?

—Se pueden ambas.

—Supongo que pediría dinero— genial, a rezarle a Yoongi.

—Existe un Dios de la riqueza y la lógica—mi más soportable hermano— pero, estos Dioses que estoy diciéndote, cuentan con una característica más que los hace excepcionales.

—¿Qué cosa?

—Son Dioses vampíricos— no responde, solo me mira— puedes reírte si quieres, sé que suena ridículo.

Niega.

—No es prudente burlarse de las creencias de otros— se encoge de hombros— mi padre cree que Dios es un animal en lugar de un ser humano, así que reza a los animales en lugar de a la imagen de un hombre.

Eso es bastante interesante, aunque no existe tal Dios.

—Respetable.

—Entonces, tú dices que existe un respectivo Dios para absolutamente todo.

—Hasta lo más descabellado que se te pueda ocurrir.

Asiente, mirando a sus pies durante algunos minutos, quisiera saber que es lo que tanto piensa cuando se queda en silencio, perdiéndose en su mundo.

—¿Existe un Dios de la belleza?

—Lo hay— Seokjin— el Dios vampírico de la belleza y la armonía.

Sonríe suavemente.

—Tus Dioses tienen nombres muy hermosos— asiento, supongo— supongo que tendría que pedirle a ese que dices que me otorgue belleza para que alguien me ame.

Trago saliva.

—No, si quieres que alguien te ame, debes pedírselo a un Dios distinto.

—¿A cuál?

¿Por qué te han hecho tanto daño?

—Al Dios de la lujuria y el amor.

—Pero, lujuria y amor son dos cosas muy distintas.

—Lo son, pero van de la mano y se complementan— le explico— cuando alguien te ama, lo hace con todo, si te van a querer, también deben desearte en cuerpo y alma— susurro— deben amar y adorar cada pedazo de tu piel pues todo nace de la atracción.— enrojece, la punta de su nariz ahora es rosada— Es un sentimiento complejo.

Ríe nerviosa.

—Supongo que entra en la lista de Dioses a los que debo recurrir.

—¿Quieres a alguien que te ame y te desee?

—Supongo que si, todos queremos algo así.

Tomé su mano, miles de recuerdos y situaciones dolorosas azotaron mi cabeza, guardé cada uno para analizarlos más tarde y la miré.

—Concedido.

—Concedido

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GOD OF LUST; kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora