Era la hora del almuerzo y no pude ni dar el primer bocado sin que Jimin saliese con sus idioteces.
—¿Cómo que te gustó Katrina Jung?— dejé la cuchara nuevamente en mi plato y volteé a verlo— Le gustas a Lee Yuna.
—Le gusto a casi todo el mundo porque, hola— le recuerdo— soy la sexualidad y amor en pasta. Y la tal Yuna no me gusta, quédatela si quieres.
—¿Te gusta alguien?— asiento a Namjoon— Bueno, eso es increíble.
—Sería más increíble si fuese alguien que esté al mismo nivel que él.
—¿Quién?
—Yuna, por ejemplo.
—¿Te preguntó?— Hoseok se ríe, Jimin voltea la mirada—Mira, lo que importa es que me guste a mí, Katrina es preciosa, es linda y adorable, además se nota que es mucho más interesante que su amiga.
Yoongi se cruza de brazos y me observa antes de soltar todo un discurso informativo.
—Ella toma clases extra conmigo en instrumentos— me cuenta— me tomé la libertad de investigarla. Si de verdad te gusta, tendrás que lidear con todo lo que ella trae encima, porque ni siquiera se trata de que todos crean que es fea por su aspecto descuidado o sus rasgos distintos al resto, no sé cómo la pasará en casa, pero su historial estudiantil está lleno de baches y pausas en la carrera por reportes de salud, depresión e intento de suicidio— tragué saliva, no pensé que fuese tan grave— los estudiantes se burlan de ella todo el tiempo, no importa que sean universitarios y por lógica tengan que ser más maduros al respecto, esa chica sufre burlas, es degradada a cada momento y al menos aquí, sufre de violencia verbal.
Seokjin suspiró.
—Ya escuchaste, sabiendo todo eso ¿De verdad quieres meterte en su vida?— chasqueé la lengua— El amor no cura la depresión, Taehyung.
—Lo sé, no soy estúpido.
—Entonces, consigue otra chica— niego a Jungkook— no tienes tiempo para intentar cortejar un alma rota.
—Tampoco puedo dejarla sola y ya, muchas personas en su situación necesitan un amigo. Necesitan ayuda.
—Somos Dioses vampíricos— me recordó Jimin, nada raro él recordando lo obvio—nuestra naturaleza no nos permite ser caritativos, Taehyung.
—Piensa también en lo que pensarían los demás Dioses— descanso mi cabeza en mi puño, harto de esta conversación—supongamos que haces a esta chica tu esposa, tendrá todos los ojos de todo el mundo encima por ser la elegida de la lujuria porque sabes que eres uno de los Dioses más importantes debido a tú función.
—Ajá.
—La van a tratar peor aún, van a decir cosas sobre su físico.
Hago mi almuerzo ya frío a un lado y tomo la palabra en esta mierda de conversación que nunca solicité.
—¿Cuál es el maldito problema con como luce?— pregunté, porque de verdad no lo entendía— Ella no tiene nada extraño como para tacharla de fea, no puedo ser el único que piensa que es bellísima, tiene un cabello suave y claro, sus mejillas son preciosas, sus ojos son lindos y desaparecen cuando se ríe.
—Se supone que eliges a tu Diosa según tú cualidad. Eres la maldita lujuria, sexualidad, sensualidad, atracción.— conozco mi función, Hoseok, gracias— Ella no es nada de eso, no es sexy, no produce atracción.
—¿Cómo no? Si me tiene babeando por ella.
—Es bajita, nada delgada o tonificada.
—Si quisiera un poste musculoso, me caso con Jungkook. Y te equivocas, si lo que insinuas es que está gorda, esa es una gran mentira.— lo señalo, mis hermanos mayores no han dicho palabra y lo agradezco— Ella tiene piernas y caderas anchas, pero gorda no está. Su torso es pequeño y su cintura...— mejor me detengo, si sigo explicando su anatomía terminaré emocionandome— El punto es que me importa un carajo lo que sea que tengan que decir, es mi problema, no el de ustedes y no quiero que volvamos a tocar el tema.
Me pongo de pie, ya perdí el apetito.
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