—Lo peor es que así son las personas— joder, que lleva siete pastelillos— la mayoría no entiende y te señalan de grosero, pero no es de esa manera. Yo puedo reírme contigo, pasar un tiempo contigo y salir ocasionalmente, pero eso no significa que seamos amigos íntimos y tampoco significa que yo quiera escuchar sobre tú vida o lo miserable que te sientes, no somos amigos, no te he dado tal confianza y por ejemplo, yo soy de esas personas que no sirven para dar apoyo emocional— bebe de su café— entonces no es como que puedas esperar un consejo muy sabio de mi parte.
—Creo que entiendo a que te refieres— contesto a Solji, estirando mi mano para volver a apartar el cabello de las mejillas a Katrina pues parece que le estorba enormemente y me causa cierta ansiedad verla batallando con el— las personas que se creen tus amigos te buscan esperando encontrar un apoyo o solución a los problemas que te confían, pero, cuando no les respondes lo que esperan, se molestan contigo porque eres muy seca.
Aplaude.
—Así es, el punto es que no estoy capacitada para ayudarles en sus vidas cuando no puedo ni con la mía— suspira, sacudiendo los dedos para deshacerse de las migas— por eso no tengo muchas amistades, conservo a Kat porque mírala—ella levanta la cabeza, sin entender que pasa— es una bebé atrapada en el cuerpo de una adulta, pero ahí dónde la ves, se le evapora el agua, no entiende el funcionamiento de los bancos y para resumirlo, las cosas de adultos no son lo suyo. En conclusión, es una dulzura, pero hay que cuidarla.
Mientras ambas discuten sobre que Solji no tiene porqué decir esas cosas y Katrina se pone roja hasta la médula, yo pienso en que esta mujer podría... no, mejor no sacar conclusiones aún.
Solji expresa su deseo de irse a dormir al menos unas horas y como el caballero que soy, me ofrezco a llevarla hasta su condominio, ella acepta y en todo el transcurso hacia el lugar mencionado, le cuenta a Katrina sobre todas sus experiencias, le promete enseñarle las fotos que tomó de los lugares y antes de irse definitivamente, señala una de las maletas.
—Eso es ropa y cositas que compré pensando en ti, ponte más bonita, pruebatelo todo.
Cierra la puerta del auto luego de despedirse y observo a Katrina con mis ojos abiertos a tope.
—Yo quiero ver qué te trajo.
—Me da pena...
—Yo quiero ver qué te trajo.
—Vamos a mi casa y allí lo ves mientras desempaco.
—Me refiero a que te pongas cada cosa y de esa manera lo apreciaré mejor— niega, enrojeciendo, pero yo arranqué rumbo a la casa— listo para mí show modelaje privado.
—¡Tae!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Te compró faldas— saco y saco prendas bastante bonitas— tú no usas faldas, pero te verás bien.
—No lo sé, no es muy mi estilo.
Observa una blusa de manga larga que es un poco apretada y se muerde el labio, como si estuviese pensándoselo mejor.
—No está mal intentar algo nuevo, puedes probartelo y si no te gusta, no lo usas.
—Es que no estoy segura...— levanta un conjunto y niega— esto es muy apretado, no se me verá bien, Tae.
—Intentar~
Suelta aire.
—Vale, pero tienes que prometerme que serás honesto conmigo— me señala— si algo me queda feo, me lo dices.
Levanto la mano derecha, prometiendo lo pedido.
—Lo juro, hoy soy el Dios vampírico de la honestidad.
—¿También hay uno así?
—Claro, Jimin. Aunque el término sería Dios de la verdad, pero es casi lo mismo, así que cuenta.
Se levanta, toma uno de los conjuntos y señala el baño.
—Iré a cambiarme, espera aquí.
—No me iría aunque me pagaran, anda.
Me acomodo en la cama como si fuese mía y espero pacientemente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
