GOD OF LUST; kth

017

Ciertamente soy un poco tonto, dije que explicaría lo sucedido, pero ni siquiera sé cómo hacerlo. Debí haberme traído a Namjoon en lugar de Yeontan.

Katrina no había querido salir, pero si me dejó entrar para hablar, pedimos comida a domicilio y casi entro en mi faceta estúpida cuando me dijo que comieramos en su habitación porque la sala estaba hecha un desastre.

Y me senté en su cama.

Una buena cama, resistente. El caso es que mi mente voló... fue inevitable, lo siento.

—Tal vez podríamos empezar contigo haciéndome preguntas— me rasco la cabeza— sería más sencillo solo responder. Lo haré inmediatamente, tú pregunta y yo respondo sin tapujos.

Asiente, succiona la comida en sus dedos.

—¿Qué eres?

—¿En qué sentido?— me mira mal— Vale, uhm, un Dios vampírico.

—¿Qué es eso?

—Un vampiro que también es un Dios— respondo, con obviedad— no hay mucha ciencia en eso— lo que te conté aquél día, eso somos.

—¿Y que Dios eres tú?

He ahí mi temor más grande.

—Pero no saques conclusiones apenas te lo diga— asiente nuevamente— amor y lujuria, pero más conocido por la segunda.

—Oh...

—No digas "oh" por favor.

—No sé que más decir—relaja los hombros— es que no me creo nada de esto, es demasiado imposible—Yeontan sube a la cama, acomodándose para dormir— los vampiros no existen.

—¿Pero los Dioses si?

—Tampoco estoy muy segura, se supone que no los vemos.

—A los vampiros tampoco.

—Mm, touché— peinó con su mano libre su cabello hacia atrás— ¿Por qué los hermanos Lee lucen tan diferentes ahora?

—No, así es como tú los percibes. Me refiero a que, mi hermano les maldijo, ahora se ven como son por dentro— explico— pero realmente no les hizo ningún cambio físico, simplemente para los humanos se ven distinto, se ven menos guapos— me enredo yo solo.

—O sea, que a mis ojos, ellos se ven mal porque así son por dentro, pero realmente no hubo ningún cambio.

—Eso, tú los ves feos, pero no lo están.

Y Hansung se llevó un regalito extra de mi parte.

—Okay ¿No hay forma de revertir eso?

—No ¿Para qué quieres revertirlo?— abre la boca y por la expresión que hace, ya sé porqué—Ah, no, nada de sentir lástima o lo que sea.

—La están pasando mal.

—Soy lujuria, no caridad.

—¿Y si te lo pido muchas veces?

—No pasará, y no se puede, lo hecho, hecho está.— se cruza de brazos— No hagas eso.

—No he hecho nada.

—Creo que prefiero que me grites, que estés tan calmada me pone más nervioso.

Niega con la cabeza, se estira para rascar las orejas de Yeontan y permanece callada durante los siguientes veinte minutos. Los conté.

—Dame un poco más de tiempo para pensar, yo te buscaré cuando llegue a una conclusión.

Me hice espacio en el sofá, apartando a Jungkook y a Jimin aún cuando se quejaron tanto. Los seis estaban allí, libres de esposas y de padres molestos.

Namjoon notó mi deplorable estado.

—¿Salió tan mal?

—¿Dónde está Yeontan?— ese fue Jimin.

—No sé si salió mal, pero estoy entre enojado y preocupado— expresé— y Yeontan se quedó con Katrina, estaba muy a gusto con ella así que se lo dejé.

Me paso las manos por el rostro, soy patético, tengo casi cien años y soy patético.

¡Patético!

—¿Por qué estás molesto?

—¡Porqué me estresa!— exclamo— Esa mujer no reaccionó de ninguna manera, se quedó ahí, viéndome nada más y para cuando abría la boca, era para preguntarme si no se podía revertir el castigo— Seokjin sonríe, negando— es demasiado amable.

—Demasiado pura para un ser corrompido como tú.

—Cállate, Hoseok.— levanta las manos, riendo—Y no pude decir mucho más, también me quedé allí como imbécil esperando a que mínimo gritara o me llamara monstruo paliducho para después echarme de su casa o de su vida— así esperaba que reaccionara, no me juzguen— o de ambas, es que no lo entiendo.

—¿Qué no entiendes?— preguntó Yoongi—Es raro, tú siempre entiendes o interpretas de alguna manera cualquier situación. Eres psicólogo, lo tuyo es analizar, entender y expresar.

—Estudié psicología sexual, Yoongi.

—Bueno, eres psiquiatra, también cuenta.

—Pues no entiendo muchas cosas que debería entender— le digo— soy bueno hablando, puedo darte un discurso de dos horas sobre porqué las hormigas son importantes o sobre porqué los malditos colores son la cosa más impresionante en el universo sin enredarme al hablar— encoge los hombros— pero no puedo ni pensar con coherencia cuando se trata de esa chica, desde que la vi, parece que me hice estúpido y tartamudeo hasta en mi cabeza antes de hablarle, es muy impredecible y eso me altera un poco pero al mismo tiempo me resulta fascinante.

—Taehyung...—Jimin susurró mi nombre con un asombro poco visto en él.

—Parece que necesitabas desahogarte.

—¿Tú crees?— la ironía presente en mi voz—¿Tienes una idea de lo que es querer darle amor a alguien y al mismo tiempo querer hacerle dicho amor?— quiero decir que quiero amarla y que tengamos mucho sexo, ambos de manera equilibrada por supuesto— Espero que no, porque es tedioso, llevo con esas sensaciones acumuladas— señalo mi pecho y mi entrepierna— varias semanas, y para mí es peor aún.

Seokjin suspira.

—No puedo aconsejarte, no me pasa.

Y yo podría hacer que pase, pero quiero que pase cuando Katrina quiera y me quiera.