GOD OF LUST; kth

024

Resulta que el día de chicas se alargó como a mil días dónde Solji descaradamente me robó a Katrina.

Pero cuando me la regresó, la señorita tenía un color de cabello nuevo y a mí besando el suelo por dónde camina.

—¿Y esa qué hace aquí?— la esposa de Namjoon está insoportable, lo juro— Ugh, humanas.

Pasa por el lado, intento hacerle zancadilla, tropieza pero no cae al suelo.

—Creo que no le agrado mucho a ellas— ríe sin muchas ganas— tal vez deba visitarte menos seguido.

—Déjala, se levantó con el pie izquierdo y debe estar enojada porque su marido no la quiere ¡porque es horrible y nadie la tolera!— alzo la voz para que me escuche—y no te preocupes, ya están construyendo mi casa, no tendrás que soportarlas a ellas— pincho el botón del ascensor— aunque tardará un poco puesto que debo ambientarla para mis hijos, estará lista a final de año.

—¿Vas a mudarte solo?

—No, solo quiero un lugar para mí. También porque quiero que mis animales se muevan con más libertad, así que todo será mucho más gigante.— asiente, comprendiendo mi punto— ¿Cómo es que Solji te ha soltado? Llevaba días sin verte y ya me dolía el alma.

Ríe.

—Siempre tan exagerado.

Cómo ya es costumbre, apenas llegamos a mi habitación, se tira a la cama acomodándose y yo imito su acción, quedamos ambos mirando al techo y yo tomo una de sus manos para jugar con sus dedos.

—De verdad luces mucho más bonita de lo usual. Parece que la llegada de Solji te dió un poco más de seguridad, haz hecho muchos cambios, eh.

—Ella me ayuda a sentirme mejor, atractiva, quiero ser atractiva.

—Lo eres, demasiado.

—¿Si?

—Claro, me duelen ambas cabezas cuando te veo.

Frunce el ceño, parece que no comprendió a que me refería, aguanto la risa cuando la expresión le cambia y me golpea, su rostro rojo casi a punto de estallar.

—¡No digas esas cosas!— exclama, me acuesto de lado para mirarle— Eres un puerco.

—¿Te molesta que diga cosas así?

Niega.

—Simplemente me sorprendo, es todo. Ya me acostumbré, es muy tú, nunca me habían dicho algo parecido.

—Soy bastante directo ¿embellecer las palabras? eso no va conmigo, prefiero decirte que tienes un trasero increíble a irme por las ramas.

—Es que da un poco de vergüenza.

—No tendría por qué— le digo—por ejemplo, a mi no me da vergüenza enseñarme en mi forma vampírica ante ti, si fuese a alguien más, si me cohibiria un poco, pero contigo me siento en confianza—sonríe— tú dime quítate la camiseta y yo...

—¡Ya!— vuelvo a reírme— Solo te he visto de esa forma una vez, cuando pasó eso del castigo.

—No te pierdes de mucho— arruga la nariz— vale, entiendo, quieres verme, pero no pasará por ahora.

—Igual, recuerdo que tenías...— levanta la mano, sus dedos trazan las líneas donde van mis cicatrices— una en cada ojo, también el color del izquierdo era distinto.

—Un tanto aterrador.

—No, solo es diferente. No eres aterrador en absoluto.

Mi mano va a parar a su mejilla y acaricio la suave piel de esta, comienzo a sentir que la anhelo y soy testigo de como la temperatura de su cuerpo aumenta considerablemente, no es un secreto que le gusta mi cercanía.

Qué su cuerpo también quiere y llama al mío.

—¿Lo ves?— le digo mi mirada fija en su boca entreabierta— Es por esto que tú y yo no podemos ser simplemente amigos.

—¿P-Por qué no?

—Porqué yo quiero besarte, tocarte, estar contigo en miles de formas— confieso, ella pasa saliva— y también quiero tomarte de la mano, pasar por ti todos los días, hacer cosas juntos, pasear, conocer. Quiero todo, pero contigo como mi novia.