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—Prometo que cuando todo esto se solucione, tendremos una mejor boda.

—Está bien así para mí, Tae— asegura, yo lo dudo— mejor pensemos en nombres para los niños.

—¿Ya asimilaste que tenemos hijos? ¿Tan pronto? Yo aún lo estoy procesando.

Blanquea la mirada y coloca a bebé uno a dormir sobre Boris, ahora mi imponente tigre hace el papel de almohada para bebés mientras terminamos de empacar algunas de mis cosas.

La razón por la que quiero celebrar una mejor boda es porque debido a la ausencia del Dios vampírico del matrimonio, nuestra unión se redujo a una firma de documentos.

Y obviamente Katrina merece algo más que eso, le haría un camino de estrellas al altar si pudiera.

—No creo que necesitemos esto— levanta el conjunto de lencería que usó la primera vez que estuvimos juntos— ya se usó, ya no es necesario.

—Na, na, na, déjalo ahí en la caja, a mí me gustan los recuerdos.— ríe, sus mejillas encendiéndose— Hablando de ese recuerdo... dime cuándo me vas a dejar cumplirte los fetiches.

Me acerco, sus cejas se arquean y muerde sus labios, me encanta la manera en la que sus gestos son involuntarios pero netamente provocados por mis palabras e insinuaciones.

También me fascina lo entregada y dispuesta que es, hemos tenido varias sesiones en un mismo día y cada una ha sido distinta a la anterior, a ella le gusta absolutamente todo, lento, rápido, fuerte, dulce, a veces brusco.

Lo único que me asusta es terminar pegándole alguna de mis locuras, aunque tampoco me quejaría.

—No tengo fetiches, Tae.

—Bueno, pues vamos a descubrir algunos. Aunque antes de eso necesito preguntar algo.

—¿Qué cosa?

—¿Estás molesta conmigo?

Un cambio brusco de tema, pero tengo esa duda hace horas, está más callada de lo usual. En realidad, quizá demasiado, ya me había acostumbrado a que conmigo se soltaba más y expresaba todo lo que pasaba por su cabeza.

—Mm ¿Es muy obvio?

—Para mí, que te conozco, lo es. Dime qué pasa.

Sus brazos caen a sus costados y suspira profundamente.

—Pasa que sé que estás evitando cumplir mi deseo.

Frunzo el ceño, no comprendiendo a qué deseo se refiere.

—¿Cuál deseo, amor?

—El de olvidar.

Oh, ese deseo. Me rasco la barbilla y la miro con duda, bueno, ya no es un tema que pueda aplazar más.

—Quería que lo pensaras mejor.

—No tengo nada que pensar.

—¿Realmente quieres deshacerte de todos tus recuerdos sobre lo que te hicieron?— pregunto con tranquilidad, sé que para ella es importante pero quiero que esté segura— Esto es irreversible, Katrina, yo tomaré esos recuerdos y los destruiré, no quedará nada de ellos en ti. Dime qué realmente quieres olvidar y no vengar lo que pasó.

Sus ojos brillan y se aguan, sonríe a medias mientras asiente, toma mi mano y esnifa, ya las lágrimas empapando sus rosadas mejillas.

—Es lo que más quiero— musita— quiero dejar de soñar con esa noche, no hay un día en el que no pase por mi cabeza ese momento en específico y me haga sentir sucia, usada. Quiero olvidar todas esas veces dónde me trataron como— solloza, me duele verla así, acuno su rostro y limpio sus mejillas con mis pulgares— como si no valiese nada, como si no tuviese sentimientos. Fui usada y degradada de tantas maneras y no sabes cómo odio recordar cada una de ellas, Tae, no quiero sentirme así nunca más.

Se deja caer contra mi pecho y llora, nunca la había visto llorar de esta manera, como si estuviese tan rota y frustrada por no poder reunir cada pedazo, entonces lo entiendo, ha estado luchando con demasiada mierda todos estos años, simplemente quiere quitarse ese peso de encima.

—Está bien— beso su cabeza, la aprieto entre mis brazos— yo me encargaré, te prometo que ya no dolerá más.

Si esto es lo que ella quiere, no debo cuestionarla. Soy bueno manipulando los recuerdos, está entre mis habilidades, arrebatarselos a alguien no es tarea difícil, no para mí.

Pero, está este efecto colateral dónde yo sufriré un poco, va a dolerme el proceso debido a que son recuerdos malos, así que me siento al borde de la cama con Katrina en mis piernas y su rostro escondido en mi cuello, mi diestra se posa en su cabeza y como es usual, me dispongo a revisar sus memorias, recolectando cada una de las mencionadas.

Y mi pecho se comprime, son demasiadas.
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Y mi pecho se comprime, son demasiadas

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GOD OF LUST; kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora