Tres horas después estábamos llenos de harina, azúcar y glaseado por todas partes. Una vez que metimos todos los cupcakes en el horno nos sentamos en las banquetas para descansar.
—Bueno ¿ha estado tan mal?
—Ha estado peor, no sabía que hacer unos simples cupcakes cansara tanto —Puntualizó el mayor de los hermanos.
— Es todo un arte.
—Sí, claro —Soltó con ironía.
Lo miré con los ojos entrecerrados y agarré un puñado de harina lanzándolo hacia su cara, lo que hizo que gritara. Me miró antes de hacer lo mismo, pero esta vez con azúcar, dándole a su hermano en vez de a mi.
—¡Pelea! —Gritamos los tres a la vez.
Empezamos a lanzarnos huevos, harina, azúcar y todo lo que tenía en la encimera, poniéndonos cada vez más perdidos de comida.
—¡¿Se puede saber qué cojones pasa aquí?!
Antes de que pidiera frenar, termine estrellando un huevo en el pecho de Colton, manchándole toda la chaqueta y después su hijo pequeño intentando darme con la harina se la termino lanzando a su padre, lo cual le hizo abrir los ojos con horror.
Colton estaba rojo de la ira, agarré a Mason y lo coloqué detrás de mí como a su hermano.
—Señor Fernsby... —Susurré con cautela.
—¡¿SE PUEDE SABER QUE QUE COÑO PASA CONTIGO AIDA?! ¡¿ACASO VES ESTO NORMAL?!
—¡No le grites! —Dijo Christopher colocándose delante de mí, sin pensarlo tiré de su brazo antes de que siguiera avanzando hacía su padre.
—¡NO ME LEVANTES LA VOZ! ¡OS QUIERO A LOS DOS EN VUESTROS CUARTOS, ESTÁIS CASTIGADOS!
Ninguno de los dos se movió. El mayor de los hermanos estaba totalmente rojo como su padre y con los puños apretados mientras su hermano se abrazaba a mi escondiendo su rostro en mi pierna.
—Chicos por favor, subir, luego os voy...
—LUEGO NADA AÍDA, OS QUIERO A LOS DOS ARRIBA ¡YA!
Les miré suplicando con la mirada que hicieran caso, sin pensárselo dos veces Christopher agarró a su hermano y ambos salieron de la cocina dejándome sola con su padre sin antes darle una mala mirada.
Mi respiración era irregular, sentía los ojos picarme como si fuera a llorar, pero tenía claro que no iba a llorar y menos delante de Colton.
— Colton...
—¿Alguien le ha dado permiso para hablar señorita Alonso? ¿o para llamarme por mi nombre? —Siseó entre dientes.
Sin pensarlo negué con la cabeza, pero no la bajé, no iba a bajarme a ese nivel, sabía que lo que habíamos hecho no era algo correcto por mi parte, pero no era el fin del mundo.
—Seré claro con usted, me parece intolerable este comportamiento por su parte, los niños necesitan a alguien que les dé ejemplo y ya veo que usted hace de todo menos eso, no deja de ser una cría igual que ellos, dedicándose a hacer gamberradas.
Intenté hablar, pero me frenó colocando la mano delante de mi cara.
—No le he dado permiso para hablar, así que cállese la boca. Continuando con lo que le decía, estoy harto de su comportamiento inmaduro y su falta de profesionalidad, esos niños se han asalvajado por su culpa...
Le miré sin creerme lo que decía, sin poder contenerme le corté importándome una mierda todo.
— Vamos a dejar las cosas claras Colton Fernsby, usted no tiene el maldito derecho a llamarme inmadura o decir que hago mal mi trabajo, por qué le advierto de una cosa y es que no voy a tolerar este trato de su parte. Me importa una reverenda mierda los problemas que tenga conmigo, pero se los mete por el culo y se aguanta porque que yo sepa hasta ahora no he hecho nada mal, ya que los niños están totalmente atendidos, entretenidos y siguen igual que siempre solo que felices.
Me miraba como si no pudiera creer mis palabras, por lo que continúe, pero esta vez acercándome a él hasta colocar mi dedo en su pecho.
—Si así es ¡FELICES! Por qué déjeme decirle que como profesional especializada en psicología infantil estos niños tienen varios problemas y son todos por culpa de sus padre, por tu falta de interés, de cariño y de todo hacia ellos. Entiendo que no es fácil cuidar a dos niños solo sin un apoyo, pero perdone que le diga que muchas mujeres lo hacen y esos niños están perfectamente educados y son felices, así que empiece a pensar de quien es el puto problema, porque que usted me tenga envidia por el trato que tienen los niños hacía mi no es culpa mía, mire a ver como lo arregla —respire hondo y me separé de él —ahora iré a ver como están y me iré no tenga de eso dudas señor Fernsby.
ESTÁS LEYENDO
Una niñera a la española
Teen Fiction¿Viajar a New York para conseguir tus sueños y acabar siendo la niñera de los hijos de un ricachón? ¿Qué podría salir mal? *la historia esta siendo actualizada y se están realizando algunos cambios* ⚠️PROHIBIDA SU ADAPTACIÓN O COPIA⚠️