Capítulo 20

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Dos meses habían pasado desde el día de la pelea y del cumpleaños de Henry Fernsby. Desde entonces Colton y yo solo habíamos mantenido una relación estricta y rigurosamente profesional.

Tarareando caminé por el gran pasillo que llevaba hasta la puerta del ático de los Fernsby ya que el día de hoy simplemente me había pedido que fuera por la tarde. Al cruzar la puerta me encontré a la señora Martha junto a muchas mujeres y a Vanesa ,la prometida de Colton, con un vestido de novia puesto, supuse que era el suyo. Era blanco perla muy brillante con escote corazón lo que hacía que se le subieran las tetas a la garganta; el vestido era ceñido hasta la parte de las rodillas donde hacía un vuelo enorme lo que hacía que pareciera una campana.

Al escuchar la puerta cerrarse todas me miraron,Vanesa hizo una mueca de asco, en cambio Martha Fernsby me miraba con ternura y una gran sonrisa, se acercó a mí para darme un abrazo lo que hizo que me quedara estática ante su reacción.

Miré por encima de su hombro, vi cómo Vanesa y la que supuse que era su madre me miraban con odio.

—¿Y tú quién eres? —preguntó la madre de Vanesa.

—Soy Aida Alonso, la niñera de los hijos de Colton.

—¿Colton? no se quien te crees que eres, pero te recuerdo que es tu jefe y debes tratarle como lo que es —Soltó Vanesa acercándose a mí aprovechando que Martha y las demás se habían ido, me agarró del brazo clavándome las uñas.

—Mira niñata, te lo diré una sola vez, aléjate de él porque es mi hombre y te juro que este trabajo no te durará. En cuanto pueda me desharé de ti y de esos mocosos para siempre.

La miré sonriendo arrogantemente y agarré su muñeca apretando fuerte para que me soltara.

—Me importa una mierda quien seas y lo que piensas hacer, pero te juro por dios que jamás apartaras a esos niños de su padre, perderé mi empleo y lo que haga falta si así consigo que aprovechadas y zorras como tu no se salgan con la suya.

Me miró roja de la ira e intentó darme una bofetada, pero agarré su mano antes de que impactara en mi mejilla.

—No te atrevas a ponerme un solo dedo encima, porque te aseguro que lo que te haré yo será mucho peor.

— ¿Aida, Vanessa? —La voz de Colton nos sacó del trance.

La susodicha me miró y sonrió cínicamente para después empezar a llorar, Colton se acercó a nosotras y vio mi agarre en la muñeca de la super modelo, se separó de mí y se lanzó a sus brazos.

¿Qué ha pasado?

¡La loca de tu empleada ha intentado agredirme! —Dijo llorando.

La ira me consumió por dentro al ver como ella sonreía cuando él me miró de mala manera.

¡Pero serás hija de tu puta madre pedazo de zorra! —Grité en español, perdida totalmente.

—¡Míralo ahí lo tienes, es una persona violenta, no puede estar cerca de los niños! —Volvió a gritar ella.

—Vanesa cállate.

—¡Pero tú has visto cómo me tenía agarrada!

—He dicho que te calles, ahora vas a cambiarte, a marcharte y después te llamaré.

—Pero...

—Tengo que hablar con mi empleada, así que haz lo que te pido por favor.

Asintió de mala gana y se dio la vuelta para irse, no sin antes dedicarme una mirada de odio. Miré a Colton mientras intentaba controlar mi respiración, me indicó con un gesto que le siguiera. Entramos en su despacho y me hizo sentarme en una de las sillas enfrente de su escritorio mientras él se sentaba enfrente colocando las manos entrelazadas encima de la madera mirándome fijamente.

Una niñera a la españolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora