Decidí ir a trabajar andando, por lo que me tocó madrugar una hora antes de lo habitual, tenía que llevar a los niños al colegio que entraban a las ocho de la mañana, un poco pronto a mi parecer.
Tardé aproximadamente cuarenta y cinco minuto en llegar al edificio caminando rápido, no sabía qué era peor, si el frio o el cansancio que tenía por pegarme la paliza andando.
Saludé al portero con una sonrisa que me devolvió, una vez estuve frente a la puerta tome aire y entré, gracias a la llave que me facilitaron.
Caminé tranquilamente hasta la cocina donde se encontraba Greta la cocinera de la familia.
— Buenos días Greta — pegó un bote cuando me escuchó a lo que yo no pude evitar reír.
— Buenos días señorita Aida, me ha asustado.
—Llámame solo Aida por favor y disculpame, no era mi intención —miré la hora en mi teléfono y dejé el vaso de agua en el fregadero —bueno es hora de ir a despertar a los bellos durmientes, que tengas buen día Greta.
— Igual tu Aida
Sonreí antes de salir de la cocina para dirigirme hacia los dormitorios de los chicos, la casa era inmensa y demasiado llamativa, todavía no tenía claro cómo es que no me había perdido.
Entré en el dormitorio de Christopher, estaba a oscuras, pero se podía distinguir su silueta boca abajo con una pierna fuera de la manta y del colchón. Solo de pensarlo me dio un escalofrío ¿ acaso no tenia miedo de algo le agarrara la pierna por la noche?
Me acerqué hasta él y me senté en el borde de la cama quitándole los pelos de la cara.
—Buenos días dormilón número uno es hora de levantarse para ir a clase —se removió un poco suspirando hasta que abrió un ojo.
— Podría acostumbrarme a despertarme con semejante vista ¿te han dicho alguna vez que el negro te favorece? Te hace más caliente.
— Anda hormona con patas levántate o llegaras tarde.
Escuché como bufaba y se quejaba por haberle llamado así mientras salía de su habitación para dirigirme a mi segunda parada, realice el mismo proceso cuando estuve con Mason, pero a este le costó más reaccionar
—Solo un rato más por favor —hizo un puchero que era adorable, era casi imposible decirle que no, pero no conseguiría que funcionara conmigo su vil intento de manipulación.
— Se te deformará el labio, voy a bajar a la cocina, más te vale estar allí en menos de un minuto ¿Está claro enano?
—Sí mi capitán
Mientras los niños se levantaban decidí hacerles un desayuno en condiciones, ya que según Greta los niños no desayunan nunca sobre todo Chritopher, por lo que siguiendo mi maravillosa cultura en cuanto al tema de comer les preparé unas tostadas con tomate, queso y pavo, coloque los platos y las tazas con leche encima de la barra mientras fregaba lo que había estado utilizando.
— Ummm, que bien huele— La voz de Mason se escuchó por toda la cocina según entraron por la puerta haciendo que soltara una pequeña risita.
— Pues mejor sabrá— Contesté en español.
— ¿qué?
— Nada, es una expresión de mi país; cuando alguien dice qué bien huele se contesta pues mejor sabrá.
— ¡Que guay!— contestó Mason tomando asiento en la barra.
Observé los movimientos del mayor de los hermanos, agarró una manzana y se dispuso a salir de la cocina, le miré atentamente para ver si se percataba de mi mirada, pero estaba demasiado absorto en sus pensamientos.
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Una niñera a la española
Fiksi Remaja¿Viajar a New York para conseguir tus sueños y acabar siendo la niñera de los hijos de un ricachón? ¿Qué podría salir mal? *la historia esta siendo actualizada y se están realizando algunos cambios* ⚠️PROHIBIDA SU ADAPTACIÓN O COPIA⚠️