Capítulo 27

8.1K 471 22
                                    

Señores pasajeros les informamos que estamos a punto de aterrizar en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, por favor abróchense los cinturones y enderecen sus asientos para el aterrizaje, gracias.

Las manos me sudaban de manera incontrolable estábamos apunto de aterrizar en Madrid, España, mi país, podría ver a mis padres a mis hermanos a mis amigos y la verdad es que no cabía en mí de gozo. Me costó mucho convencer a Colton de viajar en un avión normal y no en el suyo, pero al final conseguí hacerlo aunque hay que admitir que sus hijos también tuvieron mucho mérito.

Una vez estuvimos fuera del avión me giré con una sonrisa hacía ellos y abrí los brazos.

—Familia Fernsby ¡Bienvenidos a España!

Los tres sonrieron y negaron con la cabeza, un coche vino a recogernos para poder ir al hotel, pasaríamos dos días en Madrid y otros dos en mi ciudad natal. No podía dejar de sonreír mientras las calles iluminadas de Madrid iban pasando ante nosotros, a pesar de no ser donde nací, me sentía demasiado feliz por encontrarme aquí. El coche frenó y mi boca se abrió al encontrarme de frente con la puerta del hotel VP Plaza España Desing, se abrió en dos mil dieciocho, siendo catalogado como uno de los hoteles más lujosos de Madrid ubicado en el puñetero medio de la ciudad, en Gran Vía.

—¡Aida vamos! —El grito de Mason me sacó de mi trance y empecé a caminar en su dirección.

Mi boca cada vez se abría más conforme íbamos avanzando, subimos en el ascensor y frenamos cuando Colton se paró delante de una puerta.

—Este es vuestro cuarto —les indicó a los chicos que asintieron agarrando la tarjeta— Esta puerta de enfrente es la mía y la de al lado el de Aida, cualquier cosa llamar a nuestra puerta ¿está bien?

Los dos se sintieron conformes con lo que su padre les dijo.

—No salgáis sin avisar por favor, ahora entrar y ordenar las cosas cuando nos vayamos a ir os avisamos.

Los perdimos de vista cuando entraron a su dormitorio y cerraron la puerta, Colton se giró hacía mí y me extendió la tarjeta.

—Gracias.

—Se te ha visto emocionada la verdad

—Sí la verdad, me siento feliz, hace un año que no piso España y es... no se... raro.

Asintió y se rascó la nuca nervioso, ninguno de los dos sabíamos que hacer, sin despedirnos entramos rápidamente en nuestra habitaciones, cerré los ojos y cuando los abrí y vi la habitación, sonreí como una idiota y empecé a dar vueltas hasta dejarme caer en la gran y cómoda cama con brazos y piernas extendidos.

— Es el puto paraíso

(...)

Estábamos ya listos para salir, Colton se había tenido que ir a una reunión de las tantas que tenía por lo que los niños y yo nos dispusimos a recorrer la ciudad. Paseamos por Gran Vía, entrando a un montón de tiendas, se les veía fascinados completamente.

—¡Este sitio es genial!

—Lo se Mason, es mi país ¿Qué esperabas?

— Se te ha caído la humildad Aida, ¡mira por ahí se va corriendo atrápala!— Dijo Christopher con burla.

No pude evitar reírme ante su comentario, negué con la cabeza y agarré a Mason de la mano para empezar a caminar en dirección al parque del Retiro, tenía claro que Madrid era grande, pero no metería a los niños en el metro, les haría caminar por toda la ciudad.

—¡Wuau, esto es muy lindo! —No pude evitar sonreír al escuchar a Mason pronunciar esa palabra con dificultad en español, me agaché y le dejé un beso en la frente.

Una niñera a la españolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora