I. Reencuentro

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Se sentía culpable, ¿Por qué Izuna nunca se lo conto?, era la pregunta que rondaba en su cabeza

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Se sentía culpable, ¿Por qué Izuna nunca se lo conto?, era la pregunta que rondaba en su cabeza. Aunque todo ya estaba más tranquilo, él se encontraba sentado en su cama jugando con los dedos de las manos. Hace unos minutos le llego el mensaje de Mito indicándole la dirección en donde se llevaría a cabo la fiesta.

Madara estaba indeciso, en ir o no.

Su madre le había aconsejado ir, puesto que últimamente su estado anímico no era el mejor, salir y conocer a más personas no le afectaría. Creyó haber tomado la decisión, parado frente al armario viendo su ropa, eligió la más cómoda y menos llamativa.

Se vistió y arreglo su cabello, aguardo su celular en su bolsillo del pantalón y salió de la habitación. Se despidió diciendo que en un rato volvía y su fue. Reviso una vez más la ubicación del lugar y se encamino a ella, no fue difícil llegar; el lugar era una casa normal.

Toco la puerta y la abrió una mujer.

—¿Tu eres Madara? —dijo viendo que las características físicas acertaban a las que su amiga pelirroja le había mencionado.

—Si

—Bienvenido— lo dejo pasar.

Entro y todo se veía oscuro si no fuera por las luces de colores que iluminaban, logro visualizar a la Uzumaki y se acercó a ella. No conocía a nadie y no sabía qué hacer.

—¡Qué bueno que viniste! —Mito lo saludo.

El Uchiha asintió y se posiciono al lado de su amiga. No le prestaba atención a la plática entre ella y otra chica, hasta que escucho su nombre.

—Él se llama Madara— señalo al azabache.

—Hola, soy Naomi— saludo la amiga de la pelirroja.

—Hola— contesto serio el Uchiha.

Le incómodo el hecho de que la chica se sonrojara, se fue para tomar un vaso de refresco y regreso, pero ahora solo encontró a Mito estando sola.

—Lo siento no prendía que te incomodaras— se disculpó la Uzumaki.

—No hay problema.

—Ok, ven— los dos caminaron al centro del lugar donde había más personas, unas bailando, comiendo y hablando.

El Uchiha seguía a su amiga y esta le presentaba a algunas personas para que se fuera acostumbrando al ambiente, para aprovechar la ocasión, el azabache comió de lo que ofrecían. Debía admitir que los dangos no tenían un mal sabor, pero no superaban a los de su madre.

Después de divertirse un rato, reviso la hora y marcaba las 20:00 horas, decidió en marcharse y se dirigió a la Uzumaki para despedirse de ella.

—No te vayas, van a jugar a verdad o reto, vamos— lo llevo en contra de su voluntad.

Y ahí estaban sentados en el suelo formando un circulo y una botella en medio de los presentes. Pasaron seis turnos, todos reían y Madara solo formaba pequeñas sonrisas para disimular. Volvieron a girar la botella y la boca se detuvo en el Uchiha, en ese momento trago saliva.

¿Cuándo volveré a verte? (TobiIzu)(HashiMada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora