Era muy temprano y no sabía la razón por la cual miraba su título de abogado.
No tenía esa costumbre, pero hoy parecía un día diferente a los demás, a pesar de que hacia su rutina de todos los días.Desvío la mirada y salió de su casa rumbo a la estación del metro, la ruta que siempre tomaba, pero había algo que desde hace días no lo deja en paz por una extraña razón se sentía vacío, sentía que algo le faltaba o más bien alguien.
Él vive solo en un departamento suficientemente grande para él, tal vez sea por eso o quizás porque no ha visto a su familia por un largo tiempo.
Su caminar era tranquilo, su espalda bien derecha que mostraba respeto y su rostro inexpresivo de siempre, la cara que mostraba con desconocidos y su lado más cálido solo lo conocían sus hermanos.
Se adentró al tren y se sentó en el único asiento disponible antes de que las demás personas se lo ganaran. Todo estaba tranquilo hasta que sintió una mirada curiosa observando lo, la ignoro, pero empezó a incomodar le y quiso darle cara.
Aquel azabache desvío la mirada inmediatamente y su cara de vergüenza lo decía todo.
Ya estando más cómodo, espero hasta llegar a su destino. Solo fue cuestión de 15 minutos y se bajó, camino al gran edificio frente suyo.
La encargada de darle citas a los clientes saludo gustosamente al ver al hombre que entró.—Buenos días Tobirama-sama
—Buenos días.
Tobirama le devolvió el saludo y subió al elevador que lo conducía a su oficina.
Estando en ella, acomodo sus cosas después se sentó en su escritorio, para recibir a sus clientes.Desde el gran ventanal se podía observar la ciudad y las nubes que cubrían el sol, haciéndolo un día nublado. Tobirama se preparó un café y empezó a leer las noticias una de ellas hablaba sobre él.
"Tobirama Senju uno de los abogados más importantes de Tokio"
Esa frase de verdad lo enorgullece y lo hace sentir capaz de lograr mucho más; en eso lo interrumpe el sonar del teléfono.
—Tobirama-sama un señor pide de su atención.
—Dile que pase.
—Ahora mismo se lo mando.
El primer cliente del día nada mal, cuando llegó aquel hombre que necesitaba de su ayuda se veía triste y acabado.
—Por favor ayúdame, me quieren quitar a mi hijo.
—¿Quienes?
—Mi ex esposa y sus padres, pero ellos lo tratan mal siempre lo golpean por cualquier cosa, ya no lo soporto.
—No se preocupe, lo ayudaré ahora mismo no tengo otros asuntos que atender. Iremos a arreglar lo.
—Gracias, gracias.
Los dos salieron de la Oficina para ir a casa de donde mantenían al infante.
Al estar ahí la madre se negaba a dárselo a pesar de que el niño eligió estar con su padre, pero era obligado a guardar silencio.
Tanto alboroto fue que tuvieron que llevarlos frente al juez, para que el decidiera que hacer con el niño.Estando Tobirama como abogado de parte del padre, eso le daba más ventaja para lograr tener en su autoridad a su hijo.
—Mi ex esposa lo trata muy mal
—¡Miente él miente yo lo trató bien!
—Mi hijo tiene las marcas de golpes por todo el cuerpo y es culpa de ella.
Revisaron al niño y comprobaron las marcas, pero ¿a quién creerle?
—Tobirama como abogado del señor Wataru, ¿qué tiene que decir al respecto?
—Las marcas de rasguños que tiene el infante se relacionan con las uñas de una mujer y cómo podemos ver la señora tiene uñas largas, los golpes tienen marca de una mano delgada como es la de una mujer. La conclusión es que el señor dice la verdad, por lo cual tiene que ser el tutor de su hijo.
El juez dio un golpe con el martillo sobre la superficie de madera, dando fin al juicio.
—Señor Wataru queda oficialmente como tutor del infante. Mientras que usted madre del hijo se le darán 6 años de cárcel.
Los policías se llevaron a la mujer, para que así cumpliera su condena por maltrato infantil.
El Senju se marchó a su oficina satisfecho de haber resuelto un conflicto, aunque a decir verdad fue fácil porque ya había lidiado con casos parecidos.
Otro día mas en su vida; sin embargo, ese vacío en su corazón no lo ha dejado en paz habría que saber porque se siente así, pero eso lo dejaría para después.
Ahora se encontraba sentado trabajando, resolviendo un caso menor que el anterior y lo hacía mediante su computadora.
—Listo— dijo presionando una tecla guardando un documento, se levantó y se dirigió a donde la impresora e imprimió el archivo.
Guardo el papel en un sobre y camino a la puerta, la abrió y salió de ahí, directo al elevador para llegar al primer piso.
—Buenas tardes Tobirama-sama— saludo amablemente la secretaria.
—Buenas tardes, necesito que envíes este sobre, en la parte de atrás dice la dirección— indico el albino.
—Si— tomo la carpeta y comenzó hacer lo pedido por el menor.
—Gracias— dijo sin más y se retiró.
Tobirama confiaba plenamente en la mujer, ella ya tenía 20 años trabajando ahí y por ende es mayor que él.
Cuando llego se sentó en la silla, ya no tenía nada que hacer así que agarro su celular y busco en internet: ¿Qué es tener un vació en el corazón?
Uno de los resultados fue el siguiente:
"Es un sentimiento difícil de explicar, pero que se aferra a nuestra alma con fuerza. Una persona puede tenerlo todo y, sin embargo, sentir un profundo hueco en su interior. Sentirse vacío es pensar que nuestra existencia no tiene ningún sentido, a pesar de que nuestro alrededor demuestre todo lo contrario."
Los demás eran parecidos, agregando diferente información. El Senju medito por un momento lo que había leído, no sabía que pensar. Era cierto que lo tenía todo, un buen empleo, a su familia y un lugar donde vivir, pero parecía que faltaba una pieza en el rompecabezas.
El desde que cumplió la mayoría de edad se fue a vivir a un departamento, desde entonces se acostumbró a estar solo; tal vez esa soledad le ha estado afectando.
—Absurdo— susurro.
Miro la ciudad a través del gran ventanal de la habitación, en ese momento no quería pensar en sus problemas personales, como él había dicho: Eso lo dejare para después.
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¿Cuándo volveré a verte? (TobiIzu)(HashiMada)
FanfictionADVERTENCIA: ESTA HISTORIA ESTÁ PAUSADA TEMPORALMENTE ‼️ Madara e Izuna son dos empleados de la empresa Konoha. Hashirama es un trabajador de una fábrica de esculturas y Tobirama un abogado. La vida normal de estas cuatro personas será guiada a una...