¿Cuándo volveré a verte? (TobiIzu)(HashiMada)

I. Un lugar nuevo

Hasta que una escena no apta para sensibles apareció, el cambio de luces en la pantalla tan inesperado, y una criatura terrorífica fue lo suficiente para que el Uchiha le diera un tremendo susto.

En cambio, Hashirama solo quedó en shock y con los ojos abiertos, reaccionó cuando sintió que lo rodeaban unos brazos. Dirigió su vista a la persona que hizo lo anterior. Era nada más ni nada menos que Madara, el azabache temblaba del miedo mientras se aferrada con más fuerza al moreno.
El Senju colocó su brazo en la espalda de Madara para generarle seguridad.

—Miedoso... — susurró el mayor a lo que el Uchiha se enfadó y se separó de golpe.

—Yo no soy un miedoso— este se cruzó de brazos.

Hashirama solo esbozo una risa simpática lejos de ser una burla, porque él no quería llevarse mal con él, apenas conociendo lo.

Siguieron viendo la película con tranquilidad, pero con tensión de no saber si otra escena los sorprendería.
Más partes de la película fueron de suspenso, pero Madara para no lastimar su orgullo, hacia lo posible por no asustarse.

Cuando la cinta dio por terminada, las personas salían poco a poco de la sala de cine, el Senju y el Uchiha se quedaron a recoger su basura para al final echarla al contenedor de residuos.
—¿Te gustó? — preguntó el castaño esperando respuesta del otro.
—Si— el azabache era sincero, la verdad es que si se la paso bien para ser alguien que apenas conoce.

—Qué bueno, ¿quisieras que tengamos más salidas?
—Sí, me encantaría conocerte más.
—Entonces nos mantenemos en contacto.
—Sí.

Ya habían salido del cine, Hashirama amablemente llevó al azabache a su casa. Cuando llegaron se despidieron y el Senju se fue a su hogar.

Madara entró y su hermano lo recibió con un abrazo.

—¿Cómo te fue hermano? — Izuna aflojó su agarre y lo miro con una sonrisa.
—Bien, me lo pase bien. — Madara le acarició la cabeza y después se separaron — a ti ¿cómo te fue en el trabajo?
—Como siempre nii-san, bien.

El mayor le sonrió y se dirigió a su habitación para descansar ya eran las 18:00 y él estaba cansado.
Izuna dejó que durmiera, mientras el preparaba la cena para sus padres que llegarían en un rato.

___🌴Dos días después🌴___

Era lunes y por lo tanto la mayoría de los habitantes en Tokio volverían a trabajar uno de ellos sería Izuna, quien se preparaba para ir a su trabajo.
Salió de su casa y se encaminó a la estación del metro, pago su boleto y se subió al vagón. Se sentó en un lugar alejado esperó a que el tren se moviera, pero seguían subiendo más personas. De tantos tonos de cabello vio al más llamativo, blanco, una vez más se encontró con aquel hombre completamente desconocido.

El albino se sentó tres asientos después de donde se encontraba el azabache.
Izuna con el rabillo del ojo, miro aquella persona misteriosa, ya tenía un mes que por casualidad siempre lo veía en la misma estación y en la mañana.
Ya hasta curiosidad le había dado de saber, aunque sea su nombre, pero Izuna siempre fue tímido a la hora de socializar. Tobirama por su lado tuvo que normalizar el siempre encontrarse al chico de cabellera negra, simplemente no le dio relevancia.

Izuna llegó a su destino y bajo del transporte vio a lo lejos el restaurante y empezó a caminar hacia él. Adentro del local vio a sus compañeros atendiendo gente y otros platicando, lo saludaron, luego el Uchiha fue a los vestidores. Ya traía puesto su uniforme que lo incómoda por el hecho de estar apretado de la parte trasera.
Izuna desde hace dos semanas le había contado a su jefe de ese problema, por desgracia la empresa que fábrica los conjuntos, cerró temporalmente por un asunto desconocido.

A Izuna no le quedó otro remedio más que soportarlo.

Ahora estaba esperando algún cliente y la persona que entró le quito las ganas de trabajar. Isao, un engreído y mal educado hijo del superior del Uchiha. Tenía que atenderlo después de todo era su mesero personal.
—¿Qué es lo que se le ofrece?
—Solo quiero sushi
—Bien.

Izuna se dio la vuelta e Isao golpeo levemente el trasero del azabache.

"Te odio, te odio maldito hijo de perra"

El Uchiha maldijo al hombre detrás de él, los comportamientos pervertidos del otro habían sido más frecuentes, pero el ojinegro no se podía quejar. Y odiaba cada que tocaba su cuerpo.

___🌿___

Para Tobirama este día era aburrido, hasta el momento nadie había llegado. Y estar sentado por más de una hora no es nada divertido.

—Tobirama-sama lo único que ha llegado es estas cartas, son para usted.

—Déjalas aquí

"Bueno al menos esto es más entretenido" Pensó el albino dispuesto a revisar los mensajes que contenían esas cartas.

Minutos después...
Publicidad, publicidad y más publicidad, ¿hay algo que tengan estas cartas además de anuncios innecesarios?
Es el colmo.
Definitivamente este día era el más aburrido para el Senju quien comenzó hacer bolita los papeles para después tirarlos en el bote de basura.

Tomó su celular y lo revisó; ninguna notificación. Optó por salir a pasear, no iba a desperdiciar su día estando sentado.
Salió de su oficina, se despidió de su secretaria diciéndole que si lo necesitaban que solamente lo llamé por teléfono. Sin más, se escapó del gran edificio. Vago por las calles hasta toparse con un parque muy tranquilo pues no se hallaba mucha gente, el sonido de las aves se podía escuchar claramente.

Tobirama miraba por todos lados era una parte de la ciudad que desconocía, le llamó la atención un letrero gigantesco que decía: Restaurante -Konoha-

"Nunca había visto este restaurante"

Se dirigió al lugar quería conocerlo y de paso probaba su comida, a lo que veía el local no tenía mal pinta. Solo llegó y abrió la puerta de vidrio...