I. Primera palabra

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Hashirama y Madara salieron de la cafetería, caminaron en silencio, ninguno de los dos sabía que decir

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Hashirama y Madara salieron de la cafetería, caminaron en silencio, ninguno de los dos sabía que decir. El moreno se detuvo y vio la espalda del Uchiha, pensaba en lo feliz que se sentía, entonces ¿Por qué no le dice algo?

Madara se percató que su acompañante se inmovilizó, giro su cabeza.

—¿Qué pasa? — pregunto el azabache.

—Lo que hablamos antes, ¿qué somos tu y yo? — cuestionó el Senju.

—No lo sé, tal vez...

—Novios— termino la frase.

—Si— su mirada se posó en el suelo.

Las luces de las calles se encendieron, pues la noche se hizo presente al igual que la temperatura baja.

—Supongo que tendremos que volver a casa— dijo Hashirama colocándose del lado izquierdo del menor.

—Sí, vamos— nuevamente el silencio incómodo.

En un punto separaron sus caminos y cada quien se dirigió a su hogar. Hashirama llego a su casa se sentía feliz, se acostó en su cama además de feliz estaba cansado, pero todo ese sentimiento acabo cuando su vista se fue directamente al anillo sobre la mesa de noche. Su compromiso.

Iba ser un problema, tenía razón su hermano menor, Hashirama debe hacer lo que él quisiera no lo que su familia diga; para eso tendría que cancelar el compromiso y sus padres le preguntarían por qué y eso iba ser peor, puesto que les diría que tiene novio. Y ellos no saben que es bisexual.

Y el problema más grande es que los lazos familiares se romperían.

Pensar en negativo era lo que menos quería el moreno, decidió por dormir, era lo mejor.

___________

—¿Dónde estabas? — se aproximó la Uchiha preocupada por su hijo.

—Salí a dar un paseo— contesto sin ganas.

—Le pregunte a Izuna y me dijo que tu solo te fuiste— regañaba la mayor.

—Son mis asuntos no tengo porque decirle a mi hermano que es lo que hago— ignoro la presencia de Izuna y subió a su pieza azotando la puerta.

—¿Por qué nii-san se comporta así? — el menor no entendía la situación.

—Déjalo, de seguro problemas con la novia— soltó una risita tratando de animar al menor.

El azabache sonrió con la cabeza gacha— sí, eso debe ser.

Madara se pegó a la puerta se sentó y se quedó mirando a la nada.

—¿Por qué hago esto? — se cuestionó a si mismo e inconscientemente sus orbes negros se cristalizaron y dos lagrimas salieron de estos.

¿Cuándo volveré a verte? (TobiIzu)(HashiMada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora