ADVERTENCIA: ESTA HISTORIA ESTÁ PAUSADA TEMPORALMENTE ‼️
Madara e Izuna son dos empleados de la empresa Konoha.
Hashirama es un trabajador de una fábrica de esculturas y Tobirama un abogado. La vida normal de estas cuatro personas será guiada a una...
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—Me equivoque, por eso borre el mensaje.
—No hay problema, pensé que me dirías algo.
—De hecho, sí.
—¿Qué pasa?
—¿Es posible vernos hoy?
—Si, a qué hora.
—¿A las 18:00?
—Está bien.
Tobirama observaba su entorno, en el, estaba su hermano Hashirama con su celular escribiéndole a su amigo. El albino dirigió su vista a donde se encontraba Tōka. "Que mujer falsa" pensó al ver como Itama platicaba con ella y cuanto el menor se fue, la castaña hizo una cara de desagrado.
Si bien la familia Senju no estaba muy bien vinculada, la única manera de fortalecerla es con un matrimonio de la raíz primaria con alguien de la secundaria. Hashirama y Tōka.
Y eso era lo malo, escoger a Hashirama, una persona que prefiere el bienestar de la familia antes que el suyo. El moreno pareciera que no tiene habla, que lo que siente no importa y todo por culpa del estricto de su padre.
Tobirama ya estaba cansado de la situación, el almuerzo ya había terminado, entonces opto por irse. Se despidió de todos y salió de la casa tomando aire.
No quería ir a su departamento, aun no, quería pasear por la ciudad hasta donde sus pies le permitieran.
De estar caminando por un rato, llego a la plaza enfrente del restaurante, pero no tenía hambre, lo que hizo fue sentarse en una banca. Mientras veía niños jugar y escuchaba el ruido de los carros pasar.
Saco su celular del bolsillo, empezó a revisar Instagram, tenía 10 seguidores nuevos. Aproximadamente hace 3 semanas que no abría la aplicación. No era de sorprenderse.
No utilizaba mucho Instagram, pero tenía tres fotos publicadas. Una con su familia, otra cuando era pequeño y por ultimo una foto de él en la actualidad.
Apago su celular, su mirada vaga por su alrededor, no había nada interesante. Se levantó por un momento camino por una calle, en esta había un callejón oscuro, no le tomo importancia y estaba por irse. Pero el ruido de alguien gritando dentro de la oscuridad, llamo su atención.
—¡Hay alguien ahí! — grito el albino antes de entrar, nadie contesto.
Decidió adentrarse por más peligroso que fuera.
—Hola amigo que te trae por aquí— un pelirrojo saludaba nervioso y ocultaba algo atrás de sí.
—Puedo ver qué es lo hay atrás— dijo apuntando al piso.
—No es nada...solo cosas mías— el Senju ya no tenía paciencia lo aparto, y lo que vio lo dejo asombrado.
