I. Madara e Izuna

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Las calles de Tokio eran oscuras y el frío abundaba, pocas personas pasaban por ahí y algunas iban en coche.
Era muy temprano exactamente a las 5:00 de la mañana hora en la que la mayoría permanecía dormido, pero en el caso de Uchiha Izuna no era así.

Bip-bip-bip

El sonido de la alarma lo despertó y estaba de ánimos pues hoy sería el primer día que trabajaría como mesero en del restaurante de "Konoha" Muy conocido en la ciudad.
Después de intentos de conseguir empleo en distintos lugares, ahí fue donde lo aceptaron y lo mejor era que trabajaría junto a su hermano mayor.

Apagó la alarma después se estiró y se levantó dirigiéndose al baño para tomar una ducha para iniciar su día.
Se vistió lo más casual, se secó el cabello y bajo a desayunar junto con su familia, en el comedor todos ya hacían esperando al menor de la familia. Su padre, su madre y su hermano lo miraban con una sonrisa.

—Buenos días— lo saludo la señora Uchiha quien se levantó de la silla para dejar el plato de Izuna en su lugar.

—Buenos días mamá.

—Tu hermano te va a acompañar para que conozcas el lugar— ahora fue su padre quien tomó la palabra.

—Está bien.

Todos desayunaron tranquilamente y a Izuna se le hacía tarde por lo que se apresuró al igual que Madara y juntos salieron de casa, corriendo hasta la estación del Metro.

—Izuna ¿estas nervioso?

—Un poco.

—Todo saldrá bien.

Izuna asintió seguro de sí, cuando llegaron pagaron su boleto y subieron al metro con destino a una plaza cerca del restaurante. Se sentaron en uno de los asientos mientras veían como subían más personas.

—Por cierto, estando allá te darán tu uniforme, siempre que llegues a trabajar te lo pondrás en los vestidores.

—¿No me lo llevaré a casa?

—No

—¿Por qué?

—Porque son normas del restaurante.

—Ok.

Izuna pego su mirada al suelo mientras jugaba con sus pies, hasta que sintió que alguien se había sentado a lado suyo.
Le llamó la atención el color de su cabello y sus rasgos en la piel, vestía muy elegante y su cara era inexpresiva.

El menor lo miro por un rato, pero el otro empezó a incomodarle y decidió verlo a la cara y su mirada intimidó a Izuna, el azabache se moría de la vergüenza y volteo para otro lado.
No lo miro más pues sabía que esa mirada era intimidante más que la de su padre cuando lo regañaba.

En la primera parada aquel hombre se bajó y alivió al Uchiha porque estaba sudando de los nervios.

—Izuna ¿estás bien? Estas sudando

—No es nada, nii-san

Los hermanos esperaron hasta la siguiente parada donde se bajaron y caminaron un poco rápido para no llegar tarde.
El restaurante era verdaderamente lujoso todo estaba limpió, había mesas con sillas y otras con sofás. Tenía una terraza digna de una cena romántica.

Por otro lado, tenían los vestidores, comedores y zonas de descanso para los trabajadores del lugar. La Oficina del jefe se encontraba en la segunda planta donde se dirigieron Izuna y Madara.

Al llegar el jefe se encontraba atendiendo una llamada a lo que esperaron a que se desocupe.

—Adelante sienten se —dijo el hombre invitándolos a pasar.

¿Cuándo volveré a verte? (TobiIzu)(HashiMada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora